OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Arcadi Espada: «Podemos gobernará en pocos lugares pero extenderá su contaminación a todos»

Ruiz Quintano: Igual que Sevilla enseñó a ZP economía en dos tardes, "alguien debe enseñar a Rivera filosofía política en dos gintonics"

Antonio Casado defiende a Pedro Sánchez y Zapatero le ataca con elogios a Susana Díaz

Este 24 de marzo recuerdo ese hecho histórico de que los bufones eran los únicos en las cortes que se atrevían a decirles a los reyes las verdades. Y lo hago porque me parece que los dos columnistas asociados al humor que quedan en la prensa de Madrid, Ignacio Ruiz Quintnao y Alfonso Ussía, son los únicos que ponen nombre y apellidos a los cortesanos corruptos, los generales cobardes y los nobles felones.

Como una de las reglas básicas del periodismo, la pirámide invertida, exige empezar las noticias por el final, me pongo a ello y me centro en lo que dicen los dos escritres que menciono en el párrafo anterior y dejo para más abajo las elipsis a que recurren los otros columnistas.

Alfonso Ussía (La Razón) señala a Pedro Arriola como el lastre del PP y a Rajoy, que le mantiene, como el gran responsable del desastre del PP. El creador del marqués de Sotoancho tenía un candidato mejor de Juanma Bonilla: Esperanza Oña, alcaldesa de Fuengirola, que «los tiene muy bien puestos». Ah, la derecha racial y telúrica, el argumento cojonudo.

Pero hay que volver al gran derrotado, el Partido Popular. Se mantiene, con gran ventaja, como segunda fuerza en Andalucía. Hasta el domingo, era la primera. Pudo elegir a Esperanza Oña como candidata, pero Esperanza Oña ha demostrado durante décadas en el Ayuntamiento de Fuengirola que los tiene muy buen puestos, y al legionario deslavazado ese detalle le asusta. Y se inventaron a Juanma, una gran persona, un nieto de jornalero nacido en Barcelona, un candidato simpático y sincero con muy escasa experiencia. El gran problema de Rajoy es similar al de Aznar. No conoce a las personas y deposita su confianza en las menos adecuadas. Y no conoce a las personas porque no tiene interés alguno en conocerlas. Confía desmesuradamente en el arúspice matrimoniado con Celia Villalobos, desdicha del Partido Popular. O puñetazo en la mesa o a poner el trasero en pompa.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) escribe la columna más interesante del día: Podemos y Ciudadanos son mecanismos del Sistema para evitar el mayor peligro, que es a abstención. Y aduce como pruebas que Rivera no quiere tocar la ley electoral y que ya ha montado un comité de pactos.

Pemán es Cádiz, donde, con el 42 por ciento de paro, ha ganado Podemos, el partido salido del sistema para activar la participación y apuntalar al sistema, cuyo único peligro es la abstención.

El sistema no es tonto. Mientras Rajoy masca el chicle del lúser en la banda, como Ancelotti, el sistema improvisa para el presente el chicharito verde de Susana Díaz, y para el futuro, el vaquero desenfadado de Albert Rivera, que ya ha dicho que se acabó «la prepotencia de la mayoría absoluta» (?).

Igual que Jordi Sevilla se ofreció para enseñar a Zapatero teoría económica en dos tardes, alguien debería ofrecerse para enseñar a Rivera filosofía política en dos gintonics, pero en seguida te das cuenta de que a Rivera la filosofía política le importa lo mismo que a Zapatero la teoría económica. Sólo vale el poder, y político que no sepa currarse su cuota de poder (Ciudadanos ya tiene su Comité de Pactos para el reparto de la cama redonda), a limpiar armarios con Pimentel.

¿Le parece una interpretación exagerada, querido lector? Pues le recomiendo que lea el único periódico que ha apoyado a todos los regímenes que ha habido en España desde 1900, es decir, La Vanguardia de la dinastía Godó.

Miquel Roca, establishment puro y duro (ponente de la Constitución, abogado defensor de la infanta Cristina, miembro de varios consejos de administración del Ibex…) sostiene en La Vanguardia que todo sigue casi igual.

Todo junto, como era de prever, tan interesante como se esperaba, pero más convencional de lo que se decía. Se ha producido un cambio, ciertamente; pero no traumático. Un cambio menor.

Y también David González:

El bipartidismo exhibe, como Nietzsche, una mala salud de hierro. Lo certifica la discreta irrupción de los emergentes, Podemos, que relega a IU a la testimonialidad, y Ciudadanos, quizás quien mejor rentabiliza el estado de cosas en términos de coste/beneficio. Los de Iglesias alcanzan la tercera plaza. Pero el PP, pese a todo, les dobla en representación. Y el PSOE, con su peor cosecha histórica en el feudo electoral por antonomasia, les triplica. Los manuales vuelven a darse de bruces con la realidad. La sonrisa trianera de Madre Susana ha podido más que Pablo el de Vallecas apretando los dientes. Una cosa es la revolución en red y la otra un mal paso en la red. Quien se mueve, se cae. Ya lo dijo Guerra. Y en el Sur, mientras unos gritan sí-se-puede, los demás bailan.

