ABC tiene su propio proyecto y no va a rebufo de ningún otro
José Antonio Zarzalejos ha cumplido su primer mes como nuevo director de ABC, periódico que ya dirigió entre 1999 y 2004. Una nueva etapa que promete no será “una segunda parte”. No adelanta acontecimientos, pero asegura que va a adaptar el periódico a nuevos cambios. La clave, en un tiempo de trincheras mediáticas, es “la centralidad, la fidelidad a los compromisos del diario y la diversificación temática”.
Tras 15 meses fuera, ¿cómo afronta esta segunda etapa en ABC?
He hecho el propósito de no repetirme a mí mismo. La dirección de un periódico es un ejercicio permanente de adaptación. Sin adelantar acontecimientos que serán anunciados a su debido tiempo, adaptaré el periódico a una etapa nueva. Ésta no va a ser una segunda parte.
Tras la marcha de Anson y la llegada de Vocento, ¿ABC ha encontrado ya su sitio o sigue redefiniéndose?
Anson tenía el periódico en la marginalidad, en la caricatura. ABC solo tiene que parecerse a sí mismo: un periódico liberal, con una alta estima por la cultura y con pocos, pero muy asentados, principios. ABC tiene una clara vocación por hacer un periodismo de mayorías.
¿Es fácil quitarse viejas etiquetas?
Un periódico con 103 años, que ha sobrevivido a distintos regímenes, crisis y tiempos adversos es natural que tenga apriorismo para bien y para mal. Pero sigue siendo el tercer periódico nacional en difusión y la referencia cualitativa más importante de la derecha democrática y liberal española. Ahora el reto es profundizar en los elementos de centralidad, incorporar más lectores y reforzar su capacidad de referencia.
¿Cómo piensa conseguirlo?
Con información de calidad, rigor y con una gran diversificación temática.
Un reto complicado ahora que volvemos al periodismo de trincheras.
ABC tiene su propio proyecto y no va a rebufo de ningún otro. No entra ni en enfrentismos, ni en trincheras. No participa ni del sectarismo de unos, ni del energumenismo de otros.
Esta actitud irrita a personas como Federico Jiménez Losantos. ¿Ha tenido algún enfrentamiento con él?
Le eché de ABC y me parece natural supure por la herida. Le gustaría estar en el periódico. ¿Qué le vamos a hacer? Tengo una receta que me funciona muy bien: primero, no le escucho. Segundo, no me importa lo que diga porque yo me debo a ABC.
Decía recientemente que el periodismo ha dejado de ser fiable por haberse confundido con el poder.
Periodismo y poder son como agua y aceite. En este país, en general, hay una excesiva connivencia entre el poder político y económico y el periodístico. El periodista tiene que ser reactivo a los halagos del poder. No tiene que ser el florero de las reuniones y de los actos sociales. No debe permitir considerarse una autoridad en el ámbito político. Tiene que ser más marginal y estar menos en el establishment. ¿Por qué los directores y los grandes periodistas tienen que invitar a su casa a comer a los políticos? ¿Por qué tienen que viajar juntos de vacaciones?
¿Y en la práctica es fácil?
Lo práctico hasta niveles que algunos podrían considerar estrictísimos. He tratado con muchos políticos y no creo que ni siquiera dos relevantes puedan decir que hayan pisado mi casa o yo la suya.