Pedrojota está quejoso, ¿qué tendrá Pedrojota? ¿Tal vez la constatación de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor? ¿De que ya no se puede la novia en la boca, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro?
Es curioso. Según algunos, el exdirector de El Mundo anda como Júpiter tronante por el trato dispensado en la celebración del cuarto de siglo del diario creado por él en 1989. Y, además, porque el periódico ha dejado a un lado los «papeles de Bárcenas» pese a la imputación de Ángel Acebes.
Tal vez habría que recordarle al Ben Bradlee de Logroño que esa actitud a lo mejor -pero sólo a lo mejor, eh- quizás tenga que ver con algo que se llama pudor.
Y es que el asunto vuelve a poner el foco en aquellos años en que El Mundo y la planta noble de Génova -sin olvidar al Grupo Parlamentario Popular con Morenito de Cartagena, Javier Ortiz dixit, o sea, Eduardo Zaplana- eran carne y uña.
Con el escándalo de las tarjetas ‘black’ toca recordar aquellos tiempos tan felices en los que Pedrojota sacaba pecho por haber colocado a una de los suyos como jefa de gabinete del número dos del PP.
Cayetana Álvarez de Toledo, ya saben, salida directamente de las tertulias matinales de la COPE y del Área de Opinión de El Mundo y que acabó como diputada anegada en el Grupo Parlamentario Popular.
Y luego alguno se pregunta, entre no se qué menciones a Orwell (que les pregunten a Frechoso o a Cacho por el autor de «Rebelión en la granja»), por qué El Mundo pasa de puntillas sobre el asunto.