OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Camacho sobre las críticas a Isidoro Álvarez: «En las redes sociales ha estallado la fobia al mérito»

Francesc-Marc Álvaro reclama a los catalanes en La Vanguardia que se preparen para vulnerar las leyes españolas

Ignacio Camacho se asusta ante la "fobia al mérito" de muchos españoles

¡Qué tópico, señores y señoras, qué tópico! Dos hombres peleándose por los favores de una mujer. Y dos hombres encima progresistas o feministas, como el socialista Pedro Sánchez, que dice que aprendió a ser feminista en el PSOE.

Este 14 de septiembre de 2014 Pedrojota Ramírez publicó en el que todavía es su periódico una carta de amor a Ana Patricia Botín, en la que le cubría de elogios hasta la barbilla. Incluso nos contó lo bien que juega al ping-pong. Su entusiasmo le llevó a contraponerla a su padre, Emilio Botín, lo que no creo yo que haya sido muy inteligente, pues no me parece que la señora Botín tenga de su padre la misma opinión que Fernando VII de Carlos IV. En Periodista Digital concluimos que Pedrojota se bajaba los pantalones ante Ana Patricia Botín, con la esperanza de que le financie la compra de El Mundo.

Hoy, 15 de septiembre, por medio de Marcello, Pablo Sebastián (Republica.com) cuenta el impacto de la carta de amor de Pedrojota y le dice al pretendiente que, como el Tenorio, sus aventuras son ya muy conocidas y que no engaña a nadie.

Si Ana Patricia es tan inteligente como dice Pedro J. y conoce bien las relaciones de poder que se practican en España en los altos Palacios y los despachos de influencia, no parece que la presidenta del Grupo Santander, que se enfrenta una ingente y apasionante tarea, se vaya a dedicar a crear problemas en Zarzuela, Moncloa y el Ibex, sólo para contentar al que se presenta con su entrañable amigo, quien también le ha propinado un sonoro garrotazo a Emilio Botín y a su director de comunicación.

Todos ellos, por más que lo esperarán y temieran, se habrán quedado estupefactos con el artículo de Pedro J. y puede que con ese motivo se hayan intercambiado mensajes de este tenor: ‘atención Houston, tenemos un problema’. Pues sí que lo tienen, porque Pedro J. quiere soltar el arpón y ponerse al frente del timón del Pequod para cazar a Rajoy/Mobydick, antes de las elecciones municipales de mayo de 2015 y de las generales del mes de noviembre del mismo año. Y ahora cree Pedro J. que Ana Patricia es su tabla de salvación o su trampolín

lo que no imaginamos es que, en las actuales circunstancias políticas, el Banco Santander vaya a financiar a corto plazo la reaparición de Pedro J. con el mismo entusiasmo con el que salvaron de la quiebra a PRISA y a Juan Luis Cebrián. Entre otras cosas porque aunque Ana Patricia, como lo ha escrito Pedro J., sea una buena jugadora de Ping Pong la presidenta del Santander sabrá, o debería saber, que esta partida con el poder no se disputa sobre una mesa sino que es de Frontón. Y que el muro infranqueable del enorme poder regulador del Ejecutivo, lo tiene en sus manos Mariano Rajoy.

Alfonso Ussía (La Razón) sigue presumiendo de sus amistades. Ya nos contó cuánto había conocido a Emilio Botín; ahora hace lo mismo con su hija. ¡Qué ganas de lanzar a los plebeyos a Podemos!

Y ahora le toca el turno, el peso y la responsabilidad a su hija Ana Patricia, que lleva preparándose para ello desde que tiene uso de razón. Confieso que siempre que he estado con ella, la he compadecido. Lo tiene todo para triunfar. Conoce el negocio de la banca como pocas personas, habla varios idiomas, trabaja como su padre, se relaja jugando al golf y a veces le domina la timidez, que puede interpretarse como lejanía. Es una montañesa española formada en Inglaterra y los Estados Unidos. Menos simpática y abierta que su padre, que además de un gran banquero era un formidable relaciones públicas.

