EL FUMADOR / REPASANDO COLUMNAS

Pilar Cernuda desvela que Rajoy pide consejo a Felipe González

Raúl del Pozo da al PSOE por hundido en Madrid y al socialista Antonio Carmona por derrotado

Pedro Sánchez y Carmen Chacón defienden el federalismo en sendas tribunas en El País y La Vanguardia

De no ser porque se me cayó la ceniza encima del ABC mientras pasaba las hojas en busca de columnas, me habría saltado la que en mi opinión es la columna del 22 de septiembre de 2014: Pilar Cernuda revela que Mariano Rajoy habla «a menudo» con Felipe González.

De puertas adentro, Moncloa es un bullir desde que Mariano Rajoy regresó de sus vacaciones la última semana de agosto. Mantiene reuniones muy discretas con la mayoría de los dirigentes regionales y locales de su partido, pero curiosamente sí quiso que se supiera que se había visto con Rita Barberá.

Por cierto, Rajoy habla con cierta frecuencia con el expresidente Felipe González, cambian impresiones sobre muchos de los asuntos internacionales más candentes y también sobre algunas cuestiones que preocupan a los españoles. ¿Cataluña y su consulta? Seguro que sí, aunque ninguno de los dos dice una palabra. Ni siquiera cuentan que charlan de vez en cuando.

¿Y para esto aguantamos casi 15 años a Felipe, su corrupción, su CESID y los editoriales de Juan Luis Cebrián en El País?, pensará más de un veterano votante del PP que antes votó a Manuel Fraga.

Estimado Bieito Rubido: esto es un notición que merecía páginas más destacadas en tu periódico. Porque las deducciones son apasionantes. Rajoy se relaciona con González, ¿porque Pedro Sánchez es flor de un día?, ¿quién manda en el PSOE en realidad?, ¿se está preparando la gran coalición entre el PP y el PSOE?, ¿por qué no fue posible esta relación con Rubalcaba?… ¿y por qué no llama Rajoy a José María Aznar, su mentor?

La columna de José Luis Martín Prieto (La Razón) me hace añadir otra pregunta a la lista de las anteriores: la retirada de toda reforma de la ley del aborto, ¿es consecuencia de los contactos entre Rajoy y Felipe?

El socialismo español monopoliza como cosa propia la enseñanza y en toda la democracia la derecha sólo ha logrado una ley de educación, y contestada de inmediato por el reservorio socialista del Califato andaluz. Cuando regresen al poder la derogarán. De exclusiva competencia del PSOE, con la anuencia de su izquierda, son asuntos centrales como pudieran ser las relaciones con la Iglesia o todo aquello que tenga que ver con la higiene sexual.

Nuestro socialismo ya lleva dos leyes troncales sobre el aborto y no tolera que la mayoría absoluta mueva una coma. Apoyados en el feminismo más radical esgrimen la libertad de las mujeres y su derecho a decidir, con lo que podríamos abocar al esperpento de un censo femenino que votara sobre las afecciones de su género. El aborto es un doloroso tabú para la derecha y un coto privado de caza para la izquierda.

SÁNCHEZ Y CHACÓN NOS VENDEN FEDERALISMO

Mientras tanto, Pedro Sánchez publica una tribuna en El País en la que trata de vender el plan socialista de federalizar España y se ofrece a Rajoy para una reforma de la Constitución que, encima, incluya el matrimonio homosexual.

El Estado de las autonomías necesita una actualización de las previsiones constitucionales que incorpore una perspectiva federal, asigne claramente competencias, asegure una financiación previsible y suficiente, reforme profundamente la composición y las funciones del Senado, reconozca las singularidades de algunas comunidades, promueva la lealtad recíproca, y garantice iguales derechos a los ciudadanos.

En unas semanas, Mariano Rajoy habrá demostrado que el Estado no admite desafíos. Bien. Ahora debe demostrar que es capaz de trabajar por el futuro y no solo por su mantenimiento. El Partido Socialista está convencido de que no podemos esperar más, de que no podemos seguir quietos. Y en el diseño y la construcción de ese futuro estaremos, de nuevo, comprometidos. Y daremos pasos para facilitarlo y hacer posible un nuevo pacto, un nuevo acuerdo de convivencia. Y este sí será sometido a refrendo de todos los ciudadanos.

