Blesa cobró al menos 12,4 millones entre 2007 y enero de 2010, cuando fue sustituido al frente de la entidad por Rodrigo Rato
Una vez el juez Elpidio José Silva dictó en su despacho del Juzgado de Instrucción 9 en la cuarta planta del edificio de Plaza Castilla de Madrid auto de prisión contra Miguel Blesa, dos guardias civiles bajaron en ascensor a los calabozos.
El atildado expresidente de Caja Madrid esperaba ansioso la decisión del juez en una celda comunal rectangular, de las que no tienen ventanuco superior hacia la calle Bravo Murillo de Madrid, y se le encogió el corazón al escuchar abrirse la puerta y ver a los dos guardias civiles grilletes en mano.
Le esposaron y lo condujeron al camión conocido como canguro donde le encerraron en una de los angustiosos habitáculos habilitados para el transporte de presos.
En apenas una hora el canguro recorrió los 37 kilómetros que distan hasta el idílico enclave de Soto del Real donde se encuentra el Centro Penitenciario Madrid V, donde llegaron ya de noche. Una vez en el interior, Blesa pasó por el protocolo de entrada de presos preventivos.
Depositó en una bolsa su cartera, el móvil, los gemelos de su camisa y le entregaron un recibí para que el día que salga recupere sus pertenencias. Le obligaron a quitarse los cordones de sus zapatos para evitar que se ahorque con ellos en la celda y procedieron a tomarle la filiación. Foto de frente y de perfil. Y toma de huellas dactilares. De los diez dedos.
Le entregaron un juego de sábanas y un kit de baño. También unos cubiertos de plástico para el comedor. Y el peculio, una tarjeta con saldo máximo de 80 euros para gastar en el economato de la prisión en galletas, desodorante o café.
De ahí le llevaron al chabolo, como se conocen las celdas, tras una breve entrevista con el psicólogo. Al no detectarle depresión o tendencias suicidas, ocupó una celda para él solo.
El inodoro sin tapa, un espejo en la pared de chapa encima del lavabo, una mesa encastrada a la pared, una cama con jergón fino, una balda y una ventana con vistas a la Sierra.
Por la mañana, a las 08.00 h, aunque ya llevaba horas despierto, le tocó asearse y bajar al comedor donde apenas picoteó las tostadas con mantequilla, bebiéndose el café entero. Después, cuatro horas entre el patio y la sala de televisión confiando en que su familia reuna los 2,5 millones de fianza que le permitan dormir en casa esta noche.
Pasadas las seis de la tarde, cuando todavía no habían pasado 24 horas desde que lo bajaron como un corderito al calabozo de Plaza de Castilla,Blesa slió de la prisión de Soto del Real.
Todo, después de que sus abogados depositaran en el juzgado número 53 de Madrid la fianza de 2,5 millones solicitada por el juez para que el banquero salga de la cárcel.
Los abogados tenían cuatro vías para realizar el pago de la fianza. La primera era con un aval solidario, la segunda, aportando una garantía hipotecaria, la tercera a través de un fiador personal y la cuarta realizando el pago en metálico.
Blesa cobró al menos 12,4 millones entre 2007 y enero de 2010, cuando fue sustituido al frente de la entidad por Rodrigo Rato.