OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Ruiz Quintano aclara que el verdadero cielo de Podemos es asaltar las nóminas del Estado

Pablo Sebastián avisa de la "venganza" de Rodrigo Rato y los demás titulares de las tarjetas de privilegio de Caja Madrid

Ignacio Camacho resume el pacto del Estado con ETA: "paz por instituciones"

La asamblea o el congresillo de Podemos (¡qué poco partido le han sacado los periódicos y las televesiones llamadas de derechas a las sillas vacías de Vista Alegre, unos dos tercios del aforo total!) sigue dando que hablar y que escribir a los columnistas.

Edurne Uriarte (ABC) aplica su ciencia política y su ironía a Pablo Iglesias, que ya ha caído en la enfermedad de la adoración al líder, esa desviación pequeño-burguesa, para la que sólo existe un tratamiento: la viagra.

El que iba a revolucionar la democracia representativa con la democracia participativa y que ha recurrido a todas las tretas y argumentos clásicos para establecer una organización jerárquica bajo el poder absoluto del líder carismático que es él.

Tal como era esperable en un movimiento populista, la adoración al líder ha llegado a extremos ridículos, y la concepción que el líder tiene de sí mismo, también. «No soy un macho alfa» , ha dicho Iglesias para sostener su pretensión de poder absoluto sobre el partido, en clara demostración de que, por supuesto, se siente como tal.

Embriagado como está con tanta adoración, se siente superhombre también en lo físico, a pesar de ese aspecto enclenque e insignificante más bien cercano a Woody Allen que a Clive Owen. Pero convencido de su poder de atracción sobre el otro sexo, lo que explica que hace no mucho tiempo recomendara viagra a un ministro, y que su pareja, la diputada de IU, Tania Sánchez, hiciera la misma recomendación hace unos días a un periodista. Cómica fijación sexual de una pareja de comunistas que parecen más enfocados en la revolución del viagra que en la marxista.

RUIZ QUINTANO: EL CIELO PARA PODEMOS ES LA NÓMINA DEL ESTADO

Dos columnistas de derechas, que no se refugian en el centrismo ni provienen de la izquierda, después de haber chupado de ella durante décadas, nos quitan el miedo a Podemos.

José María Marco (La Razón) asegura que la moderación programática de Podemos es para arrebatar electorado al PSOE.

El ligero matiz de moderación que se percibe en los planteamientos estratégicos, organizativos y programáticos parece deducirse de un cálculo realista acerca de su posible electorado. Este no es el del conjunto de los descontentos y los indignados, sino a la franja de izquierdas de este gran sector de la población española. Es posible que esto cambie, pero por el momento Podemos no se está centrando, muy relativamente, para desbordar al sistema. Se centra para competir con el PSOE. Y si el grupo deja atrás los resabios asamblearios -que siempre acaban igual, con la decisión de no asistir a clase-, Pablo Iglesias, que fundó el PSOE, tal vez haya renacido como su ángel exterminador. Las religiones políticas son así.

E Ignacio Ruiz Quintano (ABC) nos desvela el verdadero significado del «cielo» que Pablo Iglesias propone asaltar a las masas: las nóminas del Estado. Que unos funcionarios puedan convertirse en caudillos de los trabajadores se debe a que en España ya hay más funcionarios que obreros.

El gañafón de los Pablemos a la prensa es muy propio del encaste ideológico de este personal, tan ajeno al mundo del trabajo que todas sus posibilidades de éxito pasan por el hecho de que los trabajadores en España son hoy una minoría democráticamente insignificante.

Pablemos se presenta como un grupo de doctores en Ciencias Políticas (¿quéee?) salidos de la Complutense (¡aaah, bueno!) que tienen un plan de asalto al Estado (el cielo de toda la vida, para los españoles) con dos puntos fuertes: hacer «simpas» con la deuda, como el pequeño Nicolás, y, en el colmo de la posmodernidad, atender culturalmente al movimiento «okupa», cosa que ya hacía la Casa Encendida de la Caja de Carmen Cafranga y Pablo Abejas.

Y cierra su divertida columna con una bofetada a los tópicos progres: es peor el Wyoming que Torquemada.

