Aprobado general

Aprobado general

No se si el aprobado inmediato, directo y sin más requisitos es buena decisión en las escuelas, instis y universidades. He dedicado a la educación 35 años de mi vida y eso me permite coleccionar todas las saisfacciones, dudas e incertidumbres necesarias. Cualquier decisión que tomaran las autoridades tendrá mil razones a favor y mil en contra. De lo que sí estoy seguro es de que en los últimos años, decenios, hemos bajado mucho la rigurosidad y la exigencia. Que lamentablemente nos hemos adaptado no a las necesidades de la sociedad sino a sus caprichos, a sus conveniencias, a lo políticamente correcto, que cada reforma educativa suponía una cesión más y una renuncia a la educacion más elevada.

Año tras año hemos ido llegando a una sociedad zafia que prima a los mas brutos, que prestigia a los que por haber dado un braguetazo oportuno, por ser brutos, bastos, ordinarios y vulgares salen en la tele, y les hemos puesto al mismo nivel de las personas más prestigiosas y preparadas. Hemos igualado la sociedad… por abajo.

Resulta que para esta sociedad, amamantada por Telecinco, Antena 3 y la Sexta y otros inframundos, todos somos iguales. Y no, no, no es verdad; todos tendremos los mismos derechos por ser personas, hemos nacido y crecido con igual dignidad, pero no todos somos iguales ni todos alcanzamos la misma dignidad. Que no es lo mismo un labriego que se pasa doce horas al sol que un político que se pasa la vida reafirmando con su voto lo que le manda la sede central del partido, que no es lo mismo Belen Esteban, Kiko Rivera o Jorge Javier Vazquez que un profesor de universidad o un maestro de escuela; que no es lo mismo un alumno de bachillerato que saca dieces que un señor que tiene muchos megusta en Facebook, que no es lo mismo mi vecino el del quinto, que habla mucho y muy alto, que el del tercero, pausado, sesudo y calmado, que sabe mucho y calla mucho. Aunque todos ellos hayan alcanzado un aprobado.

Lamentablemente los políticos nos arrastran más que el fútbol. Y hemos pensado que nuestro político, que nuestro partido, tiene siempre razón, y que haga lo que haga contará siempre con nuestro apoyo, haya dilapidado dinero público en cuentas B en Suiza o se lo haya gastado en mariscadas. Será un hijoputa pero es nuestro hijoputa y eso basta. Que nuestra cerrazón cultural e ideológica ha de imponerse a todo lo que contradiga nuestra opinión.

Es de esta forma, quizá haya más pero esta es importantísima, como nos gobernamos. No nos gobernamos gracias a los mejores, sino gracias a los más sectarios, a los más firmes defensores del líder y de la verdad oficial. Sea esta la que sea. Así hemos llenado los gobiernos de incompetentes y sectarios, pero fieles a la verdad oficial, que toman decisiones conforme a la verdad oficial, que llegan al puesto no para completar la información y la opinión del líder, sino para corroborar contra viento y marea lo que piense el líder supremo.

No sé si el aprobado general es una buena solución, sea esta la que sea siempre encontrará mil razones en contra y a favor. Lo que si sé es que debemos hacer un enorme esfuerzo por seleccionar a los mejores y ayudar a todos. Que ninguna excusa es suficiente para que los torpes, maleducados, zafios, sectarios e ineficaces estén en el gobierno, aunque representen a un sector, a una opinión o a una región o raza. Que no hay motivo suficientemente para premiar a los vagos, a los macarras, a los torpes, por muy “apoyadores” y “bendecidores” que sean de la verdad oficial, que un gobierno del pueblo no puede apoyarse en los que han aprobado sin ser exigidos, sin esfuerzo, sin sacrificio. Que la educación es la madre de todas las batallas y que nunca sin esfuerzo, sin entrega o sin mérito podemos ser iguales a quienes han estudiado más, han aprendido más y han luchado más.

Que no, que no, que no todos somos iguales aunque tengamos todos los mismos derechos; que el principal fracaso de España es que hemos creído que da igual ser Risto Mejide o Sergio Ramos que un científico renombrado, entregado al estudio y reputado por sus hallazgos. Que la reputación es muy importante y que hemos jugado con ella, dando el mismo crédito a uno que sale en la tele o en las pelis subvencionadas que a uno que batalla por descubrir la cuadratura del círculo.

La carencia de méritos ha sido un mérito que nos ha llevado a los últimos gobiernos incompetentes, náufragos e incapaces, gobiernos que a su vez nos han llevado a esta situación de decrepitud, falta de valores y gobierno de los más torpes, que no por casualidad suelen ser los más fieles y por eso gobiernan, aunque sean unos hijos de puta, porque como son nuestros hijosdeputa  los seguimos votando. Tal vez porque somos un país de hijos de puta que votan a hijos de puta.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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