«¡Ni cena de enamorados ni narices!». Así de indignada se mostraba la periodista Pilar Eyre en su columna de este fin de semana en El Mundo. Y no es para menos. Fue testigo de un tète a tète entre el presidente de Planeta, el grupo mediático más importante de Europa, José Manuel Lara y la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín.
Estoy hablando del jueves de la semana pasada, cuando la infanta Cristina e IñakiUrdangarin cenaron en el elegante restaurante Via Veneto de la calle Ganduxer, lo que algunos definieron como «cita romántica», mientras otros, con conocimientos de francés, precisaron que era un «tète a tète para celebrar el aniversario de Iñaki». ¡Pues no! Cristina y su marido no estuvieron solos, sino acompañados por el emblemático empresario catalán, presidente de Planeta, el grupo mediático más importante de Europa, José Manuel Lara, y su mujer. La cena fue larga y densa, con mucha conversación, rostros graves y abrazos paternales al final. Recordemos que Lara es un gran amigo del rey, con el que se reúne frecuentemente. No conozco el tema que se controvertía esa gélida noche barcelonesa, pero sí puedo aportar quién pagó: como corresponde a las más elementales reglas de la buena educación, fue el matrimonio de mayor edad el que se hizo cargo de la factura.