SALVADOR SOSTRES, ÚNICO COLUMNISTA QUE HOY LEERÁ RAJOY

Compare, querido lector, la claridad de Ruiz Quintano y Ussía con las elipsis y los sobrentendidos de Ramón Pérez-Maura (ABC) en ‘No es la economía, estúpido’:

El votante del Partido Popular quiere poder volver a sentirse identificado alguna vez con las políticas fiscales que hoy están en manos de un ministro socialdemócrata; no quiere ver con mando en plaza a mujeres que dicen que dentro del PP no cabe nadie que sea contrario al derecho al aborto; no quiere candidatos a presidir comunidades autónomas que se proclaman republicanos; quiere que su partido sea el portaestandarte de la defensa de la unidad de la nación española, algo en lo que en esta legislatura han brillado más otros partidos. Y así ha conseguido hacer notar su existencia una formación como Ciutadan’s, de cuya ideología casi sólo se sabe su anti nacionalismo. Economía, no. Ideología, por favor, presidente.

Querido Ramón, ¿tanto cuesta citar a Celia Villalobos y Cristina Cifuentes por sus nombres cuando lo que más molesta a los fantasmones es que se les señale con el dedo?

Ignacio Camacho (ABC) advierte de que un PP casi inexistente en Cataluña y menguante en Andalucía no podrá gobernar. Comienza con un elogio a Rajoy

Si algo sabe Rajoy es que el éxito hay que rumiarlo con dedicación, paciencia y tiempo. Que no se puede improvisar, y menos tras un fracaso.

Y luego el oráculo del desastre inminente.

Con esa facturación en Andalucía y la raquítica presencia en Cataluña no se pueden ganar unas generales. Si no rectifica, y tal vez incluso para eso sea tarde, avanza hacia un descalabro. Se le escapan los votos como una sangría en el costado.

Por primera vez desde Fraga, el centro-derecha español corre serio peligro de fracturarse como proyecto unitario. El presidente, un hombre de partido antes que nada, ha de ser el primero en saber lo amargo que sería que eso ocurriese bajo su mandato.

Cómo estarán las cosas en los despachos del Poder para que el director de La Vanguardia, Màrius Carol, abandone sus citas literarias y sus películas para recomendar a Mariano Rajoy que cambie de estrategia.

Por más que Rajoy insista en que el resultado de Andalucía no es extrapolable a toda España, no puede continuar con el tiqui-taca: hace falta jugar más vertical si quiere ganar el partido.

Me parece que en Moncloa le pondrán a Rajoy la columna de Salvador Sostres (El Mundo) para que la lea, ya que viste los consejos de Arriola con buenos modales y patriotismo.

En Andalucía se ha impuesto el orden y, aunque ha habido bajas, Roma ha repelido a los bárbaros. (…) El domingo en Andalucía se impuso la jerarquía, y la audacia, porque cuando más conservadora es una sociedad, más inteligente podemos decir que es. Fue una lección.

El PP no ha presentado batalla en Andalucía. Y aunque parezca una filigrana argumental, lo que más casa con el espíritu de Rajoy es que haya ganado Susana. Haberlo favorecido presentando a un tercera divsisión no es ningún disparate. Por el bien de ese extraño destino llamado España, PP y PSOE tendrán que entenderse en muchas cosas. Es natural que la primera cortesía la haya tenido la derecha, porque fuimos educados en ceder el paso a las damas.

José María Marco (La Razón) también se apunta a la consigna del «aquí no ha pasado nada». para él, Podemos ha fracasado y sólo es ya una versión joven, pop y coletuda de Julio Anguita.

El problema de los compañeros politólogos era que para ganar tenían que superar en demagogia al PSOE, y si no lo hacían, como no lo han sabido hacer, aparecerían como la versión (relativamente) juvenil, estudiantil y «comme il faut», de los Anguita y los Cayo Lara, versión ya rebajada de los -a su vez- ex estalinistas de años anteriores.

Podemos se enfrentaba a una tarea difícil. El PSOE andaluz estaba ya previamente podemizado, por así decirlo. Fuera de Andalucía, resultará complicado aplicar la receta andaluza, pero el PSOE, reforzado, lo intentará. Por ahora, los compañeros politólogos empiezan a integrarse y a reforzar el sistema. No son capaces ni de empezar a poner en peligro el PSOE. Tanta revolución populista para esto… Andará contento Maduro con sus señoritos bolivarianos.

