clipping

«Se exige al hombre blanco europeo a comportarse como una mujer»

, Martes, 11 de diciembre 2007

{r}El periodista Éric Zemmour publicó en Francia en 2006 El primer sexo, un libro sobre el feminismo y sus consecuencias en Occidente: inseguridad de los varones, indefinición de los sexos, expansión del divorcio y del aborto. Acaba de publicarse en España su traducción con otro título: Perdón, soy hombre (Áltera). {/r}

{p}En su libro critica a las feministas, a los publicitarios, al capitalismo, a los políticos..., y con un discurso que muchos de ellos califican de reaccionario. ¿Cómo se lo tomaron estos grupos? {/p}
{r}Los insultos (fascista, misógino, racista, homófobo, reaccionario…); la ridiculización («ni usted se cree lo que dice», «lo que quiere es dar el golpe»); las falsas simplificaciones («lo que quiere es que la mujer esté… “la pata quebrada y en casa”»); hasta las amenazas de querella por incitar a la violación: nada me han escatimado. La violencia en los platós de televisión contrastaba con el entusiasmo de los lectores. {/r}
{p}Usted también afirma que las cuotas obligatorias para mujeres en las empresas, los partidos políticos y los parlamentos son ineficaces en la promoción de ellas. ¿Por qué? {/p}
Me limito a tomar nota de que la presencia masiva de las mujeres se impone en política en el preciso momento en que el poder real deserta de la política. Pienso que no es ninguna casualidad. {/r}
{p}Una de las ideas más chocantes de su libro es que las mujeres, con sus bajos sueldos, constituyen el «ejército de reserva del capitalismo». {/p}
{r}Constato solamente que las mujeres entraron en el mundo asalariado a finales de los años sesenta, cuando más fuertes y más eficaces eran las reivindicaciones obreras. Exactamente como los inmigrantes procedente de África del Norte y del África negra.

También constato que, en los años setenta, la parte del trabajo en el Producto Nacional Bruto iba en aumento frente a la del capital; que en los años ochenta (y aún más hoy en día) la curva se invertía a favor del capital. Misión cumplida. Marx, que inventó este análisis del ejército de reserva del capitalismo, acertó, pues, una vez más.

Actualmente, el ejército de reserva del capitalismo es el más fuerte de toda la historia: China, India, como talleres del mundo. Y para los empleos de servicio, imposibles de deslocalizar (hostelería, construcción, etc.), hay la inmigración y… las mujeres. Es porque el sistema capitalista ha ganado por KO por lo que ahora se habla de paridad salarial entre hombres y mujeres: sí, pronto habrá paridad, pues todos los salarios (o casi) seguirán a los de las mujeres. {/r}
{p}Su libro describe con ingenio y acierto la situación del varón blanco perseguido y denigrado por el ambiente imperante. ¿Cuál es su futuro?, ¿desaparecer, someterse a los dictados de lo políticamente correcto, convertirse en un ser prácticamente invisible? {/p}
{r}Se conmina al hombre blanco europeo a comportarse como una mujer. La mayoría de los jóvenes occidentales aceptan la conminación de lo políticamente correcto. Han dejado de saber quiénes son. Los sexólogos están despavoridos ante lo que observan en sus consultas. Angustias, estrés, fallos o inhibiciones del deseo sexual…

El deseo sexual se basa en la atracción de las diferencias. La voluntad ideológica de destruir las diferencias sexuales a favor de la tiranía indiferenciada del género mata, por consiguiente, el deseo. {/r}
{p}Disminución de la población, afeminamiento de los hombres, jóvenes inmigrantes airados... ¿Cree que Europa está en peligro de desaparecer o, como mínimo, de entrar en un período de inestabilidad? {/p}
{r}He leído este verano Ocaso y caída del Imperio romano, éste gran clásico del siglo XVIII. Me he quedado estupefacto al descubrir hasta qué punto la Europa actual se parece a la decadencia del Imperio romano.{/r}