"Pido disculpas a los lectores por un artículo inadmisible que publicamos el pasado viernes en nuestra edición de Barcelona contra Federico Jiménez Losantos. He llamado al propio Federico para pedírselas a él personalmente. Y le he pedido al autor del artículo, Carlos Fanlo, que también él las pida en nuestra edición impresa de mañana en Barcelona".Desde el diario también salió una disculpa pública además de la que, al día siguiente es la de Escolar, publicó el propio Carlos Fanlo en su último artículo firmado en dicho periódico, del que había sido despedido:
"Al señor Federico Jiménez Losantos. Lamento muchísimo que se sintiera ofendido por mi artículo del pasado viernes en este rotativo.Nadie me ordenó ni sugirió escribir lo que dije y asumo toda la responsabilidad. Le pido disculpas. No era mi intención ofenderle. De todas formas, cuando me refería a su corazón, lo hacía de manera metafórica. Yo no deseo ni su muerte ni la de nadie. Hoy mismo la dirección de 20 minutos me ha comunicado que deje de escribir en este periódico. Sólo quise defender a quien dije. Pero eso, a veces, tiene un coste. Lo asumo encantado. Adiós a todos".
Este es el artículo de la polémica, publicado en 20 Minutos:
El estrambote
Carlos Fanlo
F. J. Los Santos
Eres, Federico, un mentiroso abyecto.Hasta lo del domingo te soporté con ira contenida. Pero que digas que Adolfo Suárez «era medio analfabeto» no te lo aguanto.
Tu lengua viperina y envenenada de odios acumulados se atreve a insultar a un pobre hombre enfermo que tanto hizo por España. Los de Terra Lluire te tirotearon. Fueron crueles al herirte en la pierna.
De haber apuntado al corazón, nada te hubiesen lesionado porque careces de él. Eres un mendaz ruin palafrenero de los poderosos que tuvo la indecencia de calificar como de «cocodrilo» las lágrimas contenidas de Pilar Manjón, a quien acababan de asesinar a un hijo. Eres la escoria de un periodismo provocador y cainita. Ahora, si tienes lo que hay que tener, queréllate conmigo.
Como en las presuntas injurias no se da la exceptio veritatis que se aplica a las calumnias, probablemente me condenarán. Si te hubiera llamado ladrón y lo fueras, nada me sucedería por ser cierto: lo que yo he dicho también lo es, pero a un «hijo de puta» si se lo espetas, te condenan, aunque su madre sea la peripatética más famosa del país. Cosas de una España plural a la que tú, en el fondo, rastreramente, desprecias.