Arturo Pérez-Reverte: "Las redes son una desventaja cuando el opinador es un imbécil que grita fuerte"
Es un tipo duro. Seguro de si mismo y sin ataduras. Arturo Pérez-Reverte, quien antes de ejercer de académico de la Lengua y convertirse en el novelista español de mayor éxito mundial, se fajó como reportero de guerra por medio planeta, tiene poca tolerancia a tres cosas: la tibieza, la cobardía y la estupidez («Es la guerra santa, idiotas»).
Los Mossos d’Esquadra confirmaron este lunes 21 de agosto de 2017, que el conductor de la furgoneta que perpetró el atropello masivo en las Ramblas de Barcelona era Younes Abouyaaqoub, el terrorista islámico que este lunes fue cosido a balazos en una viña de Subirat, tras cuatro días en fuga.
Antes del tiroteo definitivo y decididos a cazarlo, tanto la policía autonómica como el Ministerio del Interior publicaron en Twitter imágenes del facineroso, junto a una somera descripción física:
«Complexión física normal Aproximadamente 1’80m Piel oscura Pelo corto Podría llevar barba».
Unas palabras que no sentaron nada bien en la Fundación Internacional de Derechos Humanos, cuyos estirados dirigentes se pusieron estupendos y contestaron con un ‘profesoral‘ tuit:
Desde la Fundación Internacional de Derechos Humanos les exhortamos a no utilizar jamás la expresión: «Piel oscura», ni otras sinónimas.
— Derechos Humanos (@Declaracion) 21 de agosto de 2017
La respuesta de la Fundación Internacional de Derechos Humanos no ha gustado en absoluto al escritor Arturo Pérez-Reverte, que ha dado una réplica breve pero contundente (No traga ni a los periodistas tibios ni a los claudicantes que vacilan frente al terrorismo).
Muy corta, sin texto pero muy en su estilo. Se ha limitado el novelista y académico a poner un enlace que lleva directamente a la definición de «gilipollas» de la RAE: «Necio o estúpido».
https://t.co/RCVupmmTDB https://t.co/mM3NkK6T6i
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) 21 de agosto de 2017