El columnista de El Mundo Salvador Sostres dedica el 14 de enero de 2013 una entrada en su blog en la edición digital de dicho periódico, Guantánamo, a quienes exigen la dimisión de Duran i Lleida. Critica a quienes protestan porque no renuncia el máximo responsable de Unió, y se muestra especialmente duro con Convergència. El texto se titula Darle a Duran:
El alboroto que en Cataluña se ha organizado con la sentencia judicial sobre el llamado «caso Pallerols» tiene mucho más de hipócrita que de denuncia sincera de la corrupción. Ni el fiscal ni el juez acusan en ningún momento a Josep Antoni Duran i Lleida, ni a la cúpula de Unió, de conocer que el partido se estuviera financiando irregularmente. Cuando el lío se conoció, sus autores fueron expulsados y se nombró una comisión de investigación independiente sobre lo sucedido que llegó a las mismas conclusiones a las que ahora el juez ha llegado.
Aprovecha para criticar las subvenciones al periódico de Godó, y recuerda casos de corrupción de CDC:
Ya me gustaría que Artur Mas devolviera a las arcas de Generalitat la cantidad impresentable de dinero que le ha dado a La Vanguardia durante los últimos dos años y tres meses; ya me gustaría que Mas devolviera el dinero del Palau de la Música que él sí sabe perfectamente de dónde venía y dónde fue a parar. Y también el de Ferrovial. Ya me gustaría que Jordi Pujol devolviera el dinero que los suyos han amasado por ser hijos o amigos del presidente de la Generalitat, a través de comisiones, favores personales o concesiones administrativas.
Sostiene que lo políticamente correcto es «darle a Durán»:
Los convergentes le desprecian porque no es independentista; los socialistas y la izquierda en general, porque es católico y porque vive en Pedralbes. Los mismos que acusaron a El Mundo de «ensuciar» la campaña por las exclusivas sobre el dinero en Suiza de los Pujol, ahora insultan a Duran sin ningún reparo y sin ninguna sentencia judicial que avale nada.
Finaliza:
En cambio, por lo que refiere a Convergència y al PSC sí sabemos de qué modo concreto se han financiado ilegalmente, y la vertiginosa cantidad de dinero público que han utilizado para tener a su favor medios de comunicación públicos y privados. Pero de esto nadie quiere hablar, porque los fieros columnistas que tanto atacan a Duran en nombre de la transparencia y de la independencia profesional, son los primeros que cobran de la trama.
Que Millet, recaudador de Convergència a través del Palau de la Música, no haya entrado en la cárcel, no es ninguna casualidad. Pero nada, hombre, hablemos de Duran.