OPINIÓN / Afilando columnas

Sostres: «Artur Mas no es una virgencita despistada en medio de una orgía»

Ignacio Camachio: "Podemos es el auténtico heredero del post-zapaterismo"

El que estaba destinado a protagonizar gran parte de las columnas de opinión de la prensa de papel española del 28 de julio de 2014, Pedro Sánchez, se ha visto relegado a un segundo plano por obra y gracia del doble catalán del Maestro Yoda y su confesión a medias (al fin y al cabo, Jordi Pujol no ha entrado en detalles tan relevantes como la cantidad que no ‘regularizado’ y ha puesto una excusa que suena poco creíble, la ya muy manida de la herencia de su padre). Ahora que el gran patriarca del nacionalismo catalán de las últimas décadas ha reconocido que su ‘vía catalana’ debía de ser la de un AVE con destino a Andorra, y quién sabe si esa no es más que una escala en el camino a ginebra, esta cuestión es el tema tratado con mayor profusión por los columnistas de los diarios impresos.

Y a la espera de saber s son ciertos los rumores según los cuales, como dice Jorge Bustos en Twitter, en la Diada de este año «la ofrenda floral se depositará directamente en las Islas Caimán», hacemos sonar nuestra armónica de afilador mientras agarramos nuestra cartera con fuerza y nos ponemos manos a la obra.

Arrancamos en Barcelona, en concreto en el periódico del conde de Godó y Grande de España que ha reculado en su apuesta por el independentismo catalán. Francesc-Marc Álvaro publica en La Vanguardia un artículo titulado El hombre que quería morirse. Arranca con una explicación del nombre que ha dado ha su texto:

Hace muchos meses que Jordi Pujol, en algunas conversaciones, dejaba caer esta frase: «Yo, ahora, me tendría que morir». Los interlocutores quedaban atónitos. La explicación que se daba a este ataque de sinceridad tenía que ver con el goteo de noticias negativas sobre algunos de sus hijos, principalmente del primogénito, Jordi, y del único que ha querido hacer carrera política, Oriol.

Concluye:

Los dirigentes de CDC y de CiU no tienen otra salida que despujolizar la organización a marchas forzadas, y eso también pasa -como ha insinuado Rull- por la dimisión de Pujol como presidente fundador. Es hora de hacer limpieza y catarsis. Toma fuerza la idea de un congreso extraordinario que aborde una refundación audaz de un espacio sociopolítico que es más importante que cualquier líder.

Está claro que es bastante probable que ni Mas personalmente ni Convergència como partido vayan a mover un sólo dedo en ayuda de Pujol durante casi dos décadas y media. Francesc-Marc Álvaro, como ya hemos señalado en otras ocasiones, no es tan conocido fuera de Cataluña como Pilar Rahola pero en dicha comunidad es considerado por encima de ella como el portavoz oficioso del actual presidente de la Generalitat. El sucesor va a dejar solo a su mentor.

Tomamos el puente aéreo y, nada más aterrizar en Madrid, hacemos una primera parada en El Mundo, donde Salvador Sostres comenta los efectos de la ‘pujolfesión’ sobre el actual presidente de la Generalitat. Titula Mas al desnudo:

Ni Mas es una virgencita despistada que sin saber cómo se ha encontrado en medio de una orgía, ni puede cargarle la familia Pujol el muerto entero de la corrupción de Convergència. Pero no sólo el pasado tiene que preocuparle, porque tras la caída de la ‘Familia’ tiene que optar por uno de los tres grupos en que ha quedado dividido el partido.

Estos tres grupos a los que se refiere el casi siempre polémico Sostres son: Los restos de la vieja guardia pujolismo, con un independentismo forzado; independentistas modernos «con más valentía que cerebro» y los «soberanistas pragmáticos. No le predice un futuro brillante al hombre que soñó con ser el Nerhu catalán:

De todos modos, lo más probable es que su propia vulgaridad se lo lleve por delante, que sus mentiras queden al descubierto una a una, que pierda las elecciones y que acaben siendo ante el juez sus únicas comparecencias públicas.

Por su parte, Raúl del Pozo titula Pujol, el cadáver que olía, y tira de conversaciones con un confidente que tiene en el nacionalismo catalán y con una no explicitada «estrella de la Transción». Sin embargo, lo que más le ha interesado a este humilde lector de columnas es el análisis final, que son palabras de las que tan sólo es responsable el propio Del Pozo:

Pujol mandó mucho. Cantó junto a González la balada de la gobernabilidad. Le dejaron que hiciera lo que quisiera con tal de hacer posible gobiernos en Madrid. El régimen del 78, basado en la alianza con la Monarquía, el nacionalismo catalán, un socialismo cesarista y un periódico hegemónico, se cae estrepitosamente. La cara oculta de la política ha salido a la luz y se descubren corruptos e impostores.

De esta manera apunta como responsables de la corrupción no sólo a Pujol, sino también a Juan Carlos I, el nacionalismo catalán, el PSOE (con papel estelar de Felipe González) y El País. Lo cierto es que las relaciones entre todos ellos por lo general siempre han sido excelentes.