En La Vanguardia, Carmen Chacón también defiende el federalismo, y recurre al argumentario socialista de colocarse entre «los separatistas y los separadores».

Me cuento entre quienes sostienen que esa fatídica «espiral de silencio» en favor de la secesión está desatada en Cataluña. Del mismo modo que en otras zonas de España se alimentó durante años y se mantiene aún viva una espiral de silencio en favor de una visión monolítica y reductiva de España.

PODEMOS, ¿ARIETE DE PEDRO ARRIOLA CONTRA EL PSOE?

¡Qué mala impresión me causan los saltos que Raúl del Pozo está dando alrededor de los jovencitos de Podemos! En su columna de El Mundo cuenta la asamblea del partido-movimiento en el barrio de Salamanca de Madrid. No sólo los compara con El Cordobés y los Beatles (ay, Raúl, que se te nota la edad en tus recuerdos), sino que da por derrotado al socialista Antonio Carmona.

He ahí Podemos. Es una moda irresistible. El prodigio me recuerda a la aparición de El Cordobés o de Los Beatles, por no hablar de los maoístas o los hippies. Cuando una tendencia se hincha forma una burbuja, y es muy difícil agujerarla porque la manada siempre está esperando nueva fashion, nuevos ídolos. Los de Podemos carecen de dinero -no quieren pactar con IU, que tiene infraestructura como la del Vaticano hasta en la última aldea-, apenas forman un partido virtual, y según encuestas que se tapan, son ya la segunda fuerza en intención directa de voto, en Madrid, por detrás del PP. ¡Ay Carmona!, ¡ay Carmona!, ¿acabarás siendo el Ramón Tamames del joven profesor?

El contenedor para todas las frustraciones y bilis de la recesión, el banderín platónico que ven como el resplandor de la verdad, reunió el sábado a sus seguidores en el parque Eva Perón, sin lograr el número de fans que suelen congregar Ricky Martin o Shakira. Pero se pasearon a cuerpo gentil por el barrio Armani, el del arte de gastar, el de las tiendas de lujo, la milla de oro, para escuchar a Errejón, Carmen San José, Jesús Montero, María Luisa Sánchez y Aurora Auñón. Convirtieron el mitin en una romería pacífica y festiva, de buen rollo. No creo que hayan elegido el parque de Evita -a la que la casta argentina definía como prostituta- para hacer un guiño peronista. No van de eso. Van de rojos.

Nacho Cardero (ElConfidencial.com) abunda en la idea de muchos columnistas de que Podemos es una maniobra del PP para dividir a la izquierda, en concreto de Pedro Arriola, de quien cuenta que cobra un millón de euros del PP…. o sea, de los ciudadanos, que pagamos los impuestos de los que salen las subvenciones a los partidos.

El hombre que bosqueja las estrategias del PP es Pedro Arriola (Sevilla, 1948), un tipo que cobra de Génova más que McKinsey por sus informes de Telefónica. Entre estudios y consejos al oído, cerca del millón de euros al año.

Una de las ideas que subyace en la ‘doctrina Arriola’ es la de dar alas a los Iglesias y Monedero a sabiendas de que la mejor forma de obtener réditos en las próximas elecciones pasa por atomizar el centro izquierda y promover el enfrentamiento entre las distintas formaciones. La campaña a Podemos se la está haciendo el PP. También los medios de comunicación y un Pedro Sánchez que con su menosprecio a los neocomunistas les da la notoriedad que ellos pretenden.

Pablo Iglesias le mendiga entrevistas a La Razón de la misma forma que Monedero se deja ver con las plumas más notables de El Mundo en El Qüenco de Pepa, conocido restaurante de la capital frecuentado por los gerifaltes del parné, conscientes de que las invectivas que se publican en los periódicos del centro-derecha, luego se transmutan en papeletas en las urnas. Cuanto más se escriba, cuantas más críticas, más votos.

Podemos es también el tema de la tribuna de Esperanza Aguirre (ABC), que va en la línea de lo afirmado por Cardero: los ataques les dan votos.

La responsabilidad de esta tarea regenerativa no incumbe solo a los políticos de la izquierda, que parece que, hoy por hoy, son los más amenazados por el movimiento de Podemos. Nos incumbe a todos. Porque, que no se engañe nadie, Podemos y sus propuestas pretenden dinamitar el régimen de libertades que nos hemos dado. Y sería imperdonable que este movimiento siguiera creciendo por nuestros errores y nuestra falta de sentido de la responsabilidad.

