El Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra los días 3 de mayo, se conmemora en España con una serie de columnas banales escritas por unos pocos de los periodistas que no sufren problemas laborales.
Curri Valenzuela publica en ABC una columna en la que glosa el ahorro en la recepción del Dos de Mayo en Sol.
«No hubo canapés y sí mucha preocupación por el ahorro de dinero público en la recepción con la que Esperanza Aguirre celebró ayer la fiesta de la Comunidad con la flor y nata de la política y la sociedad madrileña. «Lo de los canapés se entiende por la austeridad pero, oye, solo pasaron unas fuentes de chistorra y cazar una cerveza era tarea casi imposible», me cuenta el topillo.»
María Dolores Masana Argüelles, vicepresidenta de la Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE, publica una tribuna en El País con motivo del Día Internacional de Libertad de Prensa, que se puede aplicar hoy a Valenzuela:
«Si queremos sobrevivir, tenemos que volver al periodismo de calidad, al periodismo de excelencia, como única salida. Ya sea en medios de prensa escrita, audiovisuales o digitales. Esto es algo que no parece que entiendan los editores y en tanto no se tenga en cuenta, la consideración que a día de hoy tiene la sociedad de los periodistas y de la prensa en general no será buena.»
¿Será ésta el tipo de informaciones que publica El País a la que se refería Juan Luis Cebrián hace unos días diciendo que no le interesaba?
Otro ejemplo. José Luis Gutiérrez, a quien el Tribunal Supremo condenó por atentar contra el honor de ese genocida que fue Hassán II, en una sentencia cuyo ponente fue Clemente Auger, nos da una noticia:
«En la reciente comida de los Príncipes de Asturias en honor del Premio Cervantes, el ausente Nicanor Parra, conversé con Juan Luis Cebrián, cuyo grupo padece grandes tribulaciones económicas y sindicales, aunque él se manifestó optimista y me aseguró que «en un año» lograría solucionar el problema de la mastodóntica deuda de su holding.»
José Luis, ¿no habría sido conveniente que confirmases esa confesión del millonario Juan Luis con otras fuentes, como el comité de empresa de El País?
La guinda de este día de homenaje a los periodistas es la patética columna de Luis María Ansón en El Mundo: un remedo de diálogo entre Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez con una gracia perfectamente descriptible:
«Es que no han venido ni los liberados, Méndez, ni los liberados. Se nos han subido a las barbas, sobre todo a ti, claro. Hemos convocado a 31.200 y no han acudido ni 3.000.»
Abandonemos a las viejas y decadentes glorias de la profesión periodística española para prestar atención a otras cosas más interesantes.
Iñaki Ezkerra emplea ‘La Tercera’ de ABC para (sorpresa, sorpresa) defender la Monarquía titulada ‘La Corona y la Izquierda maruja’, en la que arremete incluso contra Belén Esteban, a la que niega el derecho de hablar sobre la institución, aunque los impuestos de ésta paguen los gastos de los Reyes, los príncipes y las infantas.
«Dicho de otro modo, no es serio ni lógico, ni ético, ni procedente, ni coherente ni mentalmente sano que quieran jugar en un plató gallináceo a la Tercera República los que tienen como infalibles estrellas invitadas de su show a algún grande de España al que se le ha ido la olla o a una deslenguada a la que llaman «la princesa del pueblo».»
Lo peor, concluye Ezkerra, es que la izquierda política e intelectual se suba al carro y provoque «una crisis institucional que, además de ficticia, no nos podemos permitir en el actual momento de inestabilidad económica que vive España».
QUÉ HACEN LOS BANCOS ESPAÑOLES
Manel Pérez en La Vanguardia explica qué hacen los bancos españoles con los fondos que les traspasa el BCE: comprar deuda pública con un beneficio de hasta un 5%.
«Pero esa cómoda bicicleta no podía durar eternamente. Los inversores echan cuentas y los nervios vuelven. Según un grupo de analistas de la City citados por Bloomberg, a los bancos españoles les quedaría capacidad para mantener ese ritmo de compras como mucho durante unos 50 días más, y la mitad a sus colegas italianos.»
En Libertad Digital, Jesús García Domínguez comenta las consecuencias de establecer un banco malo para que los bancos del mejor sistema financiero del mundo (como dijo Zapatero) coloquen en él los pisos y productos financieros que no colocan ni venden:
«Los bancos sanos se quedarán con los ‘zombis’ y todo arreglado, nos ilustró ‘Mafo’ después. Fórmula magistral, la del Banco de España, con la que se ha simplificado, y mucho, el asunto. Antes, unos bancos prestaban y otros no. Ahora, no presta ninguno.»