Sostres se declara admirador de los silencios de Rajoy ante los gritos de Mas
Dos son los asuntos principales que toca la mayoría de los columnistas este 18 de febrero de 2014: las avalanchas de africanos (me niego a usar el eufemismo progre de subsaharianos) y la ofensiva separatista catalana. Tan vergonzoso como ver a los inmigrantes alegres e impunes por las calles de Melilla después de violar las fronteras españolas, poniendo en peligro la vida de los policías españoles, es la lectura de algunas columnas, cuyos autores pretenden mostrar que sus lágrimas lavan más blanco.
Hermann Tertsch (ABC) escribe el que para mí es el mejor artículo del día, en el que revela que su padre fue un militante convencido del nacionalsocialismo alemán y luego prisionero en un campo de concentración.
Los catalanistas suelen medir la maldad del franquismo por el fusilamiento del golpista Lluìs Companys, «el único presidente electo europeo fusilado en los años 40». El tal electo dio un golpe de Estado en 1934 y asistió impertérrito a la persecución de miles de católicos catalanes bajo su mandato. Pero no nos distraigamos. Ahora el Gobierno de Mas es quizás el primer Gobierno democrático europeo que demanda a periodistas porque no les gustan sus opiniones. De esta manera comienza Tertsch su columna.
Me dicen, querido Arturo, que nos habéis denunciando. Que habéis presentado una denuncia ante el Juzgado de Primera Instancia Nº12 de Barcelona contra varios periodistas. ¡Qué cosa tan rara, Arturo! Un Gobierno democrático de Europa occidental que presenta una demanda contra muchos periodistas. No contra un periodista por cometer un delito. Sino contra varios, muy distintos, de medios muy diversos. (…) Algunos de los periodistas ya han recibido la citación, toda ella en catalán.
Y de ahí pasa a contarnos la historia de su padre, encarcelado en España por presión de Juan March, el que da nombre a la célebre fundación.
También a mi padre y sus problemas con el régimen de Franco por los editoriales en su semanario Spanish Economic News Service ( SENS). Uno fue sobre el célebre caso de la «Barcelona Traction». Le acusaron de injurias al Jefe del Estado. Con quien se había metido era con Juan March. Fue en los años sesenta. Le detuvieron en la Nochebuena. (…) Lo cierto es que mi padre fue acusado, juzgado y absuelto por los tribunales franquistas. Absuelto en pleno franquismo, nada menos que de injurias al jefe del Estado y acusado por alguien tan poderoso como March y sus emilioromeros pegados a la ubre del régimen. También hubo periodistas decentes que le ayudaron como el admirado y querido Jesús de la Serna. Y hubo un juez independiente y honrado. No sé si hoy podemos esperarlo en Cataluña con jueces tan permeables a vuestro fanatismo nacionalista.
Y la moraleja para Mas:
Mira Arturo, yo no he dicho que seas un nazi porque sé lo que fueron. Soy de cultura alemana con un padre que fue diplomático en ese régimen. Él sí fue nazi hasta que vio la monstruosidad que había ayudado a crear. Fue de los muchos millones seducidos por la gloria nacionalista, nacionalsocialista. Pero fue de los muy pocos que se revolvieron. Lo pagó después del 20 de julio de 1944 con mazmorra de la Gestapo en Moabit y el campo de concentración de Sachsenhausen. De los suyos sobrevivieron muy pocos. Volvió a España donde había quedado su primera mujer. Y cuando ella murió y se casó con mi madre, convirtió en tarea sagrada la educación de sus hijos en la memoria, dignidad y firmeza contra esa enfermedad del alma de los hombres y los pueblos que fue el nazismo, expresión extrema del nacionalismo. Y de la seducción totalitaria. Espero nunca llegues a lamentar tanto como él, el haberte equivocado, Arturo.
Una columna que nadie debe perderse, aunque a Tertsch le cueste otra demanda y que los esbirros del nacionalismo le llamen nazi.
Girauta defiende a Jiménez Losantos
Juan Carlos Girauta (ABC) sale en defensa de Federico Jiménez Losantos, por ahora el principal demandado por la Generalitat con el dinero de todos los españoles, y enumera las mentiras y los insultos prodigados por el nacionalismo moderado.