Pero la libertad de pensamiento siempre es la leña de la hoguera del inquisidor, aunque, comparada con la actual inquisición progresista, la antigua inquisición reaccionaria, la de Torquemada, era plácida como una tarde de agosto fumando yerba en Woodstock.

Sin embargo, las risas no deben ocultar que el discurso político en España es de izquierdas. Hermann Tertsch (ABC) culpa de esta anormalidad española a Pedro Arriola, el asesor de lujo de Aznar y de Rajoy.

Pedro Arriola, asesor eterno del PP, se ha hecho multimillonario gracias a la única consigna fruto de su sabiduría que dicta que lo pertinente en España en política es no hacer nada. Nada, salvo pagarle a él, claro. Se le hace caso desde hace décadas. Pero más que nunca en esta legislatura. Así, el Gobierno ha huido de la política que es siempre un lío. Y ha apostado por concentrarse en hacer algunos de los deberes económicos dictados por Bruselas y el sentido común.

Eso sí, gracias a los consejos de Arriola no hay conflictos ideológicos en España. Porque todo el discurso político está en la izquierda, cuando no en la extrema izquierda. Y un diario apreciado por Moncloa anuncia que los comunistas de Podemos luchan «por hacerse con el centro». Fíjense dónde esta el centro ya en España. Exactamente donde en la mayoría de las sociedades democráticas europeas empieza la marginalidad, cuando no la ilegalidad: en la extrema izquierda rotunda en su voluntad totalitaria y ambigua -en el mejor de los casos- en su relación con la violencia y el crimen político.

la crisis institucional del sistema democrático (…) provocará la irrupción en el poder de fuerzas totalitarias de extrema izquierda. Arriola cuenta con que estas fuerzas fraccionen y desacrediten a la izquierda tanto como para darle al PP la victoria gracias a un electorado asustado. Cree que el español votará PP olvidando todo lo sucedido.

Por último, Tertsch avisa de que se ha puesto en marcha la máquina del odio.

El odio y el rencor artificialmente nutridos en décadas de educación mentirosa son el motor de la sedición nacionalista catalana. Pero en toda España es la venganza la que ha licuado el electorado.

La épica de la venganza que nutrió a comunismo y fascismo despierta de nuevo movida por la ira a causa de la corrupción e indolencia, del pensamiento débil e ineptitud. Podemos está volcado en esa movilización que ofrece satisfacción a los millones de agraviados reales o imaginarios. Y la satisfacción no es una solución ni una mejoría ni una reforma. La satisfacción es la venganza. Sin cortapisas de leyes y escrúpulos.

AGUILAR DEFIENDE LA INTIMIDAD DE LOS ‘TAR-JETAS

¿Quieren banca pública Podemos e Izquierda Unida? Pues las cajas de ahorros lo eran y en menuda cueva de Alí-Babá se convirtieron. Lo recuerda Pablo Sebastián (Republica.com), que advierte de que los titulares de las tarjetas negras de Caja Madrid pueden estar rumiando su venganza.

Bastaría con que, en el caso de Caja Madrid (y todas las Cajas rescatadas, valencianas, gallegas, manchega y catalana) salieran a flote la lista completa y escandalosa de los llamados ‘créditos blandos’, como los que, al parecer, Blesa y su equipo concedían a sus amigos, los partidos, dirigentes políticos y entorno familiar y a destacados periodistas y medios de comunicación. Créditos a unos tipos de interés muy bajos y, en muchos casos, pasados a fallidos para quedar reducidos a una ‘donación’ a fondo perdido.

Esto es al menos lo que empieza a circular por Madrid, como la que sería segunda y definitiva parte del gran escandalo de Caja Madrid -cuyo rescate ha costado 23.000 millones de euros a los españoles- que este Gobierno de Rajoy presume haber desvelado a través del Frob.

Cuidado con la posible venganza de los expulsados, castigados y ‘pasados a cuchillo’ en las televisiones y los medios de comunicación porque a buen seguro que más de uno querrá llevarse a la tumba política a su propio partido. Y entonces lo del principio del fin del bipartidismo empezaría a ser una realidad al alcance de la mano.

Antonio Casado (ElConfidencial.com) asegura que el miedo a Podemos es responsable de que el PP y el PSOE vayan ahora a por sus corruptos.

