Fue poseedor de un genuino compromiso social y político
Juan Luis Cebrián ha salido presto a la palestra con la intención de honrar la memoria de Emilio Botín con una tribuna publicada en El País. El presidente de Prisa ha ‘agradecido’ los favores debidos al fallecido presidente del Santander con un pomposo texto sobre la figura del banquero.
Cebrián sabe como nadie que la mediación de Botín salvó un ‘match-ball’ para Prisa tras la ‘Operación Liberty’. Acuciado por las deudas -que a día de hoy siguen sin resolverse-, tanto el Banco Santander como Caixabank y el HSBC pasaron de ser acreedores del otrora imperio mediático a accionistas del mismo, lo que les reportó el control de aproximadamente una cuarta parte del conglomerado mediático.
La operación se fraguó durante el pasado año 2012, cuando los tres bancos acreedores junto a Telefónica convirtieron su deuda en bonos. Aunque en la práctica esto supuso el adiós de la familia Polanco al control del grupo, el caso es que Cebrián consiguió aliviar la situación de Prisa, carcomida por las deudas.
Escribe Cebrián este 10 de septiembre de 2014, día del fallecimiento de Emilio Botín, lo siguiente–Los paraguas del banquero–:
Emilio era alguien desde luego atípico entre los miembros de su tribu, dotado de un instinto fabuloso para los negocios pero también poseedor de un genuino compromiso social y político. Su inesperada desaparición abre no solo interrogantes sobre el futuro del banco que presidía, donde la continuidad de sus políticas parece garantizada, sino más que nada acerca del vacío que genera en sectores relevantes del escenario español e internacional.
Recuerda el actual presidente de Prisa los inicios en los que empezó a tratar a Botín, y su relación con los medios de comunicación:
Conocí a los Botín hace décadas, cuando Jesús de la Serna me convocara a la redacción del periódico Informaciones, adquirido a finales de los años sesenta por un grupo de bancos liderados por el Santander. Gracias al apoyo de este pudimos desarrollar un periódico decididamente adscrito a la causa de la libertad en los años difíciles del tardofranquismo.
Continúa:
No son estos tiempos, desde luego, los más apropiados para hacer el elogio de la banca que, por la naturaleza de su propia actividad, concita con frecuencia la expresión de iras y agravios, muchas veces agitados por el populismo político. Pero asumiendo los excesos e injusticias derivados del funcionamiento del sistema financiero, y por mucho que pese a sus detractores, la figura de Emilio Botín reluce con brillo propio entre quienes han contribuido de forma activa al mejoramiento de la sociedad española, al prestigio de nuestro país en el mundo y al desarrollo de nuestros estándares económicos e intelectuales.
Finaliza Cebrián su tribuna asegurando lo siguiente desde las páginas del diario del que fue director:
Con una visión y una lucidez que habrían sorprendido al propio Mark Twain, mantuvo muchos paraguas abiertos en los tiempos del diluvio. España y América Latina le deben mucho más de lo que aparece en los balances de sus bancos. Y esa sí es, desde luego, una deuda del todo impagable, por mucho que mejore la coyuntura.