Iguala o supera en tenacidad a su padre.Tiene la formación de su padre y una timidez sólo suya. Pero estoy seguro de su victoria. Y me gusta que sea una mujer la que presida la institución financiera más importante de España. Aunque Esperanza Aguirre le gane al golf.

OTRO GRAN EMPRESARIO FALLECIDO: ISIDORO ÁLVAREZ

La semana pasada falleció Emilio Botín y el domingo Isidoro Álvarez. ¿Qué tal está de salud Amancio Ortega, el creador de Inditex? Ignacio Camacho (ABC) ha llegado a tiempo de escribir sobre el presidente del grupo El Corte Inglés.

La inmensa mayoría de quienes hoy censuran con mayor o menor razón las condiciones laborales del grupo, sus abusos de posición preeminente o sus manufacturas en el Tercer Mundo lucen en sus cuellos o en sus casas la etiqueta del triángulo; visten sus prendas, han viajado con su agencia o han domiciliado allí sus listas de boda. Muy pocos o casi ninguno han boicoteado con su ausencia el comercio más popular de España; los escrúpulos morales o ideológicos no les han impedido ser sus clientes ni a pesar de los precios habitualmente más altos que la competencia.

El hundimiento de las clases medias parece haber agarrotado el músculo de la autoconfianza y sembrado en la sociedad un nihilismo que conduce al colapso. La fobia al mérito que estalla en las redes sociales se ha convertido en una expresión palmaria del fracaso colectivo. En ocasiones, sin embargo, el odio es un boomerang que rebota contra nuestras contradicciones íntimas: esos sobrevenidos odiadores póstumos de Isidoro Álvarez le rinden cada mañana un homenaje al abrir sus armarios.

José Oneto (Republica.com) alaba la personalidad trabajadora y modesta de Álvarez.

Aparentemente hosco, de pocas palabras que cuando hablaba parecía que farfullaba, Isidoro ha sido uno de los grandes empresarios de este país, que odiaba el boato y el protocolo, que no presumía de nada, que hacia vida social cuando no le quedaba más remedio, y que poseía siempre una información privilegiada, gracias a uno de sus hombres de más confianza, Juan Hermoso, que sigue formando parte del círculo de las personas que en este país, saben todo, o casi todo y que, como muchos de sus colaboradores, han dedicado su vida a El Corte , y a su Presidente.

La columna de Almudena Grandes (El País) se queda vieja porque sólo menciona entre los muertos ilustres del año a Adolfo Suárez y a Botín.

Lo mejor que le puede pasar a alguien en España es morirse. Esta macabra sentencia se ha cumplido una vez más. Es una lástima que en un país tan marcado por la proliferación de la envidia, la malevolencia y el rencor, nadie viva para leer sus necrológicas y comprobar cómo sus virtudes personales -las mismas que nadie tuvo en cuenta a la hora de reprocharle su trayectoria profesional, sus defectos, sus errores y, llegado el caso, incluso sus problemas con la justicia- le elevan hasta el inmaculado altar de los héroes. Es una lástima que, para llegar a ocuparlo, uno tenga que morirse antes.

Con Emilio Botín ha sucedido algo semejante. Tras su muerte, el banquero más importante de España ha merecido un sinnúmero de elogios en un país destrozado por una crisis económica originada en gran medida por la fortísima inversión de dinero público que ha requerido el rescate de la banca.

Me pregunto cómo serán las necrológicas de Jordi Pujol. En todo caso, a los españoles nos iría mucho mejor si nos dedicáramos a juzgar a los vivos en lugar de empeñarnos en inmortalizar a los difuntos.

Bueno, salvo en la insinuación de que el Santander recibió fondos públicos, que en realidad fueron a las cajas de ahorro hundidas por los políticos y sindicalistas, estoy totalmente de acuerdo con la columna.

José Luis Martín Prieto (La Razón) ofrece su columna a otro de los caídos en los últimos días: Ana Botella.