Lo que quiero poner de manifiesto es la diferencia de trato, a escala de partido, respecto a Luis Bárcenas, Francisco Camps, Jaume Matas, Carlos Fabra, etc., que, al menos en los primeros lances de sus respectivas colisiones con la ley y la ética, siempre contaron con la comprensión, y a veces el arropamiento del partido.

En fin, no hay mal que por bien no venga, aunque hayan tenido que venir los de Podemos, como catalizadores electorales de la mala conciencia de la «casta», para que el PSOE y el PP se pongan las pilas contra los sinvergüenzas surgidos en sus propios caldos de cultivo. Al PSOE también le ha faltado tiempo para echar a los beneficiarios de las tarjetas que no entregaron voluntariamente el carnet de afiliados. Y el PP va camino de hacer lo mismo, también mirando de reojo a Podemos, pero «antes vamos a escucharles», dijo ayer Dolores de Cospedal.

Miguel Ángel Aguilar escribe hoy dos columnas, una en El País y otra en La Vanguardia. Esta última tiene un pase, pero la primera podía habérsela ahorrado, porque es un esperpento. Escribe sobre las tarjetas de Caja Madrid y empieza bien, desmontando la versión del PP que ha sido el Gobierno el que ha desvelado el escándalo, pero luego patina cuando dice que no hay que saber en qué se gastaban el dinero los agraciados por las tarjetas.

En todo caso, como venimos advirtiendo, la cuestión reside en la tarjeta en sí más que en el uso que de ella se haya hecho. Y, desde luego, es difícil pensar que la lista de gastos personales de nadie resista su presentación pública. Porque aquí la censura debería detenerse en que, siendo los gastos de índole personal y privada, se cargaran a la cuenta de una institución de carácter público. Cada uno debe ser libre de seguir a su manera la senda del Diccionario razonado de vicios, pecados y enfermedades morales del profesor Jorge Vigil Rubio, pero pagándolos por cuenta propia.

Bueno, pues que se lo diga a Antonio Caño, que publicó la lista en El País.

Y en el último párrafo Aguilar carga ¡contra Franco!

Así que, frente al oficio de tinieblas, se impone recuperar el espíritu de la Ilustración, al que dedicó un esclarecedor ensayo Tzvetan Todorov editado ahora por Galaxia Gutenberg. Buena ocasión para reparar en que es en Europa donde se acelera y se formula la gran síntesis de pensamiento ilustrado que se extiende después por todos los continentes. Abandonar ese espíritu sería oscurecer Europa. Bien lo sabía Franco cuando el 20 de mayo de 1939, en alocución a los jefes y oficiales participantes en el Desfile de la Victoria, les impuso la tarea de «desterrar hasta los últimos vestigios del fatal espíritu de la Enciclopedia». Veremos.

Como el veterano periodista ha perdido a Pedrojota Ramírez como blanco de sus invectivas necesita otro, y escoge uno muy vivo y muy original.

ANSON EXPLICA A JUNQUERAS QUE CON UN REY SE VIVE MEJOR

Salvador Sostres (El Mundo) nos desvela el plan de Artur Mas y Convergència: aguantar como sea los próximos meses hasta que el PP pierda la mayoría absoluta y entonces arrancar un pacto al PP o al PSOE.

El president confía también en que el PP pierda la mayoría absoluta y en que una mayoría de izquierdas liderada por el PSOE llegue al Gobierno. Pedro Sánchez ha prometido a Mas y a su entorno que, en tal caso, se tomará en serio la negociación para hallar un encaje de Cataluña en España, y que su oferta será generosa y consistente, en contra de lo expresado la semana pasada por la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.

Pero los convergentes calculan que, de todos modos, si el PP permanece en el Gobierno, «tendrá que moverse. Mantener la tensión actual afecta a la economía. A la catalana y a la del conjunto de España. Los del Ibex 35 le dicen a Rajoy que esto no puede continuar así. Los mercados internacionales empiezan a preguntar», reflexiona uno de los principales colaboradores de Artur Mas.

M. Dolores García (La Vanguardia) expone la paradoja de Mas: un miembro conspicuo del establishment que de pronto se conveirte en antisistema.

