El diario de Alfonso Salas apenas consiguió un millón provenientes de cajas y pequeñas entidades.
La prensa de papel se arruga a pasos agigantados mientras que la digital toma el timón. Ahora le toca el turno a El Economista que reforzará su versión online en elEconomista.es.
Tras buscar un salvavidas financiero de seis millones de euros para seguir a flote, el diario de Alfonso Salas apenas consiguió un millón provenientes de cajas y pequeñas entidades, obligándole a tomar medidas drásticas de ajuste para antes de navidades.
TODO ES FALSO
La negativa del grupo Il Sole a entrar en la ampliación de capital fue determinante para que el diario tenga que asumir la tijera a su plantilla de 80 trabajadores para sobrevivir con sólo 12.
Alfonso de Salas dejó la presidencia de El Mundo para tomar las riendas de El Economista, el diario económico que salió al mercado en febrero de 2006. Su idea original fue hacer «un diario de investigación y análisis».
Pilar Rodríguez, directora de comunicación, niega rotundamente este extremo:
«Estamos reforzando las áereas e incluso hemos contratado gente. Estamos moderadamente optimistas».
EN APUROS
Editado por la sociedad Ecoprensa, nació con un capital social de 15 millones de euros, aportados por distintos profesionales y empresarios.
Pero los problemas no tardarían en llegar. Carlos Salas, uno de los impulsores del proyecto dejó su puesto en el periódico, ocho meses después de su nacimiento, una salida relacionada con su «falta de sintonía» con el editor del rotativo. Y tan sólo un mes después de que Sonia Franco, jefa de redacción, también abandonara el rotativo.
En marzo de este año, el diario sufrió una importante limpia de cargos directivos.
Según Alfonso de Salas, se trató de:
«Un ajuste de plantilla necesario para hacer frente a la caída de la publicidad, que está afectando a todas las cabeceras nacionales»
Pilar Rodríguez recuerda que
Hemos hecho la reconversión hace un año. Y hemos cumplido los objetivos para continuar siendo un referente de prensa económica