Se ha usado contra ella el azar de la foresta madrileña como si a dos millones de árboles se les pudiera hacer una ecografía para ver si están podridos, desdeñando la mala suerte de que caiga una rama justo cuando pasa un cristiano. Hasta su matrimonio con Aznar se ha utilizado como ariete sin escándalo de las feministas de guardia. Abogada e inspectora de Hacienda ha cumplido la hazaña de poner en orden la deuda de Madrid (…). Es una excelente alcaldesa, sin asesores de comunicación.

EL CONDE DE GODÓ LLAMA A LAS BARRICADAS

El conde de Godó y el administrador de su cortijo, Màrius Carol, acogen en La Vanguardia columnas cada vez más radicales. Junto con Pilar Rahola, que hoy descansa, está Francesc-Marc Álvaro, que fue comentarista de la Diada pasada. Hoy advierte a sus lectores que han de estar preparados para la ruptura con las leyes españolas y olvidarse del referéndum del 9 de noviembre. En cambio no dice nada de romper con las líneas de crédito concedidas por el Gobierno español a la Generalitat.

más importante que discutir sobre si el Govern Mas pondrá o no las urnas el 9-N aunque el TC suspenda la consulta es la constatación de que cualquier camino que se tome ante el bloqueo de Madrid debe contar con el apoyo más amplio posible entre las fuerzas que acordaron la fecha y la consulta. Y también que lo que se acabe haciendo deberá ser explicado de manera muy clara y tendrá que ir acompañado de un calendario que conjure la frustración. El recurso a las plebiscitarias no está descartado, pero sólo tendría sentido si va ligado a un compromiso de trascender, en el momento adecuado, la legalidad española y asumir (mediante un Govern multicolor que tenga amplia mayoría parlamentaria) que se saltará la pared combinando inteligencia y audacia, sin salir a los balcones a hacer proclamas.

Todo eso -lleve o no la etiqueta de DUI (Declaración Unilateral de Independencia)- obliga a tener a punto previamente algunos instrumentos básicos, como una Hacienda catalana. Eso pide tiempo, durante el cual los poderes españoles no serán pasivos.

Xavier Antich, antiguo director de La Vanguardia, nos riñe a los españoles porque estamos verdes en democracia. Seguro que él aprendió mucho de democracia en la hemeroteca del periódico, leyendo los elogios desmedidos a Alfonso XIII, Francesc Cambó, Francisco Franco, Juan Carlos I, Jordi Pujol y Artur Mas.

Después de la Diada. Para cualquier observador atento y desprejuiciado, esta Diada ha sido el prolegómeno a la consulta del 9 de noviembre. Una consulta demandada por un sector cuantitativamente muy significativo de la sociedad catalana y por un porcentaje muy mayoritario del Parlament que posee la representación de la ciudadanía. Una consulta que, discusiones administrativas o jurídicas aparte, será imposible evitar desde parámetros democráticos homologables internacionalmente. Empieza un compás de espera de ocho semanas decisivas. Decisivas, entre otras cosas, para calibrar la madurez democrática del Estado español.

EL CULÉ ANTONIO CASADO SE ENFADA CON SU CLUB

La tabarra catalana está haciendo que más de uno se plantee sus lealtades y amistades. Antonio Casado (ElConfidencial.com) se enfada con su club de toda la vida, el Barça, y le acuse de manipulación y de echar a los socios que no son catalanistas. En su columna carga también contra los jugadores no catalanes, a los que reprocha su colaboraicón en el plan separatista de la directiva.

Tal vinculación de fútbol y política, consciente, deliberada, me parece una falta de respeto a los cientos de miles de catalanes que no comparten esa opción, a los cientos de miles de seguidores del Barça que ni siquiera son catalanes y a los futbolistas extranjeros que, por cientos de miles de euros, defienden con profesionalidad los colores del equipo sin que conste en sus contratos la exigencia de sumarse a tal o cual proyecto político.

