Igual que pronto será primavera en El Corte Inglés, ya es campaña electoral en la prensa progresista
Nunca pensé que diría esto, pero echo de menos El País pre-Liberty. Ya sé, ya sé: era insufriblemente arrogante, rabiosamente partidista con pretensiones de imparcialidad y decepcionantemente previsible. Pero, no sé, uno sabía dónde estaba con él. Ahora es sencillamente plano e ideológicamente confuso. Afortunadamente, conserva muchos de los tics que lo convirtieron en su día en una de las lecturas favoritas de este Trasgo, como su inveterada costumbre de aplicar dos varas de medir según las siglas de los protagonistas. Sección ‘Madrid’: «Uno se pone al día enseguida», titula un artículo —Aguirre impone a sus ‘paracaidistas— sobre cómo Esperanza Aguirre reparte candidaturas a alcaldías para las próximas elecciones municipales sin importar que los implicados conozcan el municipio que van a dirigir si ganan. «Los aspirantes consideran que no es necesario conocer un municipio para concurrir allí», reza el primer subtítulo; y el segundo, más ominoso: «Ninguno se atreve a cuestionar las decisiones de Aguirre». Es un tema aceptable y una crítica legítima… si la aplicaran por igual a todos.
El ‘paracaidismo’ político es un viejo vicio de los partidos en el que, desde luego, el PSOE no puede levantar la voz sobre el PP ni, en general, la izquierda sobre la derecha. En Madrid, por hablar de mi pueblo, históricamente hemos tenido alcaldes venidos de todas las provincias. Y en cuanto al deprecio de los mandamases a la adscripción geográfica, sólo tendríamos que pronunciar una palabra, Beneixida, para que el PSOE-sartén dejara de acusar al PP-cazo de tiznarle.
Y es que, igual que pronto será primavera en El Corte Inglés, ya es campaña electoral en la prensa progresista. Quiero decir, más de lo usual. Público está que lo tira, genuflexo ante su ‘señorito’. Gran despliegue: «Zapatero censura a Rajoy por ‘mirar para otro lado«. Subtítulo: «Afirma que para ganar unas elecciones ‘hay que merecerlo». Me temo que no, señor presidente: para ganar unas elecciones hay que convencer al electorado; si cada uno se llevara lo que merece, Zapatero no perdería meramente las elecciones, sino que… Pero, no, que no tengo el cuerpo para una querella.
IPSA VERBA
De cualquier manera, el despliegue incluye citas del presidente, y aunque esta sección debería ser un paseo por la prensa, no me resisto a comentar semejantes perlas, siquiera brevemente. «El programa y el discurso del PP se reducen a cuatro o cinco palabras: la culpa es de Zapatero«. Y la única esperanza del PSOE se reduce a seis: la culpa NO es de Zapatero. Porque, aunque le sorprenda al presidente, cuando un país va mal es costumbre pensar que el Gobierno no lo hace bien, fíjese usted qué cosas. En realidad, la surrealista defensa de los socialistas en estos días aciagos es pretender que la culpa es de la oposición, pero si eso le sale bien entenderé que la Logse ha hecho estragos sobre la lógica del personal. Otra: «Produce perplejidad ver a Montoro, cuando habla de pensiones, a la izquierda de Cándido Méndez y de Toxo». No tanta perplejidad como ver a Cándido Méndez y Toxo -y a usted mismo- colocarse a la derecha de Montoro para mantener el tinglado; si es que nos lo pone a huevo… Más: «Se ve a nuestros candidatos con cara de ganadores». Esa frase la firmo, con sólo excluir el final, «de ganadores». De eso, de cara, sí hay superávit en su partido.
Pero el gran tema, la megaexclusiva que copa la primera de Público es, atención, que «Los ricos acaparan los huertos solares», donde denuncia que «Los millonarios y las grandes empresas acumulan el 40% de la potencia instalada». Uno se alegra infinito de demostrar, en ocasiones como esta, que las ideas que defendemos los que estamos en el otro extremo del arco ideológico con respecto a Público no son una coartada para defender a los ricos. Mira que hemos advertido veces del ‘timo de las renovables’, del despilfarro que suponen. Ahora, ya ve Público: hasta es malo para su sueño igualitario. Aunque, teniendo en cuenta que los huertos solares requieren grandes superficies de tierra para ser mínimamente productivos, bastan cinco segundos de reflexión para entender que los terratenientes tendrán más papeletas que los inquilinos de un pisito en la lotería de la energía alternativa.
Eso, de gran titular; de foto, los Goya. Páginas, de 36 a 39. —Los fantasmas de la ópera— También es cosa grande en El País, cinco páginas. ¿Por qué? El cine español no lo ve nadie. Vale: muy poca gente. ¿Por qué los periodistas nos consideramos obligados a cubrir sus premios como si importaran? Los filatélicos o los aficionados a la Play tienen derecho a sentirse agraviados.