El País añade que, aunque no sólo el PP está manchado por la corrupción, el actual Gobierno es "débil"
Los principales periódicos aplauden este 27 de noviembre de 2014 el cese por Mariano Rajoy de Ana Mato como ministra por su implicación como «partícipe a título lucrativo» en la trama Gürtel, según el auto del juez Pablo Ruz. Todos ellos añaden que ya era hora y que Rajoy tenía que haber prescindido de ella mucho antes, debido a su incompetencia y a las sospechas judiciales sobre ella que se acaban de confirmar.
Sólo La Razón se exceptúa en esta opinión. El periódico que dirige Francisco Marhuenda considera que Ana Mato ha sido «buena ministra de Sanidad que tuvo que enfrentarse, con notable éxito» a los casos de ébola.
El País añade un llamativo adjetivo al Gobierno: «débil». Y además insinúa que pueden adelantarse las elecciones.
ABC
Ayer no cabía más interpretación política de esa resolución judicial que la salida fulminante de Ana Mato del Ejecutivo. Era la puntilla a su deficiente dirección política del contagio por ébola de Teresa Romero. Desde aquel momento, su presencia en el Gobierno, acuciada por un desgaste personal enorme y humanamente muy duro, se había convertido casi en accidental sin siquiera un apoyo explícito de sus compañeros de partido. Mariano Rajoy debió haber tenido todo esto presente meses atrás, cuando la adopción de medidas drásticas habría podido reconducir el problema político que nunca dejó de representar Ana Mato.
EL MUNDO
Está claro que el presidente del Ejecutivo ha forzado la salida de Mato, pues hasta horas antes del anuncio del cese, la ministra decía estar «tranquila» y aseguraba que no pensaba dimitir. Aunque Rajoy podría haberse ahorrado este mal trago si hubiera sustituido a Mato hace meses, como la lógica parecía recomendar. Pero ni siquiera la crisis del ébola fue, para el presidente, argumento de peso para proceder a su relevo. Al final, ha tenido que actuar a remolque de los acontecimientos.
Rajoy necesita convencer a los ciudadanos de que su apuesta por la regeneración es sincera. Para lograrlo, debería ser más contundente en la lucha contra la corrupción, porque hasta ahora se ha comportado de una manera huidiza ante los problemas de su partido. Y lo peor que podría sucederle en el futuro es que volviera a esperar a que fuera la Justicia la que le marcara los tiempos.
EL PAÍS
Desacreditada también por otros asuntos -como la gestión del primer contagio de ébola en España-, Ana Mato tuvo que dejar el cargo horas después de verse señalada por el juez Pablo Ruz como una de las personas que se lucraron de actividades de la trama Gürtel. Formalmente no está imputada, pero era insostenible su presencia en el banco azul, en un ambiente dominado por la sensación de crisis política que causa la acumulación de casos de corrupción.
El PP no es el único afectado por la corrupción, ni mucho menos, pero sí está fuertemente implicado. (…) Esto es solo un anticipo de los estragos que el proceso de la trama Gürtel puede causar a un Gobierno débil. Se hace difícil pensar que la legislatura en curso pueda continuar un año más.
LA VANGUARDIA
Podría haber dimitido hace tiempo por la deficiente gestión de la sanidad, especialmente a raíz de los errores iniciales en el tratamiento de los primeros casos de ébola, pero ha sido el caso Gürtel el detonante. Su dimisión, anunciada ayer tarde, supone un duro golpe para Mariano Rajoy y para el Partido Popular, ya muy debilitado en las encuestas a tan sólo un año de las elecciones generales, pese a que -al menos hasta ayer- seguiría siendo el partido más votado.
LA RAZÓN
Mato ha sido, pese a todas las críticas de la oposición -que han visto en ella, precisamente por su peripecia en el proceso de la trama Gürtel, un objetivo a batir-, una buena ministra de Sanidad que tuvo que enfrentarse, con notable éxito, a una grave emergencia sanitaria como el ébola. Ha tenido, además, el respaldo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en todo momento.