Tenemos, pues, a un gobernante que ejerce de líder revolucionario. Para ello ha tenido la gran habilidad de presentarse como actor ajeno a un sistema que supura podredumbre. Si el Estado de derecho era el paraguas protector de la sociedad, los ciudadanos ya no lo ven útil y se rebelan ante su funcionamiento defectuoso y su baja calidad democrática, mermada por abusos descarados y rampantes corrupciones. Mas atribuye a ese Estado todos los males y se sitúa así al margen de un sistema viciado. Aunque ha formado parte de él, le guste o no, durante toda su carrera política, el president proclama ahora la muerte de un Estado… para alumbrar uno propio.

García no añade nada sobre las consecuencias de esta paradoja, que están desinflando a CiU, no sea que Pilar Rahola le dé un repaso en su columna de unas páginas más atrás.

Inasequible al desaliento, el cortesano Luis María Anson (El Mundo) ha encontrado otro argumento a favor de la Monarquía: la violencia que usó la II República contra los nacionalistas catalanes en octubre de 1934, cuando Companys dio su golpe de Estado (unas decenas de muertos). La Monarquía de Felipe VI, expone al republicano Junqueras, será pacífica y bondadosa.

De lo que se trata ahora es de evitar la violencia que empleó la II República, sustituyéndola por la negociación entre Mariano Rajoy y Arturo Mas con el fin de arbitrar una fórmula que, dentro de la ley y desde la ley, permita solucionar la situación creada por los despropósitos del presidente de la Generalidad. Santiago Muñoz Machado, en su espléndido libro Cataluña y las demás Españas, señala una tercera vía superadora de la agria situación actual. Sería lamentable que el cerrilismo de unos y la lenidad de otros impidiera solucionar las cosas por la vía del diálogo y la negociación.

Anson acaba su columna defendiendo la concesión del título de Español del Año por el ABC que él dirigía a Pujol.

Arturo Mas, el político cascaruleta, al que rechinan los dientes por tanto fracaso, es ya un cadáver político que se descompone entre incesan-tes rumores. Pero mientras siga al frente de la Generalidad se deberá negociar con él, flanqueándole con la sensatez de Duran Lleida, el hombre clave para devolver a sus cauces la política seria del centro moderado de Cataluña, la de José Tarradellas y el primer Jordi Pujol.

El catedrático Francesc Granell (La Vanguardia) explica que la elección de España para un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidases una mala noticia para los separatistas catañanes.

Con la victoria de la candidatura española al Consejo de Seguridad, el Gobierno español pasa a tener más fuerza diplomática en este órgano ante la llegada de una hipotética candidatura catalana a las Naciones Unidas tras la declaración unilateral de independencia proyectada por los independentistas catalanes.

Si el reconocimiento internacional de Cataluña como Estado ya estaba a un bajísimo nivel de probabilidad hasta ahora, puesto que los líderes de la mayoría de los grandes países se han manifestado en contra de una eventual secesión catalana, el hecho de que España entre en el Consejo de Seguridad hace todavía más problemático el proceso.

EL PAÍS DE LA REBELIÓN CONTRA ETA AHORA LLORA POR UN PERRO

Con motivo del tercer aniversario del alto el fuego de ETA, Ignacio Camacho (ABC) descubre el precio de la paz: entrega de las instituciones al brazo político de ETA, libertad a los terroristas y abandono a las víctimas.

Policial y penalmente derrotada, la banda ha logrado sobrevivir en política. Ése fue el acuerdo: la legalización a cambio del cese de la violencia. Justo lo contrario de lo que establecía el pacto antiterrorista que sostuvo la resistencia democrática en los años de plomo. El carro delante de los bueyes. Un quid pro quo. Paz por instituciones. Y un goteo de alivio carcelario administrado en dosis silenciosas para evitar escándalos.

La sociedad española ha dado en general por bueno ese pacto que nadie reconocerá. De vez en cuando aletea la rabia en algún episodio irritante como el de Bolinaga; nada que no pueda digerir una nación con otras graves tribulaciones. Un balance agridulce, conformista al fin y al cabo; ya no somos el enérgico país de las vigilias de manos blancas sino uno que enciende velitas por el perro Excalibur.

Y las víctimas son vestales insomnes que lloran desconsuelo por las esquinas. Cada vez más solas con su fastidio enojoso y el coñazo de las cuentas pendientes; tan respetadas en su dolor como esquivadas en su afligida insistencia. Se han convertido para la mayoría en esas viudas pesadas que viven a cuestas con su pena mora.

