El director general obliga a los colaboradores a firmar un contrato "ilegal"

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Ultimátum de AVUI

Periodista Digital, Viernes, 10 de junio 2005
Primera ilegalidad: les obliga a darse de alta como autónomos y les advierte que “la empresa tiene capacidad para comprobar que lo hayan hecho”. Segunda ilegalidad: les obliga a donar todos los derechos de autoría, incluso con lo que no se publique, que no se pagará, aunque la empresa se quedará con el material. Tercera ilegalidad: toda responsabilidad derivada de la publicación del trabajo será del autor, renunciando el director a su condición de representante del periódico. Entre otras, estas son las denuncias que presenta la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) contra el director del diario catalán AVUI, Oriol Huguet, que ha dado un ultimátum a sus colaboradores para que firmen este contrato no laboral antes del 30 de junio.

El pasado mes de abril, el director general del AVUI, Oriol Huguet, pasó un contrato tipo –no laboral- a todos los colaboradores y corresponsales diciéndoles, entre otras cosas, “que tienen que darse de alta como autónomos y que la empresa tiene capacidad para comprobar si efectivamente lo hacen o no”, afirma Dardo Gómez, presidente del Sindicato de Periodistas de Cataluña (SPC). Un contrato que, en su opinión, “vulnera derechos básicos de cualquier ciudadano y constituye una auténtica vejación para trabajadores históricos de este periódico. Algunos de ellos llevan colaborando desde los años 80”, denuncia.

Puestos en contacto con la dirección de AVUI, fue imposible obtener ninguna respuesta o confirmación por parte de Oriol Huguet, a quien su secretaria pasó el recado y motivo de la llamada de Periodista Digital en cuatro ocasiones diferentes.
{ladillo}Nada que negociar{/ladillo}
El diario da a los colaboradores y corresponsales un plazo hasta el próximo 30 de junio para firmar el contrato que han recibido. “En caso contrario dejarán de colaborar con el AVUI de forma automática”, según explica Dardo Gómez que ha dicho Oriol Huguet.

“Los colaboradores literarios han aceptado”, explica el presidente del SPC, pero la mayoría de los colaboradores “no ha querido firmar porque vulnera el Derecho Constitucional”. Gómez critica, además, que “se están planteando cómo diferenciar entre quien hace información y quién hace opinión, para meter en el saco de “opinión” a algún amiguete al que salvar, ya que a ellos no se les exigen estas condiciones”.

El Comité de Empresa está tratando de negociar con la dirección, pero a juicio de dardo Gómez, “no hay nada que negociar”, y añade que “quien quiera denunciarlo, desde el Sindicato le apoyaremos”.

{pag}El contrato impuesto por Oriol Huguet pretende:

-Que todos los costes de producción, incluido los traslados, sean a cargo del periodista.

-Que toda responsabilidad derivada de la publicación del trabajo sea del autor.

-Que las colaboraciones solicitadas sólo se paguen si se decide finalmente publicarlas, pero que en cualquier caso quedan en propiedad de la empresa.

-Que los periodistas renuncien a todos sus derechos de autoría futuros a favor de la empresa.

{ladillo}AVUI, un periódico con historia{/ladillo}
“El Sindicat de Periodistes de Catalunya rechaza estos métodos cavernarios y lamenta que esto suceda en un diario emblemático, cuyos nuevos dueños han accedido a él gracias al erario público”, comunican. Además, conminan a esta empresa a que abandone esta actitud salvaje y solicitan “a la Generalitat de Catalunya que haga valer su participación en la empresa para frenar este despropósito del cual el gobierno catalán está siendo partícipe ya sea por desconocimiento o, lo que sería más grave aún, por dejación de funciones”.

AVUI se declaró en quiebra el año pasado. Se considera un periódico emblemático en Cataluña por ser el primero publicado en catalán desde la dictadura. Por este motivo, el año pasado se llegó a una especie de pacto con la Generalitat por el que se asumieron las deudas para que alguien lo pudiera comprar sin cargas. Ahora mismo está en poder de La Vanguardia y Planeta, y una parte asociada de la Generalitat de Cataluña, “casi simbólica”, en palabras de Dardo Gómez.

Se comprometían a mantener la plantilla, pero propusieron el despido de 14 personas que finalmente pasaron a La Vanguardia, excepto. 2 ó 3 con los que se llegó a un acuerdo y se marcharon.