Carol, Urbaneja y Zarzalejos, directores que explican la crisis de la prensa de papel
Como el 1 de septiembre de 2014 muchos escritores volvían a escalar la columna por primera vez en semanas y comenzaba el curso político, las secciones de opinión de varios periódicos vinieron bien surtidas. Por el contrario, este 2 de septiembre de 2014 cuesta encontrar el mismo número de columnas de interés. Algunos columnistas parecen esos futbolistas que nada más salir al campo dan una carrera, pero se agotan y quedan como deslomados durante unos minutos.
Empecemos con un clásico: una polémica entre escritores, que hace que el primer cigarrillo del día me sepa a cucurucho de chocolate. Durante varias semanas, se han enfrentado en ABC sin citarse Hermann Tertsch y Juan Manuel de Prada a cuenta del presidente ruso Vladimir Putin. Para el primero, Putin es el Anticristo, mientras que para el segundo es el San Miguel que combate al Anticristo, que, además, se encuentra en Occidente. Este 2 de septiembre de 2014, Tertsch carga contra quiénes defienden la intervención rusa en Ucrania, aunque evita dar nombres concretos.
Tiene partidarios Putin entre los muchos enemigos que Occidente tiene en Occidente. Desde rasputines y meapilas derechistas que se creen la conversión ortodoxa de Putin y su «cruzada contra la degeneración liberal» hasta esa izquierda que añora cualquier tiranía que acabe con su enemigo, la libertad.
Tertsch ya había criticado a Prado en Twitter. Al contrario que los directores de periódico que en esta época esterilizada y socialdemócrata (en esto coinciden tanto Tertsch como Prada) no quieren disputas entre los columnistas, yo espero que el cruce de columnas prosiga, porque en estas polémicas es cuando brillan, como las navajas cachicuernas de cierto veterano, las ironías y las metáforas.
Y seguimos con un columnista que halla inspiración, que no plagio (¡Dios nos libre de usar esta palabra maldita!), en otro colega. El 1 de septiembre de 2014 Raúl del Pozo escribio en El Mundo lo siguiente sobre la corrupción de los Pujol
Aún se reserva el Estado el secreto del 90% de los sobornos, el ‘pizzo’ mafioso de los últimos 40 años de nacionalismo.
Este 2 de septiembre de 2014 Pablo Sebastián recoge esa idea del plato de columnas, la recalienta en el horno y la sirve en su columna perruna, la de Marcello (Republica.com).
Pues ojito con lo que haces porque Pujol todavía ha de cantar alguna sardana más.
ROSA MONTERO Y ZARZALEJOS, DESOLADOS POR EL ENGAÑO DE PUJOL
Rosa Montero vuelve a abrirnos su corazón en la última de El País, en esta ocasión con motivo de Jordi Pujol.
Yo quiero decir que el caso Pujol ha conseguido escandalizarme como si fuera nueva. Ese tipo que iba de padre de la patria; ese mentiroso monumental que se erigía como el emblema de la honestidad civil y la rectitud política; ese desvergonzado capaz de decirle a Jordi Évole en una entrevista escalofriante que a él no le habían tentado nunca porque la gente sabía a quién no podía tentar; ese señor que luego ha recurrido a las defensas previsibles del liante, denunciando a los bancos y diciendo que le atacan porque es catalán; ese individuo que consiguió convertir a su familia en una banda de apandadores (eso sí que es educar férreamente a los hijos); ese ser tenebroso que parece salido de la zona oscura de la guerra de las galaxias, en fin, me repugna; y no quiero dejar que mi escándalo se convierta en fastidio y luego en desmemoria, como nos sucede tantas veces con tantos desmanes como nos tragamos derrotadamente cada día.
José Antonio Zarzalejos (ElConfidencial.com) también confiesa haberse sentido engañado por Pujol.
Si los catalanes se sienten engañados por el que ha sido hasta el pasado 25 de julio el padre de la patria, el resto de los españoles -aunque sólo sea por el hito excéntrico de su premio como el ‘Español del Año’ de 1984 y por su sorprendente discurso de aceptación en ABC en abril de 1985- tenemos motivos sobrados para experimentar la irritante convicción de que depositamos en Pujol una confianza que ha sido traicionada. Porque el pujolismo se ha venido mimetizando con un nacionalismo catalán pactista y pragmático, en la mejor estela del catalanismo extravertido.
Mi conclusión es que muchas de las figuras del periodismo español encumbrada en la Transición (Zarzalejos fue comentarista político en El Correo Español, periódico que también dirigió, como Vicente Copa) no pasan de ser unos inocentones. ¡Tan estrictos con los empresarios o los ministros socialistas y tan crédulos con el banquero Pujol!
Sugiero a Montero y Zarzalejos que demanden a Pujol por los daños morales que les ha causado.