¡Cualquiera diría que Aguirre no ha sido ministra!

EN LA VANGUARDIA REPARTEN CARNÉS DE DEMÓCRATA

Muchos opinadores han puesto el referéndum escocés como ejemplo de buen hacer. Federico Jiménez Losantos (El Mundo) dice que no es así.

El referéndum, neveréndum o everéndum de Escocia se está presentando como un ejercicio democrático, y, si se observa bien, se ve hasta qué punto ha sido la operación de mayor descrédito que ha sufrido en la UE el sistema democrático y, de rebote, el liberal al que sirve. Porque la democracia, el medio, está para servir a las libertades, el fin, no al revés. Y en Escocia y el Reino Unido nadie sabe qué ha votado ni por qué no ha podido votar. Que menos de 400.000 escoceses hayan decidido el destino de un Estado de 67 millones de habitantes es una tomadura de pelo a la mayoría. En cuanto a las libertades, nadie en Escocia sabía qué libertades tenía garantizadas, ni qué Estado -monarquía o república-, moneda, ejército y fronteras (las Shetland preparaban su secesión) o si votaba una cesión de competencias improvisada ¡que no estaba en la papeleta de voto!

En Cataluña, donde los no separatistas padecen afrentosa tiranía, la burla a la democracia sería peor; pero votar a ciegas en Escocia o atado en Cataluña la suerte de todo el Reino Unido o de España es, en nombre de una democracia desacreditada, herir de muerte la causa de la libertad.

La Vanguardia, que tantos editoriales y columnas publicó defendiendo todas y cada una de las decisiones del general Franco, ahora trata de convertir el rechazo de los escoceses a la secesión en una acusación a Rajoy. Tras Enric Juliana este fin de semana, hoy le toca a Francesc-Marc Álvaro, que niega a los contrarios al referéndum de Mas a comentar el celebrado en Escocia.

Si yo me sintiera español, no estaría nada orgulloso del personaje que vive en la Moncloa. Dicho esto, es fascinante comprobar como la clara y respetable victoria del no en el admirable referéndum escocés es adoptada con entusiasmo por los que, en Cataluña y Madrid, se niegan a permitir que los catalanes voten si quieren seguir o no formando parte del Reino de España. Si estás en contra de consultar a la gente, no puedes hablar sobre lo que la gente elige.

Los unionistas de aquí todavía no han entendido que antes de todo hay que ser demócrata, por eso ahora ya hay más de un opinador del inmovilismo que repite que los referéndums son «un mal método» o «formas rudimentarias», un camino peligroso que, si no frenan a tiempo, les hará redescubrir las bondades de la «democracia orgánica». Todo el mundo sabe que arrimados a la literalidad de las leyes no se hace política.

Álvaro, ocupado en inflamar las pasiones de sus lectores, no se da cuenta de que la postura de Madrit empieza a desplazarse, y para ello basta leer a los columnistas de los periódicos de la capital.

Ignacio Camacho (ABC) ya ha comprado un argumento querido al PSOE: la desconfianza a lo catalán por parte de la derecha española.

El conflicto ha crecido demasiado por culpa de demasiados errores, que van desde el demencial proceso estatutario zapaterista hasta la deriva rupturista del antiguo nacionalismo moderado pasando por la ambigüedad de la izquierda, el desentendimiento de la sociedad civil constitucionalista y una cierta fobia anticatalana de parte de la derecha española. Ese cóctel ha configurado un panorama irrespirable y divisionista en el que es preciso restablecer un orden de jerarquías: primero la ley, luego la ley y a continuación la ley, que es la expresión de la voluntad colectiva. Y después, sólo después, el diálogo si hay voluntad mutua de pacto. El camino escocés no sirve en nuestras circunstancias. Tenemos que buscar el propio y si no aparece, abrirlo. Pero sin chantajes ni órdagos unilaterales. Y juntos. Together.

José Oneto (Republica.com) pide «algún tipo de salida» a Mas y a Rajoy.

