Creen ser superiores a todos los que no sigan fielmente sus pasos y pretenden dominarlo todo, lo que incluye la Real Academia de la Lengua. Aspiran a controlarla para controlar el lenguale, las palabras y con ello el mensaje social. Si Gonzalo de Berceo renaciera debería preguntar antes a Iván Redondo y a Sánchez qué palabras usar, cómo usarlas y qué significado darles. ¿Nos obligarán a decir “fraila” o “Jóvenas? ¿Acaso creía alguien que iban a dejar que la Real Academia supiese más que ellos?
Están politizando hasta el absurdo el lenguaje, elaborado durante siglos por el pueblo de modo natural, contaminando así el habla de los ciudadanos indefensos y las ciudadanas indefensas, empeñados y empeñadas en ser mejores padres y mejores madres de sus hijos más pequeños y sus hijas más pequeñas. También el de los jóvenes y jóvenas.