LO QUE DEBE REGENERAR EL CATALANISMO ES CATALUÑA
Miquel Roca me hace reír por sus piruetas para evitar el mal trago a la hora del desayuno a los lectores de La Vanguardia de recordarles el nombre maldito del padrino. De esta manera comienza su columna.
Julio acabó mal. Y agosto ha vivido intensamente lo que puede ser un septiembre complicado. Este escenario no vale sólo para Catalunya o España; el mundo ha vivido un agosto lleno de guerras, de muertes, de crisis de toda clase. Hemos querido descansar en medio de noticias espantosas, de Ucrania a Gaza, de Siria a Iraq. Guerra, terrorismo, sectarismo, integrismo; todos los vicios de la condición humana han dado titulares diarios a los medios durante todo el mes de agosto. Muchas cosas se tambalean. Es verdad.
Mucha Ucrania, mucho islamista, mucho vicio, pero no asoma ni un grano de Pujol.
«¡Cómo está el mundo por ahí fuera!», pensará el honrado burgués de Gerona o de Palamós o de Mataró o del barrio de Sarriá. «Qué bien se vive en Cataluña, sin esos escándalos. No me sorprende que nos envidien tanto.»
Me parece que Alfonso Ussía (La Razón) no va a unirse a la terapia de grupo que han montado Montero y Zarzalejos. En su columna de La Razón, ‘La repanocha’, carga contra la prensa catalana.
Ha sido primordial la colaboración y el silencio ante la corrupción de los medios de comunicación de Cataluña, también responsables de la angustia vital que hoy experimentan sus lectores y clientes audiovisuales. Con un solo periódico crítico con el poder político catalán, el silencio de los corderos se habría convertido en el rugido de los engañados. Pero en el nordeste de España, el Sistema no ha admitido jamás la crítica ni la desavenencia, bajo la amenaza de la suspensión de las siempre ansiadas ayudas económicas y subvenciones subterráneas. Una semana de meditación y reuniones agobiantes fueron necesarias para que TV3 informara con tanta cautela como tristeza que los Pujol podrían haber trincado dinero público en beneficio exclusivo de sus bolsillos.
Y acaba pidiendo que se encarcele a Jordi Pujol y a Carmen Forcadell, la presidenta de la ANC, como se hizo con Isabel Pantoja, aunque reconoce que hay pactos y cataplasmas en Madrid y Barcelona que impiden la igualdad de todos los españoles ante la ley.
Meter en la cárcel a la Pantoja es sencillo. Se dicta un auto de prisión, y la Pantoja ingresa en la trena. Hacerlo con los representantes de las instituciones de Cataluña, resulta más complicado. Ahí se entrecruzan pactos y palabras prisioneras de conversaciones en los despachos. Promesas de inacción a cambio de actitudes y gestos. Pero cuando son ellos mismos los que reconocen haber cometido un delito, ‘caso Pujol’ y ‘caso ANC’, se antoja extraña la quietud de la Justicia. Por favor, algún juez valiente. O alguna, que todavía quedan, a Dios gracias. Y el señor Fiscal General, que se tome este asunto un poco más en serio.
La tabarra catalana es el tema por antonomasia en las columnas. No hemos acabado.
La escritora Nuria Amat (El País) se queja en una tribuna del sectarismo de la máquina catalanista… porque le afecta a ella.
A los escritores contrarios al nacionalismo nos apartan de la prensa escrita, de los medios públicos, de las universidades y de todo aquello que pueda representar ventana de nuestra existencia. El poder político catalán incide directamente en la distribución de puestos de trabajo y financia con dinero público empresas culturales sectarias. Lo tienen comprado todo: editoriales, universidades, periódicos… El afán independentista por apropiarse del pastel en todas las casillas nos tiene saturados. Políticos y tertulianos separatistas jalean de forma mesiánica a los ciudadanos.
En estos momentos, recuerdo las columnas en ese mismo periódico de Manuel Vázquez Montalbán, escritas en los años 80 y 90, clamando por la honradez de Jordi Pujol y negando la discriminación de la lengua castellana.
Arcadi Espada (El Mundo) pone al catalanismo a trabajar para regenerar a Cataluña.
La primera obligación de lo que él llama catalanismo (que no es más que nacionalismo catalán) es ponerse, y cuanto antes, a la regeneración de Cataluña.
Y constata que los catalanes ya no pueden dar lecciones de nada, ni política, ni moral, ni honradez, a los demás españoles.
