Para Víctor de la Serna, Sostres ha demostrado una "infinita falta de estilo y de educación"
Las palabras de Salvador Sostres vuelven a estar en el punto de mira. Víctor de la Serna, veterano periodista gastronómico y adjunto a la dirección de El Mundo, ha publicado un artículo titulado ‘Equivocado, injusto y maleducado’ en el que critica a Salvador Sostres, colaborador de El Mundo, y al propio diario para el que trabaja.
El 17 de febrero de 2011, Sostres publicó un texto en El Mundo y en su blog personal en el que insultaba al recién fallecido cocinero Santi Santamaria. Bajo el nombre ‘Llevaba diez años muerto’, Sostres aseguraba que el cocinero catalán fue una mala persona, celosa, muy mal profesional y envidiosa, que no tenía amigos.
Estas son algunas de la palabras que han desatado el estupor y malestar de Víctor de la Serna, que no entiende cómo el diario para el que trabaja, El Mundo, ha permitido su publicación:
Ni los escritos racistas ni el micrófono indiscreto (en relación a anteriores escándalos de Salvador Sostres) ocurrieron en El Mundo. Pero los dos artículos, en su blog, cargados de vituperios contra Santi Santamaria tras caer éste fulminado por un infarto, sí: «Como cocinero no ha dejado nada remarcable, ninguna aportación que haya servido para el progreso de la gastronomía ni de la humanidad. Todo lo hizo exclusivamente en beneficio propio, sin ninguna generosidad. (…) Fue una mala persona, una persona horrorosa, y un cocinero mediocre. (…) Ha muerto un impresentable, una persona pésima y un cocinero sin ningún interés».
Han sido dos ejercicios lamentables, por los que tenemos que culparnos, primero, nosotros mismos tras no haber impedido su publicación aplicando lo que taxativamente impone nuestro Libro de Estilo, en teoría de obligado cumplimiento. Éste dice que El Mundo «excluirá de las columnas firmadas los insultos y las críticas extremas» y que «entre los insultos proscritos están las descalificaciones ad hominem».
Para Víctor de la Serna, Sostres ha demostrado, una vez más, una «infinita falta de estilo y de educación» y le recuerda que «criticar no significa ser un maleducado como él».
