Marhuenda, otro periodista que no sospechó nunca de la honradez de Pujol
Luis Ventoso de nuevo magistral. Mi apoyo a @PerezMaura pic.twitter.com/Nq1BlCjFwV
— Victor Arribas (@v_arribas) julio 31, 2014
Tengo que reconocer que la confesión de Jordi Pujol sobre su fortuna, que él trata de disfrazar como herencia olvidada durante treinta añitos, me está alegrando los desayunos tanto como el primer café del día.
Uno de los motivos por los que España es un país anormal en Europa es porque en su interior hay nacionalismos privilegiados que quieren romper el Estado del que viven; otro motivo es que tiene unos editores y directores de medios de comunicación dedicados a reproducir ruedas de prensa (ahora ya sin preguntas) y comunicados, no a hacer indagaciones sobre los políticos, sus familias y sus dineros.
Entiendo que en el régimen franquista, a fin de cuentas una dictadura, no se pudiese investigar a Franco y a sus ministros, pero que en una democracia un gobernante haya podido construirse una inmensa fortuna sin que ningún periódico lo denunciara durante 33 años dice más sobre la crisis de la prensa de papel y su desprestigio que cualquier debate de universidad de verano.
Numerosos periodistas y creadores de opinión sobre todo catalanes están admitiendo que algo sospechaban de las corrupciones del clan Pujol-Ferrusola o incluso que no sospechaban nada. Hoy, 31 de julio de 2014, Francisco Marhuenda se une a estos últimos.
Lo escribo como uno más de los millones de catalanes que nunca imaginaron que Pujol pudiera ser un corrupto. Durante décadas cubrí la información en Cataluña, le hice numerosas entrevistas y asistí a sus ruedas de prensa. Es cierto que mantuve profundas discrepancias sobre su gestión al frente de la Generalitat y su nacionalismo, que siempre consideré la antesala del independentismo, pero no me importa reconocer que le respetaba. Hoy siento bochorno como catalán. No entiendo que Mas no sienta vergüenza por haber sido su conseller en cap y luego el heredero de su legado. No puedo entender que nadie en CiU supiera la escandalosa trama que se había generado desde el Palau de la Generalitat para robar dinero público
Por el contrario, Jorge Martínez Reverte (El País) afirma que algo sí se sabía. Otra cosa es que hubiera ganas de enterarse de los detalles.
Todos los que hemos estado cerca de la política durante décadas sabíamos que algo pasaba con Jordi Pujol. Unos más, por ejemplo los periodistas que informaban de economía o de tribunales, y otros menos; pero todos estábamos al queo de que había muchos puntos oscuros en su biografía. Desde que saltó el feo asunto de Banca Catalana, que se resolvió de forma poco airosa por tribunales superiores.
La conclusión era clara: meterse con Pujol era meterse en un avispero que podía provocar muchas picaduras. A alguno, como Raimon Obiols, que intentó no respetar la omertá, casi le matan a guantazos en su tierra.
No hay que olvidar a Manuel Vázquez Montalbán, que en un artículo repugnante afirmó que Pujol no había robado ni una perra y anatematizó a quien pensase otra cosa. Con comunistas como éste, los burgueses viven como el ratón en el queso.
Ahora bien, Reverte anuncia un triste final para Pujol.
Pujol se ha despeñado. Y ahora le van a abrir en canal los que le han protegido con su silencio durante décadas, porque ya no pueden sostener la hombría que dentro de la Mafia se supone que hay detrás del silencio.
Lo que se ha desplomado no es la honorabilidad, que muchos dábamos por inexistente, sino la intocabilidad. Artur Mas tiene derecho a sentir compasión por Pujol, pero él y muchos cientos de sus compatriotas tienen el deber de sentir lástima por sí mismos. Porque primero le convirtieron en intocable para hacerle después honorable.
CAMACHO: MAS ANDA POR LA VIDA CON UN PESO A LA ESPALDA
Ignacio Camacho (ABC) sostiene que la sombra de Pujol oscurecerá siempre a Artur Mas, por mucho que éste sea más alto que su padre político.