La posibilidad de que las élites políticas catalanas carcomidas por la corrupción, sometidas, en grado diverso, pero sometidas, a un delirante proyecto político que busca la destrucción del Estado y cuya decadencia intelectual, la suya específica y la de sus materiales orgánicos, ha sido correlativa al triunfo de un populismo que ya no permite distinguir entre la política, el deporte y la televisión, todo uno y lo mismo; que esas élites tuvieran hoy la tentación de ir dando lecciones al resto de España, ofreciéndole modelos de conducta y de gestión, ésa es en fin una posibilidad humorística.
CAROL SE PREGUNTA POR EL SUFRIMIENTO DEL ‘MOLT HONORABLE’
Salvador Sostres (El Mundo), que conoce a los mandamases de CiU, ya recurre a lo absurdo para explicar su comportamiento.
A veces pienso, y no lo digo en broma, que la estrategia de CiU es pasar por idiotas y que por detrás lo tienen pactado con las grandes potencias mundiales; a veces pienso que yo -y otros como yo- somos los tontos útiles de su empresa, y contribuimos con nuestros artículos y nuestras estupefacciones a crearle al Gobierno la sensación de que se baten con los mayores incapaces del reino, para que llegado el momento una España desprevenida y confiada se vea superada por un ataque sorpresa, letal y brillante.
El director de La Vanguardia, Màrius Carol, se preocupa por las tribulaciones del alma de Pujol:
Pujol, al que siempre le preocupó cómo le trataría la historia, vive un calvario cuando empezaba a acomodarse en ella.
Pobre don Jordi. Él, que iba por la calle tan tranquilo a su cita con la Historia, cuando le cae una maceta en la cabeza.
Fernando González Urbaneja (Republica.com), que fue director de un telediario de Antena 3 y del periódico Cinco Días, nos informa ahora de la gran corrupción que existía (¿y sigue existiendo?) en CiU.
Sin embargo la impresión fundada de que la corrupción no era excepcional y de que Convergencia (el partido fundado y liderado por Jordi Pujol) era además de una formación política de gobierno una gestoría de intereses a través de todas las instancias posibles, incluido el Congreso de los diputados. Para no pocos grupos de interés los despachos cercanos al grupo catalán en el congreso han sido un lugar de acogida para enmiendas oportunas u oportunistas.
Con directores, pasados y presentes, como Carol, Zarzalejos y Urbaneja, la prensa de papel se puede dar por enterrada.
LUCÍA MÉNDEZ, ENTÉRATE, SÁNCHEZ ES EL SISTEMA
Quiero citar a Pilar Rahola (La Vanguardia), esta vez con simpatía, por su columna sobre la muerte de su padre, que concluye así.
¡Oh, cómo envidio a los creyentes, capaces de convertir la muerte en un misterio por descifrar! Yo sólo siento su mordisco en el corazón, su cruel zarpazo, y no es misteriosa ni descifrable, sino seca y brutal. Y en este pozo de dolor, sólo oigo el ruido de mis propias preguntas: ¿Dónde estás, papá? Sin ti, ¿cómo lo haré?
Sólo le puedo recordar a Rahola la frase de Jesucristo: «Pedid y se os dará». Mis condolencias.
Edurne Uriarte (ABC) escribe sobre la tormenta en UPYD a cuenta de un posible pacto con Ciudadanos, para concluir que los partidos pequeños y nuevos tienen los mismos defectos que los grandes y viejos.
UPyD y Ciudadanos no deberían tener problema alguno para unirse. Es más, deberían hacerlo inmediatamente para poder defender así de una manera mejor los intereses y objetivos de sus votantes. Pero a los partidos pequeños les pasa lo mismo que a los grandes. Necesitan organización jerárquica y liderazgo para funcionar y ser eficaces, pero ese liderazgo se convierte también en un objetivo en sí mismo para los miembros del partido y en un obstáculo para objetivos de unidad con otros partidos. El Consejo de UPyD del sábado dirá que no a la unidad pero no podrá aportar ningún argumento ideológico de peso lo que contribuirá, a su vez, a lo que ya está ocurriendo. A la erosión de la imagen de pureza de UPyD y también de Ciudadanos. A la verdad, en otras palabras.
Y la columna ridícula del día para Lucía Méndez (El Mundo), que advierte de que a Pedro Sánchez el sistema le puede triturar.
Pedro Sánchez ni puede prometer la luna porque nadie le iba a creer. Y además todo el mundo le amenaza con el dedo para que no advertirle de que no caiga en radicalismos. Si no imita a Pablo Iglesias en algo (…) no recuperará a los votantes perdidos. Pero si le pillan copiando a Podemos será triturado por el sistema.
Ay, Lucía, que no enteras, que Sánchez es sistema: profesor de universidad, diputado, miembros de la asamblea de Caja Madrid. El que le va a triturar si copia a Pablo Iglesias es el mismo Pablo Iglesias. Otra conspiranoica. Te sugiero que leas la tribuna de Nicolás Redondo en El País.