Pasamos ahora a La Razón, en cuya contraportada Alfonso Ussía titula Ni sorpresita. Según el:

Es cierto, en ocasiones, que Cataluña se ha independizado. Al menos se ha independizado de su capacidad de autocrítica, que no existe. Y no me refiero tan sólo a los partidarios del independentismo y del perroflautismo antiespañol, sino a esos señores tan bien vestidos y mejor educados a los que se puede hallar en El Ecuestre, el Real Club de Golf del Prat, en el Real Club de Polo, en el Círculo del Liceo o en el Real Club de Tenis de Barcelona. No por su entusiasmo por la figura de Pujol, del pujolismo y del nacionalismo, sino por los beneficios que procura la comodidad. «Sabemos que «ens roba», pero nos sentimos cómodos y seguros». No es una posición heroica, pero si perfectamente comprensible.

Concluye:

Hoy están señalados. Por ellos mismos. Y su partido, precipitado hacia el caos. No es justo establecer comparaciones con las altas burguesías catalana y vasca, como tampoco entre sus partidos nacionalistas el PNV y CDC. En todas partes cuecen habas, pero los nacionalistas vascos no entienden la política como un medio para el enriquecimiento personal. En realidad, tampoco creen en la independencia, aunque tengan que hacerlo por estética de aldea. No hay un culpable sólo en la tragedia de Pujol. Centenares de miles de colaboradores activos o silentes le acompañan en sus responsabilidades.

Al leer esto, el afilador de columnas no puede evitar pensar en lo que tantos amigos catalanes no nacionalistas le comentaban, y lo que denunciaban muchos periodistas situados en lo que el independentismo llama ahora ‘unionistas’. En Cataluña, por desgracia, existe un ‘régimen’ en el que la corrupción política está mezclada con la de gran parte de la llamada ‘burguesía’ –¿por qué será que al mundo empresarial madrileño y de otras partes no se le define con un nombre que suena tan antiguo?– que ha guardado silencio a cambio de poder sacar su parte de los beneficios.

Y cambiamos de tercio para entrar en materia del nuevo supuesto líder del PSOE. Lo hacemos sin salir del periódico de la ‘disciPPlina’, de la mano de su director. Para Francisco Marhuenda, Pedro Sánchez es Un candidato que el PP no debería minusvalorar. Vuelve a caer seducido por los encantos del sucesor del hombre que fracaso al intentar protagonizar ‘El milagro de Pe Punto’:

Ha acertado con la formación de una ejecutiva sólida que obtuvo el aval del 86 por ciento de los delegados. Lo fundamental es que el partido está ilusionado en esta nueva etapa, lo que no sucedía con Rubalcaba y su equipo.

Eso sí, ya ha dejado de ver en él un político moderado y centrado:

El nuevo líder socialista ha optado por un mensaje radical de izquierdas que le aproxima a IU y Podemos para «salir al encuentro de los indignados», los sindicatos y los votantes desencantados. Hasta ahora las elecciones siempre se han ganado desde el centro, y la «indignación» irá bajando con la recuperación económica.

Concluye comparado su perfil con el algunos ex presidentes del gobierno:

Tiene la ventaja de no estar atado a los errores del pasado y, al igual que González y Zapatero en su día, no tiene experiencia previa de gobierno. En cambio, Aznar y Rajoy llegaron a la presidencia con el aval previo de haber gestionado con éxito y haber superado dos oposiciones muy difíciles inspector de Hacienda y registrador de la propiedad, nada más acabar la carrera.

No se a ustedes, estimados lectores, pero a algunos nos parece que haber aprobado unas oposiciones, por muy difíciles que sean, no suponen un gran aval que haga precedir una buena gestión si se llega a presidente del gobierno. Algunos confiamos más en personas que tengan una buena carrera profesional previa en el sector privado (algo de lo que tampoco dispone Sánchez). Aunque sólo sea para que confíen un poco más en la sociedad y no crean que el Estado ha de ser el centro de todo y que todo ha de estar al servicio del Estado.

Seguimos con Pedro Sánchez. Lo hacemos en ABC, de la mano de Ignacio Camacho, que comenta las dificultades con las que se va a encontrar. Titula Pedro y el flautista:

Podemos es el nuevo flautista de Hamelin de la izquierda, el auténtico heredero del post-zapaterismo que ha levantado un discurso de radicalidad populista capaz de amenazar la hegemonía del PSOE.

El éxito de Podemos arranca en realidad del fracaso del primer proyecto zapaterista. De aquel «republicanismo cívico» que socavó con suavidad sonriente las bases del régimen constitucional, puso en solfa los valores de la Transición y buscó una nueva legitimidad basada en el bucle de una ruptura pendiente. Los Iglesias, Monedero y compañía han extremado ese legitimismo republicano aprovechando la quiebra de la burguesía mesocrática y han trazado una hoja de ruta que pasa por liquidar la vía socialdemócrata asimilándola al fracaso del sistema.

Concluye, hablando de Pedro Sánchez:

A años luz actualmente de una mayoría, incluso relativa, en solitario, el nuevo dirigente socialdemócrata necesita encontrar su propia melodía política, el tono que recomponga y estabilice una organización en mucho más riesgo del que parece (y parece bastante). Para ello va a necesitar pronto una autoclarificación de conceptos que le ayude a discernir entre amigos, aliados, adversarios… y enemigos.

Mucho nos tememos algunos que cualquier cosa puede ocurrir. Aunque, de momento, quién parece mandar es Susana Díaz. Ya veremos si el tándem Díaz-Sánchez opta por la moderación o por la radicalidad y el Frente Popular.

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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