"Redactores de El País me alertaron de la inconveniencia de utilizar metáforas apocalípticas"

Cebrián reivindica el papel de ‘El País’ en medio de la crisis de la prensa

Concluye que el futuro del periodismo dependerá de los periodistas

Cebrián reivindica el papel de 'El País' en medio de la crisis de la prensa
Captura de la viñeta de 'El Roto' del miércoles 25 de abril de 2012 y Juan Luis Cebrián.

Si el director de El Mundo, Pedrojota Ramírez, escribe un artículo-homilia todos los domingos, el fundador de El País, Juan Luis Cebrián,  deja sus tribunas para las ocasiones especiales.

El 4 de mayo de 2012 era una de ellas, porque era el aniversario de la fundación de El País y además porque este aniversario se produce en medios de las polémicas declaraciones del destacado periodista y empresario en torno al futuro del papel.

Cebrián, que sigue siendo consejero delegado del Grupo PRISA, a pesar de que la mayoría del capital está en manos de Liberty, ha querido reflexionar públicamente sobre el tema que le valió una reprimenda en su periódico por parte del Roto y con el miedo a posibles despidos de EREs.

«Hace hoy 36 años que El Páis salió a la calle en medio de una enorme expectación ciudadana. El diario, cuyos iniciales promotores quisieron y no pudieron publicar en las postrimerías del franquismo, llegaba apoyado por un accionariado múltiple y variopinto, divido y hasta enfrentado entre sí, que había puesto más fervor en el proyecto que dinero en la inversión».

No deja de ser sorprendente que Cebrián haga referencia a las postrimerías del franquismo, puesto que aunque es un hecho que El País inició sus gestiones para salir a los quioscos en 1973 (precísamente por las mismas fechas de la auto-voladura del diario Madrid) y no se le permitió salir hasta 1976 con Manuel Fraga como ministro de Gobernación, es curioso que haga referencia a una etapa en la que Juan Luis Cebrián ocupó un cargo en ese gobierno de la postrimería del franquismo, como tanto le recuerdan sus detractores.

ELOGIOS A POLANCO Y A SÍ MISMO

No obstante, ni sus detractores pueden negar que El País fue un periódico símbolo de la democracia como Cebrián recuerda en su texto:

«Era el primer periódico de cobertura nacional que aparecía después de la muerte del dictador. Enseguida tuvo un éxito espectacular, que le ha acompañado hasta nuestros días (…) supimos conectar con los lectores. Naturalmente detrás de todo ello hubo un equipo humano muy joven y entusiasta, un empresario que supo aunar la voluntad fragmentada de la propiedad»

Encabezando al equipo humano joven estaba él mismo, y en cuanto al «empresario que supo aunar la voluntad fragmentada» se refiere al difunto Jesús Polanco.

Aunque en la frase de que «supo aunar la voluntad fragmentada de la propiedad», se refiere a que ganó la guerra de accionistas que se disputaban los de Areilza (Dario Valcárcel, Antonio de Senillosa), los de Fraga (Carlos Mendo, González Páramo, Milián Mestre), los liberales orteguianos (Julián Marías, Miguel Ortega) o figuras polémicas como Antonio García Trevijano.

Aunque más que aunar lo que hizo Polanco fue comprar las acciones de sus contrincantes, no por ello merece menos mérito, puesto que si no hubiera sido por él y por Cebrián, el diario El País no hubiera logrado la solided y el éxito empresarial y periodístico que ha supuesto.

CEBRIÁN: «¿CUAL ES EL FUTURO DEL PERIODISMO?»

Cebrián continúa así su reflexión sobre la crisis de la prensa:

«Los medios de comunicación, que durante siglos han sido el vehículo natural de ese debate, se enfrentan ahora no solo a la crisis general, sino que deben asumir también el profundo cambio tecnológico que la sociedad digital implica. En medio del tsunami, decenas de miles de periodistas de todo el mundo han perdido su empleo en los últimos años y centenares, miles, de publicaciones han echado el cierre».

«Los editores se preguntan, con razón, por cuál es el modelo de negocio en la red (…) antes de responderse prestaran atención a la demanda, a veces angustiada, que muchos periodistas se hacen, al margen la preocupación por el mantenimiento de sus puestos de trabajo: ¿cuál es el futuro del periodismo? Si somos capaces de contestarnos, el modelo de negocio quedará resuelto.

Tras la introducción el consejero delegado de PRISA aborda directamente el problema de su propia casa:

«Los redactores de El País (y no son los únicos) me alertaron sobre la inconveniencia de utilizar metáforas apocalípticas en este debate, consejo que agradezco y trataré de hacer bueno».

Se refería, probablemente, al malestar que causó en El País su expresión sobre «que cuando lee El País ya sabe lo que dice» y que «El País no tiene futuro». — El País le hace un Roto a Cebrián

«En la reunión del Paley yo traté de advertir a mis colegas respecto a (…) dibujar un mundo (…) sin resolver el problema de cómo han de financiarse. Esta cuestión es más relevante para la convivencia política que el tipo de soporte físico (papel o pantallas de cristal líquido) que los lectores utilicen a la hora de leer las informaciones y análisis que les interesan».

Después de contrastar sus valoraciones con las de otros prebostes del mundillo mediático internacional (The Economist, BBC), el CEO de PRISA deja planteada la pregunta y reivindica el papel del periodismo.

«Una sociedad sumergida en la abrumadora cantidad de información que la Red aporta, y en la que se confunden verdades con mentiras, calumnias con denuncias ciertas, injurias con críticas fundadas, rabietas con protestas cívicas, el periodismo profesional no solo tiene un futuro, sino que resulta más necesario que nunca» (…)

Cebrián recuerda que el periodismo tiene que explicar la realidad al público, vigilar al poder y «hacerlo desde el pluralismo». Y atribuye la defensa de esos principios al éxito de El País

«El profesor López Aranguren, un mito para el pensamiento hispano de aquella época, lo definió (a El País) como el «intelectual colectivo» que España precisaba».

Un reproche a los políticos…

«La actual crisis se caracteriza entre otras cosas por la ausencia de liderazgos, muy evidente en la clase política europea pero también en el devenir cultural, en el que ya ni siquiera es distinguible el papel de las vanguardias».

Y la conclusión final:

«El futuro del periodismo será al fin y al cabo el que los periodistas mismos queramos labrarnos».

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Autor

Juan F. Lamata Molina

Apasionado por la historia en general y la de los partidos políticos y los medios de comunicación en particular.

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