¿Qué pasará por la cabeza de argentinos como Mascherano o Messi, brasileños como Alves o Neymar, un francés como Mathieu, un canario como Pedro, un manchego como Iniesta, un hispano-marroquí como Munir, probablemente encantados de vivir en Cataluña, al verse instrumentalizados en nombre de una causa extradeportiva que, además, ni de lejos representa a todos los catalanes? Ficharon por un equipo de fútbol pero el sábado aparecieron, mal que les pese, aunque no consta que por propia voluntad, como costaleros del nacionalismo. Al menos en el minuto 17:14 de juego.

José María Carrascal (ABC) comenta el relato que ha hecho José Bono de una cena en 2005 en la embajada de Portugal en la que estaban, junto con él, el rey Juan Carlos, Pasqual Maragall, Jordi Pujol y Alberto Ruiz-Gallardón, y en la que ante el presidente de Portugal los españoles dieron el espectáculo de pelearse entre ellos. Bono cuenta ahora lo patriota que fue él.

Me quedan sólo unas líneas para comentar esas «memorias» de Bono que se anuncian con el bombazo de la cena del embajador de Portugal en octubre de 2005 y el choque entre el entonces ministro de Defensa y Pasqual Maragall. Aun descontando la parcialidad que hay en todas las memorias, confirma la quiebra interna entre el PSOE españolista y el PSC catalanista, que hemos visto aumentar desde entonces. Pero si Maragall engañó al PSOE para obtener la presidencia de la Generalitat y desde ella fomentar el independentismo, fue porque el PSOE se dejó engañar. Y lo más grave de todo es que parece seguir engañándose con un federalismo tan rancio como inocuo.

PRADA CREE QUE GALLARDÓN QUERÍA REDUCIR EL ABORTO

El anuncio de que el Gobierno prepara la retirada del proyecto de reforma de la ley del aborto (promesa electoral del PP) provoca el enfado de Isabel San Sebastián (ABC) por un nuevo incumplimiento.

La consideración del aborto no es una mera cuestión de intereses, homologable a los impuestos, susceptible de someterse a los dictados de la coyuntura. Ni siquiera es materia que incida en el terreno de la ideología, como ese otro incumplimiento imputable también a Gallardón, quien había prometido devolver a la Justicia su independencia violentada por lustros de manoseo político y finalmente optó por dejar las cosas como estaban, en aras de la impunidad. La consideración del aborto va infinitamente más allá del campo de las conveniencias y entra de lleno en el de las convicciones más profundas, o en el de la conciencia para quienes dicen profesar la religión católica, algunos de los cuales, por cierto, permanecen clamorosamente callados en el sanedrín popular.

En cambio, Juan Manuel de Prada, tan exigente con todo el mundo, incluso con colegas de columna en ABC, sale en defensa de Alberto Ruiz Gallardón, por su talento y por su postura a favor de la vida.

No quisiera que mis palabras agrias salpiquen a la única persona del partido conservador que se está comportando con nobleza, el ministro Alberto Ruiz Gallardón, odiado por sus propios conmilitones (por envidia cochina y renegrida, pues saben que tiene más talento y más valía que todos ellos juntos) y diana de todos los vituperios por parte de los zombis que se han dejado abducir por diversos lidereses y lideresas que comulgan todos los domingos y fiestas de guardar… la libertad de horarios. Resulta, en verdad, paradójico que un político estigmatizado por progre haya sido el único que a la postre se ha dejado partir la cara por defender (en una defensa todo lo defectuosa que ustedes quieran, pero defensa solitaria y valerosa) la vida gestante. A Gallardón quiero enviar hoy mi abrazo cordial; y decirle que, aunque ante los ojos del mundo parezca un hombre derrotado, somos muchos los que hoy lo vemos aureolado de una trágica y gallarda dignidad, entre la chusma cambalachera y arriolesca que acampa en su partido, siempre deseosa de contentar a todos (¡y a todas, oiga!).

