EL FUMADOR / REPASANDO COLUMNAS

Raúl del Pozo entierra a Gallardón: «Ya no le quedan apoyos mediáticos»

Victoria Prego protesta por que la Generalitat 'soborne' a los marroquíes con la promesa de enseñar árabe en los colegios

José Alejandro Vara: Emilio Botín preparaba un manifiesto contra el referéndum de Mas

El corresponsal de La Vanguardia en el Reino Unido, Rafael Ramos, ha decidido convertirse en corresponsal en Escocia; no sé si por el whisky o el haggis. Sus últimas crónicas son totalmente parciales, como si las escribiese para el Avui.

Este 16 de septiembre de 2014, Ramos tituló Los generales toca a rebato sobre la implicación de numerosas personalidades británicas en la campaña contraria a la separación de Escocia y hoy, día 17, titula sobre los compromisos del primer ministro David Cameron Promesa (o soborno) a Escocia. Lo mismo que dice Alex Salmond. Imparcialidad se llama.

Siguiendo con el ejemplo de Ramos, me permito calificar de soborno la noticia que da este 17 de septiembre de 2014 El Mundo de que la Generalitat ha prometido a Marruecos dar enseñanza de árabe en los colegios. Hay casi 300.000 marroquíes en Cataluña y de cumplirse ese compromiso tendrían mejor trato que los inmigrantes hispanoamericanos, cosa que sulfura a Victoria Prego, comentarista de la noticia.

Los inmigrantes marroquíes en Cataluña se pueden ver favorecidos por la necesidad del Gobierno catalán de sumar votantes como sea a su proyecto independentista, que cojea dramáticamente de clamorosa falta de legalidad. (…) Ésa es la razón por la que están dispuestos a poner en las manos de otro país la enseñanza de la religión islámica en las escuelas catalanas.

Pero la pretensión de la Generalitat de Cataluña va mucho más allá. Y a la enseñanza de la religión asumida por Marruecos añaden su propuesta de ¡enseñar las lenguas árabes en horario escolar!

¿por qué no manifiesta la Dirección General el mismo mimo, el mismo celo, por los inmigrantes procedentes de la América que un día fue española? A esos trabajadores colombianos, peruanos, ecuatorianos se les niega la enseñanza en su propio idioma y se obliga a los padres a aprender catalán para poder ganarse la vida en esas tierras y a sus hijos a estudiar sólo en esa lengua.

Es a los castellanohablantes a quienes se maltrata oficialmente desde la Generalitat. Lo sabemos desde hace mucho tiempo pero este plan de integración de la comunidad marroquí hace más visible y más obscena la política de enseñanza practicada por los independentistas. Una política de la que, digámoslo otra vez, somos responsables todos los españoles, porque la hemos permitido a base de años y años de mantener silencio ante el gigantesco atropello que ha supuesto la exclusión sistemática en Cataluña de la lengua de todos.

Bueno, Victoria, no todos los españoles «somos responsables» de lo que ocurre en Cataluña desde hace décadas. Yo mismo no he sido ni presidente del Gobierno de España, ni ministro, ni diputado, ni senador, ni magistrado del Tribunal Constitucional, ni periodista con columna, ni entrevistadora entregada a Felipe González. Aquí las culpas están graduadas.

También se indigna Federico Jiménez Losantos (El Mundo) por otra desigualdad: la impunidad de las dos dinastías que reinan en España, que son los Borbones y los Pujol.

Para el Ministerio de Hacienda -vía Agencia Tributaria- y para el de Justicia -vía Ministerio Fiscal- hay en España dos familias, qué digo, dos dinastías que gozan de impunidad y, por ende, de felicidad: los Borbón y los Pujol. Mucho más los Pujol que los Borbón, desde luego, lo que tal vez suponga un agravio comparativo, ya que hace tres siglos que en España reinan casi siempre los Borbón y sólo en una parte de ella, Cataluña, hace apenas medio siglo que imperan los Pujol, pero basta comparar lo que Hacienda y la Fiscalía están perdonando a la Familia Real española -Juan Carlos y los Urdanga- y a la familia imperial catalana -Jordi Pujol, esposa, hijos e hijas- para ver que lo que Montoro no quiere cobrar de la Infanta y el talonmanista del Barça es una propina de avaro al lado de lo que perdona del fortunón de los Ubu. Sólo la cantidad que Pujol Ferrusola III, según han revelado Inda y Urreiztieta, movió para comprar las mil oficinas del Santander y los edificios de PRISA le habrían permitido hacer una OPA a Jazztel y, con un minicrédito fraterno, hacer feliz a Vodafone.