ANTONIO CASADO, EMPEÑADO EN SALVAR A SÁNCHEZ

Algunos columnistas se olvidan de las sumas de diputados y de las encuestas y se preguntan cómo puede seguir gobernando Andalucía un partido que la convertido en la región con más paro y fracaso escolar de Europa occidental. Jorge Bustos (El Mundo) lo explica con el reparto de la paguita.

¿Qué tiene que pasar en Andalucía para que sus votantes castiguen la corrupción?, se admiran algunos. ¿Es que se les amputa a los andaluces cuando nacen la estima natural por la honradez? Nada de eso, sino todo lo contrario: precisamente por su arraigadísimo sentido de la justicia social defienden con uñas y dientes esa red capilar del subsidio que les alivia su improductividad al tiempo que la cronifica; y todo al módico precio del voto cautivo.

El PSOE-A representa la institucionalización del trapicheo, pero sucede que el botín no se reparte entre exclusivos tramposos de puro y chistera -que en los momentos álgidos también-, sino que llega al último jornalero que truca la peonada. Nos indigna la corrupción cuando enriquece al burgués o al patricio codicioso; si no pasa factura en Andalucía es porque, previa comisión del intermediario, favorece a los pobres. ¿Y qué puede la ley humana frente a una obra de misericordia? Susana, ungida por la sigla y preñada, es la viva imagen de una virgen nutricia de la beneficencia pública. Y por eso gana.

Arcadi Espada (El Mundo), más pesimista, dice que peores son los vascos que votan a los etarras.

Una cierta petulancia ha querido ver en esta fidelidad de los andaluces a la indigencia un sometimiento racial. No diré que no. El concepto de raza es controvertido. Pero para que la hipótesis funcione debe incluir, entre otras, a la raza catalana y a la raza vasca. La fidelidad de los catalanes al corrompido proyecto nacionalista ha sido igualmente sostenida. Y qué decir de la raza por antonomasia: unos 300 mil vascos apoyan a un partido político que considera justificados los asesinatos de ETA. No acabo de ver por qué el delirio o el asesinato habrían de resultar sumisiones electorales más dignas que el Plan de Empleo Rural.

Eso sí, en Andalucía ha brotado la versión española del lepenismo.

La catástrofe electoral andaluza es plenamente compartida en muchos otros lugares de España, pero no por ello es menos catástrofe. Se le suma, además, la novedad de un partido que nació en la telebasura y sigue fiel a sus orígenes, y cuya candidata, respecto a la victoriosa socialista, sólo presenta una diferencia cognitiva, aunque inquietante, que es la de tener ideas propias. En Andalucía hay ya un partido que, a la manera lepenista, ocupa el ángulo ciego del ojo electoral: gobernará en pocos lugares pero extenderá su contaminación a todos.

Raúl del Pozo (El Mundo) describe así el próximo enfrentamiento entre Rajoy y el Coletas, una batalla de metáforas.

La derrota del PP en Andalucía tendrá consecuencias en el año de los grandes cambios. Tendrá que apelar en las generales al voto del pánico, y aunque para quien tiene miedo todo son ruidos, a quien nada tenga es difícil asustar. Además, Pablo Iglesias ha pasado de Marx a Nietzsche y utiliza metáforas de león, de ir al abismo con ojos de águila para enfrentase al miedo. En el velódromo de Dos Hermanas anunció que se van a encontrar a leonas defendiendo su camada. Clasificó a los votantes entre bueyes que doblan la frente y leones que atacan. El lenguaje épico y agresivo de Podemos se enfrentará al discurso del miedo que utilizará el PP, si es que carece de otras alternativas y propuestas.

El socialista de Madrid Antonio Casado (ElConfidencial.com) sigue empeñado en salvarle la cara a Pedro Sánchez.

Los socialistas andaluces que, tras haber perdido 120.000 votos, no van sobrados para gobernar sin hipotecas en un escenario objetivamente más inestable que el anterior.

Sin embargo, ahí están celebrando los resultados del domingo como una gran victoria. Por eso sostengo que poco a poco se irán apagando los cumplidos a Díaz y se irá imponiendo la aritmética parlamentaria, en la que un partido ganador con 47 escaños ha de gobernar frente a la oposición de 62. Si antes la presidenta de la Junta entendió que su gobierno se tambaleaba asentándose sobre una mayoría absoluta (59 escaños de la coalición PSOE-IU), no sé cómo va a garantizar la estabilidad con un gobierno asentado ahora solo sobre los 47 escaños socialistas.

Y casi le absuelvo de su adhesión militante al secretario general, porque Zapatero pergeña una tribuna cursi como es él de apoyo a Susana en El Mundo.