Los convergentes se han publicitado con anuncios donde España roba a Cataluña; han lanzado carteles donde se afirma que «la España subvencionada vive a costa de la Cataluña productiva»; han difundido que a Cataluña se le sustraen 16.000 millones de euros al año, y que esa cifra es «inamovible» (Mas dixit). Sus socios han llamado «bandera del enemigo» a la bandera de España. La hemeroteca está ahí para quien quiera comprobarlo. El lector catalán reconocerá al retintín ofensivo con que los medios de comunicación de la Generalidad se refieren a todo lo que huela a España, en informativos, programas de entretenimiento, concursos o transmisiones deportivas. A mí, que nací en la Diagonal, me han llamado «colono» en televisión. En un debate de TVE en Cataluña era recibido sistemáticamente por un periodista de carné en la boca con la acogedora exclamación «¡Ha llegado la caverna!» En su día abandoné las redes sociales asqueado de insultos y amenazas. Todo se lo anoto a Artur Mas por arriesgar la convivencia. Todo.
Oh, paradoja. Salvador Sostres (El Mundo) elogia a Mariano Rajoy por lo que le reprochan otros muchos: sus silencios ante Artur Mas.
Rajoy, que es un killer silencioso, le ha tomado la medida al mundo independentista y les responde callando.
Mariano Rajoy, con su silencio, está desactivando cualquier intento de épica o de heroísmo, y el independentismo empieza a acusar un considerable desgaste social y pierde apoyos más allá de los ociosos muchachos de las redes sociales.
El estilo de Rajoy cuesta de entender hasta a sus colaboradores más cercanos, pero así estamos saliendo de la crisis, así se ha desvanecido Bárcenas, y así Mas y Quico Homs nos demuestran, una vez más, que no es necesario que España venga a hacernos nada porque ya los propios catalanes nos encargamos de destruirnos y de humillarnos entre nosotros.
Carreras de los columnistas para mostrar su buen corazón
Las avalanchas de inmigrantes en Ceuta y Melilla dividen a los columnistas en dos bandos: el realista o antipático y el buenista o solidario.
David Trueba (El País), como buen progre, recurre al ejemplo histórico:
Las informaciones que hablan de la imposibilidad de frenar la llegada de emigrantes ilegales ni quitan ni ponen adjetivos a la inhumana gestión de ese asalto a la valla. España es páis de emigrantes, y como tal, tiene que entender que la relación es de ida y vuelta.
Antonio Lucas (El Mundo) asegura que es una maniobra mediática para distraernos de Bárcenas:
Algunos saben que el problema de la inmigración consiste en que siga siendo problema. Y la discapacidad del Gobierno (cual sea) es un aval que garantiza el drama. Aquí los negros importan lo justo. Son el bisel marginal de los telediarios, como nosotros somos el reborde pobre y patilludo de la Europa rica. Hablamos de Ceuta y de Melilla porque hemos agotado todos los temas que quedaban (el paro, la corrupción, la evasión fiscal, el cilicio de los impuestos, la verbena de la Monarquía, ETA y sus alrededores…). Entonces es cuando volvemos al negro como tema de portada, disparando sin ley contra los que llegan tarde. En España nunca hemos sabido qué hacer con la miseria de siempre.
Gran análisis, sobre todo cuando lo escribe un niño que no sabe que la miseria de siempre desapareció de España hacia 1970, aunque ahora ha reaparecido.
¿Sabía usted, lector, que en el PSOE hay un Grupo Árabe? Pues sí, y su coordinador federal, Mohammed Azahaf, publica un artículo en El País en el que aprovecha para hacer campaña electoral a costa de los muertos.
No nos hacen falta ningún Le Pen o Wilders, cuando el ministro de Interior no dimite por las devoluciones ilegales de inmigrantes por una puerta de la frontera de Melilla.
Parece que un sector lo tiene claro; ahora falta por ver si el resto también. Desde los grupos progresistas siempre se ha trabajado por el respeto a los derechos humanos y la lucha contra cualquier tipo de discriminación. Nos gobierna la derecha y el populismo avanza a grandes pasos, por lo que es necesario que el próximo 25 de mayo, día de las elecciones europeas, en España aprovechemos la oportunidad de demostrar que creemos en la diversidad y que de manera firme vamos a luchar contra la xenofobia, el racismo y el populismo que existe en Europa.
Otro socialista que se ha olvidado de las deportaciones hechas por su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando era ministro de Interior.
El miembro del jurado de Miss España, Luis María Anson, nos tiene acostumbrados a dar lametones a infantas, actrices, ministras y todo tipo de mujeres; hoy el lamentón es para los africanos.
Ahora, atenazados por la globalización cruel, abandonan los países que los blancos arruinaron para abrirse paso, como inmigrantes, en las naciones expoliadoras.
Estoy al lado de los negros tiroteados tal vez porque vi en su día a los soldados oscuros, desangrados, despedazados, con las vísceras esparcidas por la hierba joven, en la guerra del Congo, etcétera, etcétera.