ESTÁ HECHO EL PACTO ENTRE RAJOY, SÁNCHEZ Y MAS

Comprendo los enfados de Prego y de Losantos, pero quizás estemos ante los estertores del plan separatista. Muchas columnistas de distintas opiniones y orígenes presentan hoy a sus lectores un pacto entre el Gobierno, los socialistas y Artur Mas en la línea de federalizar España.

El contenido de la columna de Pablo Sebastián (Republica.com) queda claro desde el título: ‘Huele a pacto secreto de Rajoy con Mas’:

El enfrentamiento abierto entre Mas y Junqueras en el parlamento catalán, la oferta de apoyo parlamentario del PSC a CiU y el paseo -‘como Pedro por su casa’- de Jordi Pujol Ferrusola en la Audiencia Nacional donde ni el fiscal ni el abogado del Estado le han pedido medidas cautelares (ni siquiera el pasaporte) son los indicios de la existencia de un pacto secreto entre Mariano Rajoy y Artur Mas, con ayuda externa de Pedro Sánchez. Una comedia donde cada uno va a representar su papel en esta extraña función y adaptación shakesperiana de ‘Mucho ruido y pocas nueces’.

Primer Acto: Artur Mas seguirá con el calendario del proceso y aprobará el próximo día 19 en el Parlament la ley de consultas catalanas. Segundo Acto: el gobierno de Rajoy recurrirá la norma al Tribunal Constitucional que la suspenderá de manera cautelar hasta su posterior anulación. Tercer acto: Mas renunciará a violar la legalidad y acabará por suspender la consulta ante el enfado de Oriol Junqueras y ERC. Cuarto Acto: Junqueras rompe el pacto de gobierno con Mas, y Miquel Iceta lo sustituye con el apoyo del PSC para que CiU complete la legislatura y arregle los destrozos del caso Pujol -con la ayuda de Rajoy- antes de convocar las elecciones autonómicas.

Y añade que uno de los argumentos usados por el Gobierno para persuadir a Mas de que recule es la corrupción propia y de su partido.

Sin embargo, una pieza maestra del puzzle hispano/catalán está en el paseo de Jordi Pujol Ferrusola por la Audiencia Nacional ante el silencio de la misma fiscalía que mandó directamente a prisión a Luis Bárcenas porque tenia cuentas en el extranjero -como las tiene Pujol Jr- y ello incluía peligro de fuga y manipulación. De la misma manera que, en esta investigación, podrían existir otras pruebas documentales o verbales que podrían afectar a CiU y al propio Artur Mas, como se comenta en algunos mentideros de la capital de España. Una presunta información ‘sensible’ que en cualquier momento, y si se llega al desafío final, podría salir en los medios de comunicación.

Joan Tapia, ex director de La Vanguardia, y miembro del bando moderado del catalanismo (ya sabe, querido lector, el que culp de todo a los españoles, pero les dice que están a tiempo de solucionarlo) también da pistas en su columna de ElConfidencial.com de un pacto entre PP, PSOE-PSC y CiU.

un factor nuevo y positivo es que ahora hay personalidades muy cualificadas y muy alejadas del socialismo, desde Miguel Herrero Rodríguez de Miñón y Antonio Garrigues a Duran i Lleida o el presidente de la patronal catalana Joaquim Gay de Montellà (que insistió ayer en Madrid) que creen que la posible solución es intentar la tercera vía.

Para salir de este impasse sería bueno que tanto el PP de Rajoy (amenazado en el 2006 por el aznarismo recalcitrante) como el nacionalismo catalán de Mas (que en el 2012 se lanzó a una apuesta aventurista) y la socialdemocracia del PSC y el PSOE (que comparten el fracaso de gestión del Estatuto del 2006) admitieran los errores recientes (y menos recientes) y asumieran que cualquier solución exige la cooperación de las tres partes (como mínimo).

Otro de los periodistas bien relacionados con los poderosos, Fernando González Urbaneja (Republica.com), sostiene que el acuerdo es, de momento, entre los socialistas y Convergència.

A Artur Mas y a Convergencia no les interesa unas elecciones inmediatas, carecen de bazas. Por eso la hipótesis socio-convergente tiene alguna posibilidad y como consecuencia el peak point soberanista se desplazaría más allá habilitando un plazo para volver a explicar a los catalanes que hay futuro que no necesariamente pasa por una declaración unilateral de independencia.

Las cuestiones jurídicas y de procedimiento, siendo importantes, limitativas, no puede opacar el juego de la política, la negociación entre partidos, el consenso y la innovación legislativa bien instrumentada. Este es tiempo para la política y también las explicaciones razonadas, más allá de las emociones o ensoñaciones.

¿Y cómo sería una España federal? Ignacio Ruiz Quintano lo explica en su columna de ABC.

Si la partidocracia no es tonta, el pastel ya estará cocinado: una España federal (?), y que vean en el mundo lo que somos capaces de hacer en una lonja con el Derecho.

