Zapatero tiene ya nuevo gurú. Fernando Moraleda sustituye a Miguel Barroso como Secretario de Estado de Comunicación y será a partir de ahora el hombre encargado de dirigir, orquestar, diseñar y dinamizar la política informativa del Gobierno socialista. A diferencia de su predecesor, Moraleda no tiene un perfil muy marcado en los medios o un pasdado literario. Secretario general del Ministerio de Agricultura, lo suyo han sido hasta ahora el azúcar, el trigo, los subsidios europeos y los riegos, mucho más que los micrófonos, las cámaras y los periodistas.

 Nacido en Ciudad Real, realizó estudios de Ciencias Químicas en el Colegio Universitario de Ciudad Real y en la Universidad Complutense de Madrid. Cuenta con una gran experiencia en política agraria comunitaria, ya que desde la incorporación de España a la Unión Europea en 1986, ha participado en todas las negociaciones y reformas de la política agraria común, como miembro permanente del Presidium del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias (COPA) de la Unión Europea.

A la vista de su historial, cuesta imaginar las razones que han llevado al presidente Rodríguez Zapatero a seleccionarlo para un puesto tan complicado como el que asume. Un motivo que salta a la vista es que es "amigo" de Zapatero.

Moraleda ha sido miembro de la Comisión Permanente del Consejo Económico y Social de España (CES), ocupando en 1997 el cargo de Presidente de la Fundación de Estudios Rurales de UPA y  en 2000 fue elegido consejero del Consejo Económico y Social Europeo, pero no se le conocen habilidades en el campo d ela comunicación.

Una explicación es que Zapatero quiera restar peso al cargo que ocupaba Barroso y quizá repartir más juego.

Barroso es el primer colaborador próximo de Zapatero que le deja desde que éste ocupa la Presidencia. Su relevo es, incluso, mucho más importante que si se tratara de cambiar un ministro, ya que el todavía secretario de Estado es uno de sus colaboradores más influyentes.

Ya trabajó con él antes de que llegara a la Presidencia del Gobierno y en el último año y medio ha sido uno de sus colaboradores más cercanos, miembro de su círculo más restringido, además de amigo íntimo.

En ese círculo personal, en relación a los medios de comunicación, permanece en La Moncloa Julián Lacalle, de estricta confianza de Zapatero, desde que éste asumió la Secretaría General del PSOE en julio de 2000. De La Moncloa saldrá también en breve Javier Valenzuela, responsable de Exteriores en la Secretaría de Estado de Comunicación.

Este verano Barroso ya trató con Zapatero su relevo. Se va por razones personales que tienen que ver con su deseo de dedicar más tiempo a la literatura y no hacer carrera política. La fecha del relevo estaba condicionada a que Zapatero encontrara la persona idónea. Moraleda es también amigo personal de Zapatero y, por tanto, forma parte de su círculo más íntimo, pero ya hay quien se pregunta si será esa "persona idónea".{pag}

En Moncloa, la división del trabajo ha estado hasta ahora muy compartimentada y cada cual se dedicaba a su parcela: Julián Lacalle bregaba con los periodistas de a pie, Javier Valenzuela sobrevivía con en la información exterior, y Angélica Rubio -que ZP se trajo del periodismo leonés- ejercía de asesora personal y conciencia crítica del presidente.

Barroso, que no ha hizo un equipo de colaboradores cohesionado, era el caballero de las ‘operaciones especiales’, y -entre otras cosas- se dedicaba en cuerpo y alma a lograr que ZP se llevase muy bien con Pedrojota Ramírez, el director de El Mundo.

Barroso reinaba sin rival en la política informativa de Moncloa, pero en el horizonte comienzan a perfilarse personajes que podrían hacerle competencia a Moraleda, si las cosas empiezan a marchar mal para Zapatero y se buscan fórmulas diferentes a las usadas en este año y medio de gobierno. El más conocido "amigo de la casa" es Garcia Ferreras, actual director de comunicación del Real Madrid y ex director de informativos de la Cadena SER.

Desde algunos meses atrás en varios ámbitos se habían recibido ecos sobre la posible salida de Barroso. Estas fuentes apuntaban a cansancio o deseo de abarcar nuevos horizontes profesionales, retomando sus labores en el mundo de la Comunicación desde una óptica privada. Incluso se había señalado la posibilidad de que el "fontanero" se incorporase a Globomedia, la productora que gestiona su íntimo amigo José Miguel Contreras y preside Emilio Aragón.

En la sede socialista, Barroso, que no cuenta con carné del partido, era mirado con cierta  desconfianza por esto y su relación privilegiada con Zapatero. Sin olvidar su importante papel como asesor privado del PSOE en las materias de su especialidad a través de GECA.

Y es que si la voz de Barroso ha sido tan escuchada por el inquilino de La Moncloa, se debe a la experiencia del ahora ex secretario de Comunicación. No hay que olvidar sus años de ejercicio periodístico, sus labores de asesoramiento y un perfecto conocimiento de las relaciones con los medios desde el lado gubernamental obtenida como director de gabinete de José María Maravall como ministro socialista de Educación y Ciencia.

A pesar de algunas iniciativas polémicas, como los fotos de las ministras para la revista Vogue, a él se le deben algunas ideas como la creación de "59 segundos", que ha terminado por ser uno de los pocos programas con índices de audiencia aceptables en TVE.

Tampoco hay que olvidar la pésima relación con el portavoz parlamentario, Alfredo Pérez-Rubalcaba. Barroso, que ha lidiado con la ley de reforma audiovisual y la conversión de Canal Plus, consiguió obtener los favores del Grupo Prisa en perjuicio de Rubalcaba.