Bates se mudó al fuerte junto con su esposa Joan y su dos hijos, y cuando sus abogados le dijeron que era defendible en un proceso judicial, salió a cubierta con un tarro de pintura y le puso nombre a su utopía con letras inmensas
La historia del estado más pequeño del mundo cabe en un post. El que ha redactado Carlos Suasnavas en «Sentado frente al mundo«.
Según la legislación internacional, un un estado nación se caracteriza por tener un territorio claramente definido, una población constante, si bien no fija, y un gobierno.
Y esto es precisamente lo que consiguió a finales de los sesenta el inglés Roy Bates, militar retirado del ejército británico que tenía la intención de crear una radio pirata.
Tras ser declarado culpable de violar la ley de radiodifusión nacional, Bates, que también había sido pescador, trató de buscar su objetivo en ultramar, fuera de los límites jurisdiccionales de su país.
Así es como llegó a la torre Roughs, una de las fortalezas Marinas Maunsell construídas por el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial para defender la zona del estuario del río Támesis de los ataques nazis y abandonada desde entonces.
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