Una España federal (¿a lo Proudhon, a lo Hamilton o a lo Cebrián?) en que «federal» no será sino la palabra mágica para disimular la exención fiscal de Cataluña a cambio de que otra generación de Resto de Españoles siga jugando con el Barça.

José Alejandro Vara (Vozpopuli.com) da la exclusiva del día al revelar que Emilio Botín preparaba un manfiesto de empresarios contra el referéndum separatista y que su hija mantiene el proyecto.

Emilio Botín impulsaba personalmente un manifiesto contra el referéndum independentista catalán que había recibido ya el respaldo de un buen número de empresarios.

La desaparición del presidente del Santander no afectará a este proyecto ya que su hija, Ana Patricia Botín, es firme partidaria de seguir adelante hasta su culminación. La hija de Botín participa de esta idea y considera que no debe caer en saco roto, comentan fuentes conocedoras de la propuesta. No sólo por lo que puede significar para la estabilidad política de nuestro país sino porque ya se había comprometido la palabra y la solidaridad de un buen número de adhesiones. Por cierto que un par de notorios dirigentes empresariales catalanes todavía se lo estaban pensando, según las mismas fuentes.

AL PNV, EL MIEDO A SORTU LE CIERRA LA BOCA

José García Domínguez (Libertaddigital.com) asegura que Artur Mas tiene la «gran obsesión» de que «no se vuelva a repetir un Seis de Octubre». ¿Y qué pasó entonces, cuando el presidente de la Generalitat, Lluìs Companys se saltó la Constitución republicana y dio un golpe de Estado?

De entrada, la presidencia de Cataluña pasó a ser ocupada por el bizarro coronel don Francisco Jiménez Arenas. Unas cinco mil personas de las cuatro provincias, reo arriba reo abajo, fueron encarceladas en los días que siguieron a la asonada. De entre ellas, más de dos mil serían objeto de procesos penales. Y cerca de un millar se verían sometidas a consejos de guerra. Por su parte, los militares que dependían orgánicamente de la Generalitat fueron condenados a muerte en rápidos juicios sumarísimos. Todos, sin excepción. Solo la presión in extremis de Alcalá Zamora evitó su fusilamiento ante un pelotón. La Escuela de Policía de la Generalitat fue clausurada de inmediato, y su personal cesado al instante. Al igual que depurados serían cuantos funcionarios de carrera hubiesen accedido a cumplir las órdenes de los golpistas durante aquellas diez horas.

Parece todo tan preparado ya que José María Carrascal (ABC) recomienda que hagamos ejercicios para desentumecer los brazos y dar un gran abrazo a Mas.

Quiero decir que llega la hora del realismo y de tender puentes, no de las revanchas ni de los desahogos. Eso sí, sin olvidarnos de la lección: que en democracia se debe ser flexible, pero no en los principios; que los intereses de la nación no deben subordinarse nunca a los de los partidos; que la política es el arte de lo posible, pero no de lo imposible, y que lo que nos une a los españoles es más que lo que nos separa.

Y en cualquier caso: si Artur Mas está dispuesto a regresar a la amplia casa solariega española, bienvenido sea. Aunque sea a rastras y regruñendo.

Un el PNV, partido que hasta hace pocos años encabezaba todos los experimentos, campañas y declaraciones contra España, está ahora callado, mientras que son sus antes amigos de CiU los que se parten la cara. La clave está en que el PNV teme que Sortu/Bildu le quite el chollo.

Los enemigos de verdad son Mas y Junqueras, que le disputa el cargo. En Euskadi pasa otro tanto, con la diferencia de que Urkullu sí sabe que los batasunos van por ellos. De ahí la escasa admiración del lehendakari hacia el proceso catalán. Galeusca se ha convertido en Cagaleus. De ahí que los frutos del almuerzo del lunes en Moncloa se redujeran al buen rollito y poco más.

No es que Urkullu no sienta tentaciones, que las tiene. Es que no va a alterar su calendario en función de la acreditada torpeza política de su homólogo catalán. Antes querrá ver lo que pasa en Escocia. Después, lo que ocurre en Cataluña el 9-N y, finalmente, afrontar el gran duelo que le espera en mayo de 2015 frente a Sortu en las elecciones municipales y forales.

CARRERAS: IGUALDAD, NO IDENTIDAD, ES EL EMBLEMA DE LA IZQUIERDA

Las últimas elecciones europeas de importancia han sido las celebradas en Suecia. En ellas, el partido socialdemócrata ha sido el más votado, pero con el segundo peor resultado de su historia; a la vez, el partido populista Demócratas Suecos, ha obtenido un 13%.