El caso Pujol estará ya siempre detrás de cada paso que dé Artur Mas i Gavarró. Porque cuando hable del referéndum le preguntarán por Pujol. Porque cuando ordene recortes financieros le invocarán el dinero que se llevó Pujol. Porque cuando aluda al expolio fiscal le confrontarán el fraude fiscal de Pujol. Porque cuando presuma de patriotismo le pondrán delante las cuentas en paraísos fiscales de Pujol. Porque cuando reivindique su liderazgo le recordarán que lo nombró Pujol y que fue consejero ¡de Hacienda! de Pujol. Porque allá donde vaya será siempre el heredero de Pujol. Y la palabra herencia se ha vuelto muy polisémica en el contexto reciente de la Cataluña soberanista.
Por eso, Francesc-Marc Álvaro (La Vanguardia) se empeña en anular los efectos del pujolazo diciendo que don Jordi ya no era nada en el catalanismo.
El innegable puñetazo a la moral colectiva que supone el engaño continuado de Pujol llega cuando el pujolismo ya no sirve ni para interpretar la realidad ni para hacer política, aunque algunos nostálgicos del ‘peix al cove’ no se han dado cuenta de ello. Esta circunstancia permite pensar -es una hipótesis- que los efectos del caso sobre el soberanismo tendrían que poder limitarse con inteligencia. Los poderes españoles lo tienen todo, el soberanismo sólo tiene gente. El reto es mantener la movilización y ampliar los partidarios, aspecto que cuenta con la ayuda valiosa de -entre otros- Montoro, Wert y Pedro Sánchez.
A raíz de los diversos casos de corrupción que han tocado al PP, al PSOE y a la familia real nadie ha certificado el fin de la dignidad de España. ¿Por qué, en cambio, hay quien pone en duda la dignidad de toda Catalunya y la legitimidad del soberanismo a raíz de la confesión de Pujol? La trampa es tan obvia que se desacredita sola y no sirve para explicar qué está pasando.
Parece que Álvaro no lee su propio periódico, donde muchos, empezando por el director, han reconocido que Pujol se ha identificado con Cataluña y los buenos catalanes, cosa que no han hecho con España ni el rey Juan Carlos, ni Rajoy ni Rubalcaba.
¿PERO ALGUIEN VOTÓ ALGUNA VEZ A PUJOL Y FELIPE?
Pilar Rahola nos anuncia sus vacaciones con la alegría del regreso a un septiembre agitado y convulso. ¡El sueño de los políticos y opinadores populistas y la desgracia de los ciudadanos!
Nunca habíamos acumulado tanta alta política en un otoño, ni tampoco tantas incógnitas ni incertidumbres. Pero es el retorno político más sugerente de las últimas décadas, porque todo se está redefiniendo. En cualquier caso, tanto la etapa de la transición como la del pujolismo han muerto definitivamente y no dejan bellos cadáveres. La primera, porque se ha demostrado una grande estafa; y la segunda, porque ha explotado en un gran engaño.
Aceptemos lo que la doctora Rahola dice, pero añadamos que tanto la estafa como el engaño han sido aprobados por docenas de millones de españoles con sus votos, incluidos, por supuesto, millones de catalanes. Convendría, por tanto, que Rahola hiciese, como Jordi Pujol, una expiación pública de su contribución a la permanencia de la estafa y el engaño.
Lo mismo digo de Gabriel Albiac, que ha colaborado en todos los diarios editados en Madrid en los últimos años salvo El Alcázar: El País, Diario 16, El Mundo, La Razón y ABC. Ahora se las da de indignado exquisito y dice que se va a olvidar de Pujol en agosto.
Tengo que decir que nos han robado. Que nos han burlado. Que han vivido a nuestra costa. Que se han reído de nosotros. Que nos han tratado como se trata a un hatajo de pobres imbéciles sobre los cuales toda humillación está permitida.
