Los periódicos han criticado sin clemencia a la administración Bush

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La cabeza puesta en la guillotina de la prensa

Periodista Digital, Lunes, 5 de septiembre 2005
La prensa estadounidense ha criticado duramente a la administración Bush por la forma de gestionar la crisis provocada tras el huracán Katrina. La “poca sensibilidad” demostrada, la falta de previsión o la "complacencia" demostrada por el presidente han sido los principales motivos que han llevado a los medios estadounidenses a lanzar duras acusaciones contra Bush.

The New York Times ha acusado al presidente Bush de no haber estado a la altura de las circunstancias, tras haber tardado cuatro días en suspender sus vacaciones mientras los habitantes de Louisiana perdían sus viviendas.

La prensa de EE.UU. también ha revelado que hace unos meses el gobierno norteamericano recortó más de setenta millones de dólares del presupuesto del Cuerpo de Ingenieros de Nueva Orleans, además de suspender los planes para fortificar los diques de la ciudad; algo que hasta National Geographic ha criticado tras haber publicado un informe, en 2004, donde alertaba de las consecuencias que un desastre como el Katrina, podría causar.

Sin embargo, las que sí han reportado beneficios han sido las acciones de la empresa del vicepresidente Cheney que, tras rumorearse que su empresa podría estar involucrada en la reconstrucción de la zona, su cotización aumentó ocho puntos, según han revelado varias cadenas como CBS o la siempre conservadora CNN.

Otro tema que ha provocado la polémica ha sido la evacuación de los afectados; mientras que los reporteros llegaban hasta las zonas más devastadas con sus equipos, Bush sólo enviaba tropas para evitar los saqueos con un contundente “tirar a matar”.

Por su parte, la prensa internacional ha revelado que Fidel Castro habría puesto a disposición a mil quinientos médicos con experiencia en catástrofes naturales para ayudar a los afectados, algo a lo que no habrían respondido desde la administración de Bush.

En definitiva, el presidente norteamericano ha perdido la confianza de la opinión pública; aunque Bush no podrá presentarse al haber cumplido dos legislaturas, es seguro que su mala gestión supondrá un varapalo para el partido republicano en las próximas elecciones.