Francesc de Carreras (El País) señala que una de las causas de la decadencia, al parecer irreversible, de la izquierda socialdemócrata europea es su progresivo abandono de la idea de igualdad y su adhesión las causas nacionalistas y sexuales, elaboradas por pequeños grupos.

Frente a este serio embate liberal ortodoxo, la reacción de la izquierda fue doble: reafirmarse en sus fundamentos clásicos -en especial, el intervencionismo estatista- o escapar por una nueva vía que en los últimos años venían patrocinando los pensadores posmodernos. Ambas reacciones fueron equivocadas. La primera no respondía con realismo y eficacia al nuevo escenario que planteaban los nuevos retos de la globalización. Por tanto, se impusieron las ideas liberales, especialmente las desreguladoras y privatizadoras, que fueron adoptadas por los partidos conservadores y, con ciertos retoques de carácter social, también por los partidos socialdemócratas.

La segunda reacción de la izquierda tuvo aún peores consecuencias. El posmodernismo supone, en el fondo, un rechazo de las ideas ilustradas y la vuelta a un romanticismo nihilista con un fondo nietzcheano, irracional. De ahí, entre otras desgracias, la insólita preocupación por las identidades colectivas, sean culturales, nacionales, de género o religiosas.

 Igualdad, sólo igualdad, no identidad, es el emblema de la izquierda.

Incluso Alfonso Ussía (La Razón) deja de hablar de sus amistades con ricos y linajudos y se une al debate sobre el complejo de inferioridad del PP a la izquierda, la de los GAL y la corrupción.

El político conservador español es un ser necesitado del cariño de la izquierda. Y la izquierda acaricia muy bien a los débiles, a los que deja posteriormente en la cuneta, inservibles y acariciadísimos. La izquierda, con mayoría simple o absoluta, gobierna sin complejos, y lo explica con toda naturalidad. La derecha necesita del aplauso de la izquierda, se contradice, incumple sus promesas y aparece Floriano.

No entro en el fondo de la reforma de la Ley del Aborto de Alberto Ruiz Gallardón. Soy cristiano, soy católico y no me extiendo más. También podría ser hindú, y afirmar como Ghandi que el «aborto es un mero y brutal asesinato.

El debate sobre el incumplimiento de la promesa del PP de reducir el aborto le sirve a David Gistau (ABC) para decir que las convicciones de Rajoy dependen de las encuestas.

La concentración de la culpa por el gatillazo de la reforma en Gallardón, a quien ya se atribuyen hasta pensamientos suicidas que son como ponerle el cuchillito a mano y dejarlo solo para que practique el seppuku por honor, tiene el inconveniente de retratar al presidente y a la vicepresidenta como trajes vacíos con los que sus propios ministros ni consultan antes de salir en tromba con ideas propias. Lo cierto es que se trata de un recurso muy grosero para tapar otra evidencia: que el PP sacrifica hasta los imperativos morales autoimpuestos cuando no le son útiles o cuando una encuesta indica que acarrean desgaste electoral. Después del imperativo moral del Faisán, ahora liquida el imperativo moral del derecho a la vida y trata de hacer pasar por un lunático al ministro que lo verbalizó, es de suponer que con el conocimiento de su jerarquía, o de lo contrario habría sido cesado.

A VUEKLTAS CON GALLARDÓN

Raúl del Pozo (El Mundo) da por eliminado a Ruiz Gallardón y se admira de la fuerza de Mariano Rajoy para liquidar a sus adversarios.

Mariano, con un PP mermado, sigue cepillándose a sus adversarios. Para contar a sus enemigos hay que contar a los cesantes. No, no los mata él -explican sus leales-, se destruyen a sí mismos. Según me cuentan, José María Aznar se ha pasado el verano largando del presidente; ha sido feroz en las cenas de Guadalmina, y sin embargo, Mariano no ha movido la ceja para eliminar a Ana Botella. La que la ha devorado, según áulicos, ha sido Esperanza Aguirre que era muy de bodas y bautizos con los Aznar.

El último caído por Dios y por España, el melómano magnetizado por la gaita, ha sido Gallardón. La derecha española ya no espera a un príncipe, sino a una princesa ¿Habéis dejado a Gallardón con el culo al aire? Responden: «Es él el que se ha puesto en una mala postura». Dice Podemos: «Pasó el catolicismo reaccionario de Juan Pablo II y Benedicto XVI». Piensa el PP: Llegó un nuevo procónsul del Pontífice y hay que independizar la acción del Gobierno de servidumbres, fracciones o creencias.

Creía Alberto, cuando Bárcenas, que Mariano estaba muerto, y lo que estaba era mal enterrado. ¿Y dónde va a ir Gallardón? Dicen que a su casa. Ahora ya no le quedan apoyos mediáticos ni familias del partido.

 

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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