"No intenten hacerlo en sus casas"... ¿Se les olvidaría hacer esta advertencia o se trata de un aviso poco útil, para la mente curiosa de un niño? Tras ver como en dos programas semanales sucesivos un mago se prendía fuego sin sufrir daños, un niño de Rio de Janeiro (Brasil) quiso probar con su hermano. Le roció con alcohol y luego le prendió fuego con una cerilla. El resultado fue un niño al borde de la muerte y con quemaduras en el 25% de su cuerpo.

Ahora el Sistema Brasileño de Televisión (SBT) tendrá que indemnizar con 160.000 reales (unos 58.330 euros) a la familia de estos menores, ya que el juez Heleno Ribeiro Pereira Nunes expresó en su sentencia que hubo relación entre el mensaje transmitido por el programa y el accidente casero.

El magistrado recordó además que la Constitución advierte de que 'las emisoras son responsables de la calidad de los programas que transmiten, respondiendo por posibles daños sufridos por los telespectadores, cuando estos derivan de su influencia en un evento dañino'.

Además de la indemnización, la televisión tendrá que pagar una pensión vitalicia a la víctima y reembolsar a los padres la suma equivalente a los gastos que han tenido con médicos, servicios hospitalarios, terapéutico y quirúrgicos para la recuperación del niño, que ya fue sometido a nueve cirugías.