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«Intentan compararnos con unos señores que pegan tiros en la nuca»

Juan C. Osta y Miguel Pato, Miércoles, 28 de junio 2006
Este es el ciudadano que depositó en el escaño de Zapatero una fotografía de Miguel Ángel Blanco bajo una rosa teñida de “sangre”. Su iniciativa dio paso al movimiento Rosas Blancas por la Dignidad en contra de la política antiterrorista del Gobierno que, según todos los indicios, derivará en el diálogo con ETA. Se decidió a hacer ese gesto porque sabe que “la soberanía nacional la tengo yo”.

Por esta razón, Alejandro Campoy explica que tienen entrada libre al Congreso y “puedo manifestarle mi opinión a la persona que está encargada por mí de gestionar los asuntos mi país”. Asume que no ha seguido los cauces habituales para expresar esa opinión y acatará las consecuencias.

Pero este profesor de Historia en un instituto toledano no ceja en su empeño de denunciar que la política territorial, en general, y en el País Vasco ,en particular, emprendida por este Gobierno “no tiene ni pies ni cabeza”.

Cuando oye a algunos líderes políticos decir que movimientos como el suyo entorpecen el “proceso de paz”, exige y clama que “no me comparen, por favor, con unos señores que se han dedicado a pegar tiros en la nuca, a poner bombas, a matar niños…”  Este martes ha participado en una vigilia por los "Caídos por el terrorismo en España".

{p}¿Por qué una vigilia? {/p}

{r}Los motivos son los mismos que me llevaron a hacer el gesto que hice en el escaño del señor presidente. No estoy de acuerdo, no sólo con lo que él llama proceso de paz (denominación que no comparto) sino, en general, con la política territorial de este Gobierno. No tiene ni pies ni cabeza.

En el caso concreto del tema del País vasco y la negociación con ETA, parece que no es él quien lleva la iniciativa. Parece que le tienen cogido y quien marca la agenda son los terroristas. Esta situación, si realmente es así, no nos permite hablar ni de proceso de paz ni de otra cosa a la que podamos dar nuestro apoyo como ciudadanos.{/r}

{p1}¿Qué le dirías a los cargos políticos que dicen que son movimientos como el vuestro los que impiden que haya “proceso de paz”? {/p1}

{r1}Los diría no me comparen, por favor, con unos señores que se han dedicado a pegar tiros en la nuca, a poner bombas, a matar niños… No me comparen con gente que tiene este “glorioso” historial, poniéndoles ahora como grandes adalides de la paz.

Ellos mismos han dejado muy claro lo que quieren. Lo mismo que hace 40 años cuando se constituyeron como organización armada: autodeterminación para el País Vasco (incluida Navarra), liberación de sus presos, etc. Eso no es una paz. Este es el “proceso de te dejo en paz si me das lo quiero”. {/r1}

{p1}¿Cómo te atreviste a hacer aquello? Porque hacerlo en el Congreso es arriesgado. {/p1}

{r1}La soberanía nacional es nuestra, está dentro de cada uno de los españoles. Yo la delego en unos representantes que son los que están en ese edificio. Esa delegación ya está viciada por el actual sistema electoral y de partiditos (listas abiertas, etc).

La soberanía nacional está relativamente representada en ese edificio. La soberanía nacional la tengo yo en la calle. Y yo, como titular de esa soberanía, tengo entrada libre a ese edificio. Además, puedo manifestarle mi opinión a la persona que está encargada por mí de gestionar los asuntos mi país.

Yo ya sabía que esas formas se salen de los cauces habituales y por lo tanto asumo las consecuencias. En mi caso fue un informe policial. Si llega una multa la asumiré completamente. Yo ya sabía en lo que me metía. {/r1}

{sumario}Si llega una multa la asumiré completamente{/sumario}

{p1}¿Nace en ese momento el movimiento “Rosas Blancas por la Dignidad”? {/p1}

{r1}Surge a raíz del gesto y, de alguna manera, como contestación a la iniciativa de Rosas Blancas por la Paz de las actrices. {/r1}

{p1}Pero esta denominación tan parecida puede llevar a la confusión.{/p1}

{r1}Es un encadenamiento de casualidades. Yo ya pertenecía a la plataforma Hazte Oír y el moviendo nace a partir del gesto en el Congreso. Inicialmente era una iniciativa particular. Luego consulto a mi asociación por si lo quieren asumir. Me dicen que sí.

Por eso ante la opinión pública aparece como un gesto de un miembro de la plataforma. Es cierto que al buscar este nombre se induce a la confusión. Pero el movimiento de las actrices surte cuando yo estaba terminando un libro, de la editorial Libros Libres, que narra la historia de La Rosa Blanca, un grupo de universitarios que en los 40 en Alemania protagonizaron la resistencia a Hitler.

A mí me rechinó mucho esa casualidad. Para mí, que percibo el mundo de ETA como lo equivalente al nazismo, el terror, ese símbolo es como la resistencia al terror. Yo protesté contra esa iniciativa de las actrices y luego tomé la decisión de hacer lo del escaño.

Por todo esto, a mí me hubiera gustado llamar a este movimiento nuestro, sencillamente La Rosa Blanca. Coger, tal cual, el nombre que puso aquel grupo de universitarios alemanes a su resistencia. Pero somos una asociación y no soy yo sólo quien decide. {/r1}

{p1}¿Ha cambiado mucho tu día a día, el trato con amigos, compañeros?{/p1}

{r1}No porque ya me conocen. {/r1}

{sumario}Los presos quieren estar en primer lugar{/sumario}

{p1}¿Qué te parecen estas imágenes que se han visto en los últimos juicios contra etarras en los que se han mostrado irreverentes hacia la justicia, los tribunales y las víctimas contra las que atentaron? {/p1}

{r1}Me parece que deben de estar de enviado un mensaje a su organización. Quieren hacer saber que ellos están en primer lugar en todo este proceso. Que no se olviden de ellos por anteponer el proceso de autodeterminación.

Da la impresión que los presos han quedado en el último punto de esta agenda de la negociación. Debe de ser eso.{/r1}

{p1}Marlaska deja su cargo próximamente a causa del retorno de Baltasar Garzón. ¿Va a ser un obstáculo en este proceso que ha iniciado Marlaska de no darle tregua a ETA y a sus afines? {/p1}

{r1}Esto si es muy difícil de prever porque conocemos la trayectoria profesional de Garzón. Se ha caracterizado por momentos de una aplicación implacable de la ley. Pero Garzón, según lo dicho por nuestro presidente del Gobierno, parece que tiene más cintura.

Marlaska se ha limitado a aplicar, con todo el rigor, la ley. Pero Garzón nos da la impresión de que es una persona que se acopla más a las circunstancias. A fin de cuentas es lo que está pidiendo el Fiscal General de Estado y muchas otras voces. {/r1}