Como tú dirías, Luis Maria, coño. Oye, que hay países en África independientes desde 1960 y que alguna responsabilidad tendrán en el desastre en el que se hallan sus gobernantes negros y autóctonos, ¿no? Y además España no tuvo más colonia en África negra que Guinea Ecuatorial, donde los ingresos del petróleo se los queda un dictador negro. Parece que el anciano periodista está empeñado en que le dediquen un obituario elogioso en El País.
En esta antología del sentimiento lacrimoso echo de menos a Forges.
La antipática realidad
Pasemos ahora a la realidad.
Ignacio Camacho (ABC) destaca la hipocresía de quienes lamentan la suerte de los africanos en Ceuta hasta que se los encuentran en su ciudad.
los mismos que se conmueven ante el drama fronterizo de los subsaharianos se irritan al verlos delante en la cola del ambulatorio.
El que desee dejarlos pasar ha de asumir las consecuencias, y el que quiera darles el alto ha de decir con qué medios y hasta qué circunstancias. Discutamos, y si se decide la libre acogida tirémosles guirnaldas de bienvenida en vez de pelotas y en lugar de cuchillas o concertinas pongamos en la verja escaleritas para mejor saltarla. Pero si la opción mayoritaria es restrictiva conviene saber que de nada sirve el buenismo de pedir por favor que se queden en su casa.
José María Marco (La Razón) reprocha al PSOE que, también en este asunto, no haga política de Estado:
Hernando se ha permitido decir que «si los muertos fueran blancos y con DNI, el director de la Guardia Civil no estaría en su puesto». La frase revela un cinismo despiadado en el tratamiento de un tema delicado como pocos. Hernando ha dejado bien claro que las personas que intentan pasar a España, y los fallecidos en el intento, son para él simples objetos para ser usados en una lucha política degradada a pura y simple demagogia. Un partido de Gobierno como quiere ser el PSOE le debería pedir que se disculpara.
El problema es la fragilidad del consenso político que debería ser la base de la actuación de la Guardia Civil, que a su vez es la única garantía de que una frontera tan difícil sea respetada. Por supuesto
A Ignacio Ruiz Quintano (ABC) le llama la atneción los gritos de «¡Barça!, ¡Barça!» que daban esos supuestos muertos de hambre, en vez de «¡Comida!, ¡comida!».
Del carácter deportivo de la inmigración dan fe los gritos de «¡Barça! ¡Barça!» con que ayer asaltaron el muro de Melilla los subsaharianos, acaso con el recorte de «La Vanguardia» bajo el brazo: «De cada mil habitantes del planeta, uno es catalán». Para gente tan ingenua, más disuasorio que las pelotas de goma serían los guardias civiles agitando el mural de Sevilla o alguno de esos artículos de prensa que con citas de la canción del Cola- Cao hacen del muro de Ceuta el Peenemünde del fascismo español.
El Gobierno entrega el Registro Civil a los registradores
Miguel Ángel Aguilar (El País) usa su columna para una denuncia, pero no una denuncia moralista, sino una denuncia de verdad, de un abuso político administrativo para beneficiar con el dinero de todos a un grupito. (No habla de las subvenciones a los productores de cine de la casa, pero todo llegará.)
se ha confirmado la entrega del registro civil al Colegio Nacional de Registradores. Resaltemos que es cuestión muy distinta y por completo ajena que Mariano Rajoy, conserve a su nombre la plaza del registro de Santa Pola y que tenga dos hermanos registradores. Los detalles de la entrega de las llaves del registro civil, correrán por cuenta del ministro antes citado, sin que pueda tampoco aducirse que su cuñado y su nuera sean del mismo cuerpo. Convengamos, de una vez para siempre, que nadie es responsable de las oposiciones que ganen en buena lid sus parientes, más aún si obtuvieron plaza cuando el político emparentado estaba fuera de todo cargo. Las últimas precisiones del traspaso serán aportadas por el Director General de los Registros, quien resulta ser también registrador, pero esa condición para nada alterará el exquisito equilibrio del que el titular ha dado prueba en el ejercicio de su función.
Si ha trascendido que en manos del colectivo registral quedará la gestión, el diseño, el desarrollo tecnológico y la explotación comercial del registro privatizado, lo que nos permite diferenciar dos fases independientes. Primera, el coste de la plataforma tecnológica, que no saldrá a concurso público quedando su contratación en manos del colectivo registral, aunque será el ciudadano el que la pague. Segunda, la explotación comercial por la inscripción y por el acceso a la información. Las pretensiones son alcanzar una facturación anual de 150 millones de euros. Continuará.
A ver si cunde el ejemplo.
La columna llorica del día, y ya es difícil, es la escrita por Rosa Montero (El País), que concluye así.
Qué ferocidad y cuánta hipocresía.
A ver si adivinan su tema… y no son los inmigrantes.