A la vista de esta frenética actividad de los responsables políticos y de las autoridades e instituciones judiciales, puede dar la falsa impresión de que todo será atado y bien atado, cuando el realismo político y ese sentido común que tanto invoca el Presidente del Gobierno, debería haberse impuesto con algún tipo de salida que no fuese ese choque de trenes que comienza a vislumbrarse en el horizonte con un Artur Mas, desbordado por la corrupción de su partido y de su padre político Jordi Pujol, conduciendo una máquina que ha cogido una velocidad realmente peligrosa y un freno descontrolado y, un Rajoy al frente de algo más que una máquina, de todo un país, que no puede entender que se haya dejado todo para última hora, arrastrado por la iniciativa del contrario, y sin explicar al ciudadano cual es su plan desde hace meses para despejar cualquier duda, aunque sepa de antemano y cuente con ello que, tal como se desarrollen los acontecimientos, tendrá el apoyo mayoritario del país.


LA RAZÓN PUBLICA UNA COLUMNA VIEJA DE 1976

Si Raúl del Pozo está empeñado en convertirse en biógrafo de Pablo Iglesias o director de comunicación de Podemos, Pablo Sebastián (Republica.com) sigue con su perra: que Rajoy haga crisis de Gobierno.

Solo un presidente fuerte y decidido es capaz de hacer la crisis que su Gobierno necesita sin escudarse en la inclemencia de los agentes externos, a sabiendas que la tormenta no amainará y que hace falta sabia nueva y más política en un Gabinete donde hasta el momento primaban conceptos de confianza y amistad que se han revelado fallidos e insuficientes para abordar el difícil tiempo español. Y cuando antes se hagan los cambios mejor que mejor.

Los españoles merecen y necesitan el cambio y un equipo de prestigio y eficacia a la altura de las circunstancias. Y también lo necesita el PP donde crece el desasosiego ante el proverbial inmovilismo de Rajoy, máxime tras los escándalos de Bárcenas y Gürtel que siguen dando vueltas por los tribunales y colocan a este partido en la lista inagotable de la corrupción del país.

Me parece que el día menos pensado, Juan Manuel de Prada aparece en Rusia como Gerard Depardieu. Su columna en ABC es el elogio más desmesurado que he leído al alma rusa desde los cantos de los comunistas europeos a sus amos de Moscú. Al alabar el sacrificio de los rusos frente a Napoleón, De Prada se olvida del hecho por los españoles.

En Guerra ypaz, Tolstoi observa que la riqueza y el poder y todo cuanto los hombres se afanan por conseguir sólo tienen para el ruso el valor de poder desprenderse de ello. Y no hay sino que recordar, para entender este desasimiento de las cosas materiales que caracteriza al alma rusa, el recibimiento que los moscovitas dispensaron a Napoleón, entregando a las llamas su ciudad santa, desencadenando sobre sí y sobre su enemigo todos los horrores imaginables. Entonces Napoleón exclamó: «¡Estos hombres son escitas!». Y muchos años después, en su retiro de Santa Helena, todavía espeluznado por la capacidad infinita de sufrimiento de aquel pueblo que acabaría infligiéndole una derrota aniquiladora, profetizaría que Rusia llegaría a dominar el mundo.

Algunos piensan que esa profecía se hizo realidad proterva con Stalin; otros anhelamos que se haga realidad luminosa en la Tercera Roma que avistó Filoteo y que Solovief definió como una «tercera fuerza» superadora de las dos fuerzas sombrías que la han precedido: la unidad sin libertad del Islam y la libertad sin unidad de la Europa neopagana.

¿Le contestará Hermann Tertsch?

La columna ridícula del día la escribe en La Razón Jesús Fonseca, todo un cortesano.

Sí, los Reyes apetecen ser útiles, quieren. Los dos, porque este reinado está muy claro que es cosa de dos. (…) Están los dos cargados de entusiasmo. Se sienten honrados de poder contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la felicidad de los españoles. El Rey va a Nueva York en busca de apoyos claros. Un viaje tan necesario para la nueva jefatura del Estado, como valioso para España. (…) «Decidme lo que pensáis», es la frase que más se escucha estos días en Zarzuela. El Rey es, por suerte, bastante resistente al halago y al miedo. Más que para fortalecer cualquier imagen en tiempos de zozobra -aunque, ¿cuáles no lo han sido?- este viaje a Nueva York va a mostrar al mundo que los españoles tenemos un joven Rey estadista, serio, responsable. Nuestra mejor apuesta, ciertamente.

El periodista de La Razón podía haber escrito lo mismo cuando el padre de Felipe VI viajó a Estados Unidos en 1976.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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