Venezuela es una revolución en libertad, y por lo tanto la gente puede decidir lo que hace
El número 2 de Podemos recuerda, y mucho, a María Antonieta, reina de Francia, a quien le comentaron un día, justo en vísperas del asalto a La Bastilla que el pueblo de París pasaba hambre y no tenía ni pan. Y ella, muy fresca, respondió: «Pues si no tienen pan, que coman croissants».
Pues algo así es lo que vino a decir Íñigo Errejón en 2013 cuando aseguraba que las colas que había en Venezuela a las puertas de los supermercados no eran por la falta de productos, sino porque los ciudadanos, gracias a la Revolución Bolivariana, tenían más dinero en sus bolsillos.
Para el ‘Millhouse’ de Podemos, lo de que la gente aguardase horas en una fila no era sino producto de que los venezolanos tenían un alto poder adquisitivo. Las reflexiones de marras las soltaba en noviembre de 2013 en una entrevista al diario El Correo del Orinoco –El aumento de la capacidad de consumo es producto de la Revolución Bolivariana-.
A buen seguro que ahora, en vísperas de las elecciones generales del 26 de junio de 2016, se arrepiente de esas palabras como le pasó en su momento a Pablo Iglesias y sus loas al terrorismo –El largo historial de Pablo Iglesias en apoyo del terrorista etarra Arnaldo Otegi– o a Tania Sánchez y sus famosas negativas cuando le preguntaban si iría a Podemos –Tanía Sánchez: del ‘No, no voy a entrar en Podemos’ a ser la reina de la fiesta podemita-.
Cuando a Errejón le cuestionaban en el diario venezolano por las colas en supermercados y otros establecimientos de Venezuela aseguraba que:
En Venezuela hay una cultura muy oral: Uno, cuando quiere saber cómo se hace algo, no se mete en internet o llama a la institución, sino que pregunta a algún vecino o un amigo. Yo tardé mucho en entenderlo. Las personas salen a la calle y se ponen en cola, porque ven a otra gente que está esperando, porque algo hay. Tiene mucho que ver con el uso de la calle y con la relación directa, interpersonal, que es algo muy venezolano.
Agrega que:
Hay un marco interpretativo que trata de asociar colas con burocracia, ineficacia y escasez. Es verdad que con mejor funcionamiento institucional hay menores colas; hay instituciones del Estado que han reducido las colas, pero hay que recordar que en algunos países no hay colas porque no todo el mundo puede. Te vas a un gran almacén y no hay cola porque la gente no puede; hay cosas que están limitadas. Lo que pasa es que siempre ves los anaqueles llenos, a rebosar, y poca gente para la mucha mercancía que hay. Lo que no ves es toda la gente que está en casa, que no tiene plata para hacer demanda. Una contraparte de las colas en Venezuela es, también, la mayor capacidad de acceso al consumo.
Y concluye:
Hay más dinero disponible, hay una democratización del acceso al consumo. Ahora la gente puede consumir más. Venezuela es una revolución en libertad, y por lo tanto la gente puede decidir lo que hace. Además, el proceso de transformación en Venezuela le ha dado a la población más herramientas para decidir en lo político; en lo económico le ha dado más dinero. Desmercantilizando necesidades ha liberado renta para otras cosas; al garantizar la educación y la salud, la gente tiene más dinero disponible para dedicarlo a otras cosas, como el consumo. El aumento de la capacidad de consumo es producto de la Revolución Bolivariana.