Marius Carol, columnista del diario, tertuliano de 8TV y RAC1, exresponsable de la cobertura de la Casa Real para La Vanguardia, es un tipo muy bien relacionado
Dicen que hasta el Rey llegó a afearle que un grande de España como él estuviera dando pábulo en sus medios -numerosas subvenciones de la Generalitat incluidas- a la tentativa soberanista de Artur Mas.
Como explica M. Ortega en ‘El Semanal Digital’, desde que el presidente de la Generalitat pusiese en marcha su proyecto, La Vanguardia, el diario de Javier Godó, se mostró como uno de los más firmes apoyos mediáticos de Mas. Hasta que a finales de octubre mutó y se apeó del carro para mantener una posición más «dialogante» al respecto.
Los acontecimientos del último año parecen haber pesado en la decisión de Godó de cortar la cabeza a José Antich, nombrado director del periódico en el año 2000.
Antich, que se había incorporado a La Vanguardia en 1994 tras pasar por medios como Efe o El Periódico de Catalunya, venía respaldado por el visto bueno de su cercanía a los Pujol y de sus buenas relaciones con gentes de la órbita popular como el entonces ministro Josep Piqué.
Sin embargo, en los últimos meses las quejas sobre la deriva del periódico habían ido in crescendo y el propio Godó había sido blanco de los dardos de quienes resaltaban la contradicción entre su condición de gran aristócrata español y el apoyo al independentismo de Mas.
El cambio de Antich por el director de Comunicación del Grupo Godó, Màrius Carol, al frente de La Vanguardia ha sido valorado como un paso más por cerrar esa etapa. Un cambio que se haría oficial en las propias horas.
Carol, columnista del diario, tertuliano de 8TV y RAC1, exresponsable de la cobertura de la Casa Real para La Vanguardia y bien relacionado con el poder político, económico y mediático catalán por su condición de dircom, ofrecería una imagen más «moderada» para cerrar las ampollas levantadas por la línea editorial de Antich y, al mismo tiempo, bregar con el entorno independentista.
Pese a todo, algunas fuentes insisten en señalar que Antich no deja de ser un damnificado del propio Godó, ya que la línea defendida por su periódico en los últimos meses no se habría llevado a cabo sin su consentimiento.
«Si le ha cortado la cabeza a Antich es porque él no se la puede cortar».
En última instancia, Carol, como Antich, dependerá de un único responsable: el propio Godó.