En un país con división de poderes moderna y magistratura profesionalmente independiente, no menos de las dos terceras partes de la casta política española estarían procesadas. Por irregularidades diversas, que van del fraude fiscal a las formas más horribles del crimen. De Pujol y Filesa al GAL, para entendernos. Sólo que aquí no hay eso. Nadie que sea poderoso paga. Y, cuando por un azar, alguno es condenado, el indulto desciende hasta su frente con una velocidad vertiginosa.
Pero Gabriel, querido, ¿no votaste tú al PSOE de Felipe González, el de la corrupción y el crimen de Estado, el que destrozó los controles del Estado?
VIDAL-FOCH: RAJOY Y MAS SON BUENOS RODEADOS DE MALOS
Sobre la entrevista entre Mariano Rajoy y Artur Mas, Arcadi Espada muestra su sorpresa por la resistencia del presidente de la Generalitat, que alguien tan manchado por la corrupción y lastrado por sus fracasos haya llegado hasta La Moncloa.
Dado semejante bagaje ya es incomprensible que pudiera haber llegado hasta el atril en representación de los ciudadanos de Cataluña. Pero es que además actuó con naturalidad, convicción y el característico punto de altivez que aparece en el ojo del iluminado, mientras iba detallando con tranquilidad rocosa los innumerables rasgos del hecho diferencial de Cataluña, sin percibir hasta qué punto el auténtico hecho diferencial es él y su singular, casi mahometano, buen aspecto de muerto en vida
Xavier Vidal-Foch, inspirador de la línea editorial de El País a favor de la federalización de España para dar gusto a los catalanistas, sitúa a Rajoy y Mas en una mesa de paz rodeados de talibanes.
Queda ahora la tarea capital: cómo desactivar la bomba de espoleta retardada en que consiste el anuncio de la convocatoria unilateral de referéndum para el 9-N. Porque los hooligans de Rajoy le impiden ceder nada sustancial hasta que esa «amenaza» se haya esfumado. Y los talibanes de Mas -pese a su moral rota, por otras causas- le harán vudú si pacta antes cualquier alternativa a ese evento.
Si en su familia quieren a José Antonio Zarzalejos, deberían decirle que dejase de meter morcillas cultas y populares en sus columnas, porque queda como un pedante ridículo. Hace dos días, en ElConfidencial calificaba al fabricante de best-sellers Stephen King como «brillante novelista» y hoy en su columna La Vanguardia habla del «contexto» como «la orteguiana circunstancia del yo» y compara la actitud de enfrentarse al Estado como la de «Gary Cooper en una peli de los cincuenta». Este es su análisis de la reunión: vacaciones tranquilas.
Cataluña y el conjunto de España necesitaban un coffee break político, una sensación de cierta sensatez para disfrutar -los que puedan- de las vacaciones y el aliento de una esperanza: la de que se impondrá la razón sobre las razones de unos y de otros. Podía haber sido peor.
LA IZQUIERDA A LA QUE LE DA REPELÚS LA PATRIA ESPAÑOLA
Ya que al principio de esta crónica me permitía enumerar las causas de la anormalidad de España dentro de Europa, añado ahora otra: una izquierda que detesta su patria. ¿Por qué la izquierda española, tan afrancesada, no copia en patriotismo a la izquierda francesa… o a la británica, o a la italiana?
Isabel San Sebastián (ABC) se alegra, no sé si con ingenuidad, de que Pedro Sánchez haya pronunciado la palabra patria, aunque en una frase de sentido económico.
Soprende oír hablar de «patria» a un dirigente socialista. Es más; el término ha sido tan vapuleado por la izquierda, tan asociado a una concepción reaccionaria y casposa de un Estado idealmente aséptico, tan prostituido por la ultraderecha, tan arrastrado por los suelos de la progresía biempensante, que incluso el PP tuvo que sacarse de la manga el apellido «constitucional» para hablar de patriotismo en tiempos de José María Aznar. Ahora ya ni con el disolvente de un adjetivo inapelable en términos de buena conciencia se atreven a pronunciar la palabra.
