Sigue el periodista de ‘gira’ por los distintos medios promocionando su nuevo libro ‘Los 80 años de Sofía, esposa, madre y abuela‘, repitiendo hasta la saciedad que la ahora emérita lo dejó de lado en su momento más difícil: cuando su hija que era adicta a la heroína murió a causa del sida.
Jaime Peñafiel, que no da puntada sin hilo, aprovecha ahora en una entrevista a ‘El Español’ para cargar de nuevo tintas contra la reina Letizia, desvelando la verdadera razón que hizo que doña Sofía empezara a apartarla de su lado.
Y lo hace el veterano cronista tras calificar a la esposa de don Juan Carlos como una mujer «fracasada».
«Sofía ha seguido enamorada a través de los daños, las infidelidades y el desamor…
ha fracasado en su vida, totalmente. Un fracaso rotundo como reina, como madre, como abuela y como mujer. Ha intentado hacerlo todo y al final todo lo ha hecho todo muy mal. En el fracaso matrimonial, ella es tan culpable como el rey. Pudo haberse divorciado. Fue el error de su vida no divorciarse en su momento».
Y cuenta que ha intentado ser una buena suegra:
«Intentó ayudar a Iñaki Urdangarin (50). Todos recordamos la frase de «Iñaki es un hombre bueno, buenísimo, magnífico…». Luego intentó ayudar con la imagen en Washington yendo a ver a su hija y posando para ¡HOLA!. Y con Letizia, más de lo mismo. La reina Sofía, ante la oposición del rey al descubrir que Letizia era divorciada, se posicionó junto a su hijo.
Fíjate que ahora su hija Elena (54) está divorciada. La reina apoyó a su hijo y le devolvió el apoyo que el príncipe le brindó en su crisis matrimonial por las infidelidades del rey Juan Carlos. Apoyó a Felipe y Letizia hasta que el primo hermano de Letizia, David Rocasolano, publicó lo del aborto. La reina Sofía tiene un concepto muy estricto de la moral y cuando se entera de que Letizia ha abortado, la aparta».
Y recuerda el episodio en la catedral de Palma:
«No entiendo de dónde viene tanta tensión familiar pero lo de Palma de Mallorca fue tremendo. Una foto con sus nietas y la reina Letizia estalla de una forma violenta, terrible. Quizá es la escena más violenta que se haya conocido en la monarquía. ¡Fue pública! No es que lo hayan contado, ¡es que se vio!
Aquello puso de manifiesto el mal de fondo familiar que hay. Aquello fue una agresión. Menos pegar hubo de todo: malas formas, malos gestos, malas palabras… Y después aceptó participar en los paripés organizado por la Casa Real a los tres días, como si no hubiera pasado nada… ¿Nos toman por tontos? Este verano igual, llevando a su nieta de la mano, una mano que la había ofendido al posarla sobre su hombro…»
Y pone la guinda al pastel:
«Letizia no ha engañado a nadie. El culpable de todo es Felipe, por supuesto. Felipe demostró una irresponsabilidad enorme casándose con Letizia. Ella es quien era. Lo demostró el día que se anunció el compromiso cuando le dijo, «¡déjame hablar a mí!«. Y con toda la razón. Pero se le olvidó que ella era la consorte y el titular de la Corona es él. Ella no ha cambiado. Ha ido a más.
Lo dijo el conde de Barcelona, «una reina no debe tener pasado«. Todos tenemos la obligación de saber quién es Letizia, de dónde viene… Puede que tenga vida íntima pero no tiene vida privada: su biografía debe ser pública.
También es un gran fracaso del CNI, que no investigó su biografía antes de autorizar el matrimonio. Hasta los alemanes lo han dicho, con los sesudos que son… Felipe y Letizia nunca se divorciarán porque por encima de todo está la institución, a pesar de que la familia real no es una familia».
