"Tenía que haberme dado cuenta de que algo andaba mal cuando me felicitó por el artículo hasta Hermann Tertsch"
El pasado 3 de abril de 2014, Esperanza Aguirre pasaba con su vehículo por la Gran Vía, cuando se decidió a aparcar en el carril bus para sacar dinero del cajero. La infracción estaba cometida, pero el globo mediático no había hecho más que comenzar.
El paso posterior de la presidenta del Partido Popular en Madrid por alrededor de una decena de medios de comunicación, incrementó el volumen de una historia que crecía por momentos. Todo el mundo, mediático o no, político o no, tenía ya algo que opinar al respecto.
Esto fue lo que le ocurrió, por ejemplo, al periodista Antonio Naranjo. Director de Editora Regional de Medios, que publica diferentes periódicos en la Comunidad de Madrid, Naranjo es más conocido por su labor de tertuliano en diferentes espacios en radio y televisión, como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero o ‘El Cascabel’ de 13TV. El periodista defendió a Esperanza Aguirre.
En —Una lanza rota por Aguirre frente a agentes de movilidad con delirios de grandeza— Antonio Naranjo decide con argumentos jurídicos un texto para apoyar con contundencia y argumentos a Aguirre:
«Hecho 2. Los agentes de movilidad no son policías locales. Y sus atribuciones se limitan a regular el tráfico. Con otras palabras: no pueden sancionar a nadie ni, tampoco, retener un vehículo».
«Hecho 5. Aguirre se marchó de allí, pues, con todo el derecho de su parte, aunque estéticamente admita reproche: llamar fuga a lo que en realidad parece una retención irregular, es no sólo un exceso: también es mentira».
«Hecho 6. La expresidenta madrileña tiró una motocicleta al reanudar su marcha. Dado que no debieron retenerla, esa moto no podía estar allí. Y ella debió quedarse y aguantar, aunque fuera un despropósito».
VERDAD O MENTIRA: VOTE LA FRASE DE ANTONIO NARANJO
Apenas unos días después, Max Pradera, haciéndose pasar por el propio Naranjo, subía esta pieza a su blog personal —Naranjo rectifica— simulando una falsa rectificación del periodista:
«En mi deseo (humanamente comprensible, pero periodísticamente inaceptable) de apuntalar la imagen de La Lideresa, encontré una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que podía venirme al pelo para ofrecer una versión de los hechos que no sólo exculpase a Aguirre, sino que la hiciese aparecer como una pobre víctima de los odios políticos y de los excesos policiales».
«Ya lo he dicho muchas veces, pero por si acaso, lo repito. Para mí, Espe es como Andreíta para Belén Esteban».
Y de paso, con el disfraz de la ironía, aprovechaba para cargar contra otros periodistas
Sobre Federico Jiménez Losantos: «En defensa de los excesos callejeros de Esperanza Aguirre, en Twitter me empiezan a llamar Antonio Jiménez LosNaranjos. ¿Qué mala uva, no? Aclaro que no soy familia de Jiménez Losantos, que no comulgo con su manera mentirosa de hacer periodismo y que no hablo con fggrenillo. Sin embargo, sí comparto con El hobbit de Orihuela del Tremedal la misma pasión incondicional hacia La Lideresa […] Me faltó un chiste que dijera que a Aguirre la salvó que los agentes que abusaron de ella no fueran Mossos de Esquadra. Pero es que ese chiste ya lo había hecho mi alter ego» —Jiménez Losantos: «Esperanza Aguirre tiene la suerte de que al menos no eran Mossos de Esquadra»–.
Sobre Hermann Tertsch: «Pido disculpas al lector por mi insensato y temerario artículo -tenía que haberme dado cuenta de que algo andaba mal cuando me felicitó por él hasta Hermann Tertsch». Se refiere a un mensaje en Twitter:
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) abril 5, 2014
Sobre Francisco Marhuenda: «Mi artículo […] eran sólo intentos frustrados de ridiculización del adversario y mezcla de churras con merinas, al tratar de relacionar los desvaríos de Aguirre con los disturbios del 22-M. Una técnica que aprendí de Paco Marhuenda».
