La Voz de Galicia, uno de los grandes, ya no de la prensa regional, cuyo liderazgo parece incuestionable, sino de los rotativos a escala nacional, atraviesa momentos de turbulencias. La crisis económica está causando estragos en el papel y la empresa radicada en Arteixo, que hasta la fecha se había mantenido firme contra viento y marea para no sucumbir en la dinámica de recortar personal, estudia seriamente una propuesta para prescindir de una parte de su personal, que serían 44 personas en redacción y 31 en administración, aunque nunca serían despidos propiamente dichos porque hay un convenio suscrito en octubre de 2009 entre la dirección del periódico y del comité de empresa para que, a cambio de no proceder a reducir el personal, los trabajadores se comprometían a una rebaja salarial del 3%.
Los hechos son que desde 2007, los ingresos no han hecho otra cosa que disminuir por mor de esa crisis económica que afecta a todos los sectores, pero con especial virulencia a los periódicos. En diciembre de ese año se cerró el ejercicio económico en La Voz de Galicia con unos jugosos nueve millones de euros de beneficios, cantidad ésta que bajó espectacularmente a poco más del millón de euros en 2008 y en 2009 el montante estuvo entre los 800.000 y los 900.000 euros. El problema se genera en 2010 cuando los datos cantan que no sólo no se han producido ingresos netos, sino que hay unas pérdidas en torno a los 100.000 euros, algo que enciende las alarmas en la empresa.
Precisamente, en 2009, cuando aún existían beneficios, cierto es que bastante escuálidos en relación a lo ganado en el mítico año 2007, ya se barruntaban los primeros problemas y de ahí que los trabajadores aceptasen una rebaja del 3% en sus emolumentos a cambio de que la empresa no procediese a efectuar despidos, salvo que se diesen tres circunstancias perfectamente tasadas y que, según las fuentes consultadas, no se han producido: Esos supuestos serían la reducción de 10.000 ejemplares de media diaria en las ventas del periódico, una disminución del 25 % anual de la difusión o por pérdidas antes de impuestos de 3 millones de euros.
Aparte de la pérdida de 100.000 euros, también existe una honda preocupación porque, según datos oficiales de la OJD (enero-diciembre 2010), La Voz de Galicia cae por debajo de los 100.000 ejemplares difundidos de media diaria por primera vez en muchos años. Concretamente, se queda en 97.016.
Ante esta situación, la empresa busca soluciones, pero también reconoce que no quiere incumplir lo pactado con los trabajadores en octubre de 2009, es decir que no hubiese despidos a cambio de esa rebaja en la nómina, de un 3%, un acuerdo que estará vigente hasta diciembre de 2011. Por eso, la dirección de La Voz de Galicia busca fórmulas alternativas y una de ellas sería la de optar por las prejubilaciones y bajas incentivadas. Fuentes del comité de empresa reconocen que se ha abordado ese punto y, aunque en lo sustancial pudieran estar de acuerdo ambas partes, donde se genera una discrepancia de momento insalvable es en el número de días por año trabajado. El comité pide que sean 45 días por ejercicio completado y un tope de 42 meses, máxime teniendo en cuenta la merma del 3% salarial, mientras que la empresa se queda en 35 días y el tope de 24 meses.
José Francisco Sánchez, director de comunicación de la Fundación Fernández Latorre, detalla a Periodista Digital que «nosotros, a pesar de la crisis, hemos sido la única prensa editora que no ha procedido a realizar despidos, cuando lo cierto es que otras empresas han reducido su plantilla prácticamente a la mitad».
El problema, argumenta, «es que en 2010 se han producido pérdidas y en 2011, si no se realizan una serie de ajustes, las pérdidas aún serían mayores», de ahí que se haya planteado no el tema de los despidos, pero sí acometer el plan de prejubilaciones y bajas incentivadas. No obstante, subraya que «nosotros no podemos incumplir el convenio que se firmó a finales de 2009 y a lo mejor todo esto queda en nada, que no se produce ninguna baja por esta vía».