Me da la impresión de que Raúl del Pozo (El Mundo) se ha hecho vegetariano, porque lleva unos días escribiendo sobre los políticos (de izquierdas) como Julián Cortés Cavanillas escribía sobre los reyes.

Pedro ha recordado lo que recomendaban los socialistas de las catacumbas: hay que elegir a los mejores y vigilarlos como si fueran ladrones. Ha dado un puñetazo en la mesa con el Código Ético y está echando del partido a los corruptos menores. Tiene poco tiempo, lleva mucha prisa. Si le pegan un revolcón, le darían puerta para poner a la Sultana.

Es un buen tipo, las circunstancias juegan a su favor. No ha llegado con la flor en el culo -la de Muñoz, el seleccionador, o la de Bambi-, pero tiene ganas de pelear.

JAIME PEÑAFIEL MENOSPRECIA A LA NIETA DE ADOLFO SUÁREZ

La columna firmada por Jaime Peñafiel (Republica.com) es, a la vez, hipócrita y cínica.

Primero, arremete contra la discriminación a la mujer en el acceso a la Corona de España y sale en defensa de los derechos de la infanta Elena y alaba que las hijas de los duques y los marqueses, si son mayores que sus hermanos varones, puedan heredar los títulos nobiliarios. Y a continuación, Peñafiel afirma que habría que haber hecho una excepción a ese principio tan democrático (la hija del marqués ya puede ser marquesa), para beneficiar a Adolfo Suárez Illana.

Alejandra Romero que, hija de la primogénita de Adolfo Suárez, la malograda Mariam, le ha arrebatado el ducado a su tío Adolfo.

Este se lo merecía. Por llamarse Adolfo. Por apellidarse Suárez y por haber mantenido encendida, con su ejemplar comportamiento, la llama del recuerdo de su padre.

Aunque su padre ya no sabía quién era, su hijo procuraba que los españoles si lo supieran. Por todo esto y por mucho más, se merecía llevar el título que el rey Juan Carlos le otorgó. Pero la niña se lo ha arrebatado. Con todas las de la ley pero sin ápice de respeto a la memoria de su abuelo. Estoy seguro que Mariam hubiera renunciado al título en beneficio de su hermano, por aquello de mantener vivo el recuerdo de su padre. Ítem más, el Presidente siempre pensó en él, solo en él como heredero natural del ducado.

¿Alejandra Romero duquesa de Suárez? ¿Pero quién es?, se pregunta el personal.

Me consta que Adolfo Suárez Illana solicitó al Rey hiciera prevalecer, en esta ocasión y con carácter de excepción, el derecho a llevar el título. Zarzuela dio la callada por respuesta a esta petición, aunque al hijo de Suárez le asistiera la razón… histórica.

¿Qué te ha hecho Alejandra Romero, Jaime?, ¿no ha respondido a tus llamadas? ¿O qué te ha hecho Suárez Illana?, ¿te ha llevado de cacería a alguna de sus fincas?

Y la columna ridícula se la gana Rosa Montero (El País). En una muestra de la decadencia del pensamiento izquierdista, la escritora pasa de culpar de los males del mundo a los carcas a culpar a los hombres. Ya no son los progresistas los buenos, sino las mujeres.

Quiero decir que aquí no dimite nadie porque nadie les obliga a dimitir. Tomemos un caso cercano y evidente: la calamitosa gestión del consejero Rodríguez con la crisis del ébola. En realidad deberían irse todos, empezando por Mato; pero en pro de la eficacia didáctica del ejemplo me limitaré a hablar de Rodríguez, cuyo comportamiento ha sido tan repetidamente catastrófico, indignante e insultante que estoy segura de que hasta los votantes del PP piensan que deberían haberlo echado. Pero ahí sigue. Y aquí es cuando me pierdo, me alucino, me pasmo. ¿Pero por qué diantres no lo cesan? ¿Es pura chulería de pandilleros de barrio? ¿Acaso piensan los políticos que si admiten un error son menos machos?

¿Ya no te acuerdas, Rosa, de Ana Mato, o de Magdalena Álvarez, o de Marta Ferrusola, o de la alcaldesa de Alicante? Estas mujeres, ¿qué son?, ¿hembras alfa?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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