Sorprende, y mucho, oír hablar de «patria» a Pedro Sánchez, incluso tratándose, como se trata, de una mención descafeinada. Porque el flamante nuevo líder del PSOE no alude en su discurso a España, patria común de todos los españoles, constantemente afrentada por las ofensas del separatismo catalán y vasco, sino a la clase media, que promete defender a capa y espada por ser esta, a su modo de ver, «la que de verdad hace patria». Poco que objetar.
Raúl del Pozo (El Mundo) reprocha a uno de esos izquierdistas que creen que llevar corbata les vuelve fachas que se oponga a un concepto tan progresista como la igualdad de todos los españoles al pagar impuestos y ante la ley.
Ha contado el verdirrojo Joan Herrera: «El PP es la expresión de un partido que tiene alergia a la democracia». ¿Es alergia defender la Constitución y la igualdad de todos los españoles?
Enterraron a Marx, asesinaron a Hegel, colgaron a Heynes. Preo de la derrota del pensamiento brotó la cizaña de un relato: el populismo, extrema derecha y nacionalismo identitario.
Querido Raúl, la izquierda española, como prueba el pensamiento de Manuel Vázquez Montalbán, está convencida de que España es un invento de fachas.
SANTANDER, MEJOR QUE INGLATERRA, Y CON ANCHOAS
En la bronca entre el columnista de ABC Ramón Pérez-Maura y Maurizio Carlotti, hoy participa Luis Ventoso, en defensa del primero.
Es ocioso presentar a Ramón Pérez-Maura a los lectores de ABC, pues hace 25 años que disfrutan de sus conocimientos, su coherencia ideológica y su fidelidad a unos principios honorables. Lo que viene propugnando a lo largo de su carrera no es nada atrabiliario ni radical, al revés, millones de españoles comparten sus ideas liberal-conservadoras. RPM está con la monarquía parlamentaria, con la sociedad abierta, con el libre mercado. Además, siente una profunda y erudita admiración por las ejemplares democracias anglosajonas y él mismo encaja en el arquetipo del gentleman inglés. Cierto que es de Santander, pero a lo mejor aquello no deja de ser una Inglaterra mejorada (y con anchoas).
Después de esta presentación, el ataque a Carlotti, al que le recuerda que ha pasado de ser comunista a trabajar para el multimillonario Berlusconi.
La columna, como sucede tantas veces con la verdad, escoció. Maurizio Carlotti, italiano, exdirectivo de Telecinco y hoy empleado en el grupo de La Sexta, arremetió contra Pérez-Maura vía Twitter. Con bajo estilo, hizo públicos los emolumentos recibidos por el periodista como contertulio del programa y lo emplazó a devolver el dinero. Pero en su boutade Carlotti no contó con un detalle: todavía existen periodistas coherentes, leales a sus principios, incluso cuando el precio es alto. Ramón cogió la minuta (30.000 euros) y la ha donado a Cáritas, pues no quiere sentirse tiznado por un dinero que lo contraría ideológicamente. Gol por la escuadra. Carlotti, hombre de viva inteligencia, no contaba con una reacción así, tal vez porque él ha sido un poquito más elástico: pasó de la militancia comunista a trabajar sin problemas en el imperio de Berlusconi. «Si no le gustan mis principios…».
Y anuncia para el ABC muchos más años de venturosa vida.
El gesto de RPM nos recuerda algo que subidos en el vertiginoso carrusel de la información instantánea pretendemos olvidar: no todo es lo mismo. Tal vez por eso ABC tiene 111 años, por todos los Ramones que ha habido y por los que vendrán. Principios, personas. Y personas con principios.
Y personas con corbata y buenos modales.
La columna ridícula del día es para César Vidal (La Razón). El prolífico autor que ha abandonado no sólo esRadio,sino España, emplea su columna en memoria de María Antonia Iglesias para que la difunta nos diga cuán maravilloso es él.
Yo la comprendí porque guardaba en la memoria aquella otra ocasión en que me espetó mientras ayudaba a moverse tendiéndola el brazo: «Si todos los de derechas fueran como tú, el mundo sería otra cosa».
Estas prácticas espiritistas de hacer hablar a los muertos en favor del vivo es, como diría Alfonso Ussía, de muy mala educación.