LA CLAVE DEL DÍA

El Mundo reprocha al PSOE que abriese las cajas de ahorro a los políticos

El periódico muestra su satisfacción de que la crisis económica haya eliminado a estas entidades, que competían con los bancos privados

Una auditoría interna realizada por Bankia sostiene que 86 antiguos consejeros, directivos y cargos de Caja Madrid cargaron a la entidad financiera mediante tarjetas de crédito gastos personales que nada tenían que ver con el desarrollo de su trabajo: más de 15 millones de euros entre 2003 y 2012 en viajes, hoteles, restaurantes, compras y, para no complicarse la vida, retiradas de efectivo 

La fiscalía ha empezado a investigar estas conductas, ocurridas bajo los mandatos de Miguel Blesa y Rodrigo Rato, debido a las posibilidades de que se trate de un delito societario. 

Sólo dos periódicos de Madrid se ocupan este 2 de octubre de 2014 de este escándalo: El Mundo y ABC. Ambos arremeten contra la corrupción en las cajas de ahorros, que en su período de mayor potencia llegaron a abarcar casi la mitad del sistema financiero español, en competencia con los bancos privados. 

El Mundo recuerda en su editorial la responsabilidad del PSOE en este latrocinio al haber aprobado en 1985 una ley que permitió la irrupción de los partidos políticos, los sindicatos y otros agentes sociales en las asambleas y la dirección de estas entidades. El actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fue miembro de la asamblea de Caja Madrid.

El periódico se alegra incluso de la desaparición de las cajas de ahorros debido a la crisis.

Una de las consecuencias más positivas que ha tenido la crisis financiera en España, si se puede hablar así, es la desaparición de las cajas de ahorros. Porque las dificultades por las que pasó el sector financiero tras la explosión de la burbuja inmobiliaria pusieron al descubierto un modelo de gestión propenso al derroche, fruto de una estructura de propiedad en la que nadie se hacía responsable del control del dinero. 

En 1985, una ley socialista permitió la entrada de políticos y sindicatos en los consejos y en las asambleas de las cajas. Fue el principio del fin de unas entidades por lo general bien gestionadas, que cumplían un importante papel en la financiación de la economía real en sus zonas de influencia. En las crisis de los 70 y los 80 no quebró ninguna caja en España y sí decenas de bancos.

Lo pernicioso del modelo se muestra también porque entre esas personas se encuentran políticos del PP, del PSOE y de IU, sindicalistas de CCOO y de UGT y representantes empresariales, además de los directivos, empezando por Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Es decir, todo el sistema político y sindical participaba del fraude, por lo que se hacía casi imposible que alguien lo denunciara. En el caso de Bankia fue UPyD quien lo llevó a los tribunales.

 

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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