Curioso lo que escribe Prada, sobre todo si tenemos en cuenta que Gallardón fue el primer dirigente del PP en dar gratis la píldora del día después (considerada como abortiva) a menores de edad.

Pedro G. Cuartango (El Mundo) da permiso para la guerra contra la banda terrorista del Estado Islámico.

Me ha sorprendido mucho que el Gobierno español haya optado por quedarse fuera de esta coalición, probablemente por miedo a las críticas de un sector de la sociedad. Peor lo cierto es que esta intervención está absolutamente justificada y no tiene nada que ver con la invasión de Irak en 2003, fabricada cin datos manipulados por la Admibistración Bush y que tan nefastas consecuencias acarreó.

Ningún Gobierno deberia abdicar de su responsabilidad de defender lo mucho que nos jugamos a miles de kilómetros de distancia.

AGUIRRE RIÑE A LOS CIUDADANOS POR SU «DESIDIA»

Gabriel Albiac (ABC) medita sobre el origen de los nacionalismos regionales en España y llega a la conclusión de quetodo empezó en el debate constitucional

Quienes -todos quienes- convinieron en incluir en una Constitución -que es código de identidad de una nación- la anfibología «nacionalidades» para distinguir a tres específicas regiones habían consumado el error fatal. Puede que sin saberlo: eso no importa. Hasta puede que cargados con las mejores intenciones: importa aún menos. Dado ese paso entonces, llegar a lo de ahora es tan sólo extraer una consecuencia a partir de una axiomática: rutina.

Podemos fingirnos un consuelo, culpando al tan poco escrupuloso Pujol de este desastre. Pero, bajo una presidencia angelicalmente ascética, idéntico hubiera sido el destino del independentismo al que fue bajo una presidencia corrupta. De la locura nacionalista catalana tiene la culpa una anfibología en la Constitución del 78. Y quienes allí la incrustaron. Como un vuelco en la lengua. Que es el mundo.

El economista Gabriel Tortella, expulsado de la sección de opinión de El País, publica  en El Mundo una tribuna en la que abunda en la idea que encontramos en Albiac.

El gran error que los gobiernos españoles, fueren del partido que fueren, han cometido (…) ha sido conceder al separatismo su premisa fundamental: Cataluña es diferente, Cataluña no es España (…); lo único que los gobiernos españoles han exigido a Cataluña desde la Transición es el pago de impuestos y el mantenimiento del orden.

Si los gobiernos de España se proponen defender la Constitución, como es su obligación, debe hacerlo siempre, no sólo a veces.

Hoy estamos todos los españoles, y en especial los catalanes, en una situación complicadísima, a la que nos ha conducido la pasividad de los gobeirnos de Madrid, que ya hciieron dejación de responsabilidades en el caso de Banca Catalana

Tanto la tribuna de Tortella como la columna de Albiac me sirven de argumentos para conceder el premio de columna ridícula del día a Esperanza Aguirre (ABC), que culpa del auge de los nacionalismo a los ciudadanos, que por lo que se ve no hemos hecho suficiente según la ex ministra de Educación, ex presidenta del Senado, ex presidenta de la Comunidad de Madrid, para enfrentarnos a los separatistas.

A la situación actual se ha llegado por muchas razones, pero, sin ninguna duda, una de esas razones, y quizá la principal, ha sido la desidia del resto de los ciudadanos españoles y de los partidos políticos a la hora de defender, como debiéramos, nuestra Constitución y los dos principios fundamentales en que debe basarse nuestra convivencia: la libertad y la igualdad de todos ante la Ley.

¿Y tú qué has hecho, Esperancita, aparte de decir que hay que catalanizar España? ¿Cuántos estatutos de nueva generación ha aprobado tu partido?, ¿no se oponen el PP gallego y el valenciano a la educación en castellano?, ¿qué apoyo han dado los Gobeirnos del PP a los ciudadanos discriminados por las Administraciones dirigidas por los nacionalistas?

 

 

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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