Susana Díaz es renovación y lealtad (…) es ya un gran referente para la política de este país.

Ernesto Ekaizer (El País) insiste en la caja B del PP.

Ruz hace un minucioso análisis de la obra en el cuartel general de Génova, piso por piso. Y se detiene ampliamente en la séptima planta, la de Rajoy, con los trabajos y las facturas. ¿Se puede creer que el responsable de la administración del PP, Mariano Rajoy, y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, no supieran nada de cómo se financiaba y pagaban las obras ejecutadas a lo largo de varios años?

RAHOLA, LA ÚNICA QUE CREE QUE PODEMOS HA GANADO

Paso a los tribunos.

Félix de Azúa califica a Zapatero de «insensato» y explica los aciertos y errores de Rajoy.

El Gobierno ha dedicado un gran esfuerzo para cumplir con las exigencias europeas y es muy probable que en verdad nos haya sacado del pozo en donde nos metió el presidente más insensato que hemos soportado desde Fernando VII. No obedecer a Bruselas ya estamos viendo, gracias a las barbas griegas, a dónde conduce. El esfuerzo de Rajoy es notable y hay que reconocerlo, aunque todo el mérito es nuestro. Sin embargo, no ha dado un solo paso más y es imposible seguir encerrados con un solo juguete. No ha tocado ni un privilegio, ha consentido toda suerte de corruptelas, es incapaz de dar explicaciones de asuntos tan monstruosos como el de Bárcenas y elige a sus portavoces entre cómicos de zarzuela.

Y pide el voto para Ciudadanos

¿Podemos, UPyD, Ciudadanos? Cualquiera de los tres. Yo me inclino por la sensatez del equipo económico de Ciudadanos y la indudable calidad de su líder, así como me parecen nefastos los engaños y la arrogancia de Podemos, pero no quiero dudar de la cordura de los votantes españoles. No pido que gane el mejor, sólo que no gane el peor.

Nicolás Redondo en El Mundo avisa al PSOE de que no le conviene usar las armas y argucias de Díaz en unas elecciones en toda España.

El futuro del PSOE no debe depender de los votos de los socialistas andaluces, por muchos que estos sean. Sería un error conquistar el partido con votos, que desde luego son imprescindibles, pero sin discurso o con el mismo discurso de siempre. Hoy, el PSOE, como hemos comprobado en estas elecciones, compite más apuradamente que nunca con partidos que están a su izquierda. Debe esgrimir un discurso que atraiga a las gentes de izquierda a una política institucional, razonable, de progreso, en los términos que requiere la complejidad de los nuevos tiempos.

La política de los sentimientos, de la simbología revolucionaria la realizan con más crédito y más soltura otros; a nosotros, los socialistas, nos queda el reto de la razón para enfrentarnos a los nuevos interrogantes que plantea una sociedad nueva y necesitada de la seguridad que da la verdad, sin ropajes ideológicos trasnochados.

Me temo que el joven maestro de periodistas Luis María Anson está ya para que le den potitos, porque no para de repetir las mismas frases hechas, como ya se lo he reprochado otras veces. Hoy escribe en El Mundo

La necesaria reforma constitucional que incorpore al sistema a las nuevas generaciones, divorciadas del régimen, indiferentes al 70%, indignadas al 30%, asqueadas casi al 100%. Y la reforma constitucional o la hacemos ordenadamente desde dentro del sistema o nos la harán revolucionariamente desde fuera.

En otra columna, publicada en el mismo periódico en febrero, encontramos las mismas frases:

De 40 años hacia abajo las nuevas generaciones permanecen al 70% indiferentes ante el sistema; al 30%, indignadas; casi al 100%, asqueadas. (…) Cada vez está más claro: o hacemos la reforma constitucional ordenadamente desde dentro del sistema o nos la harán revolucionariamente desde fuera.

¡Vaya con el académico de la Española! ¿Le hace las columnas una secretaria que corta y pega sus muletillas?

La columna ridícula de la jornada se la doy con gusto a la ‘doctora’ Pilar Rahola, que parece no leer en La Vanguardia ni los datos electorales ni a los demás columnistas. Según ella, Podemos ha triunfado donde ha fracasado.

Podemos se ha zampado a IU, ha conectado con el ancestral espíritu revolucionario del campo andaluz y ha enseñado las orejas del lobo. El sorpasso al Parlamento español parece imparable.

Sí, mujer, sí, qué raztón tienes. Enric Juliana repasa en su columna ‘Conservadora Andalucía’ una serie de ciudades y pueblos andaluces, y Podemos sólo ha quedado primero en la ciudad Cádiz; en Sevilla, Córdoba, Marbella, Dos Hermanas, El Ejido, Lepe y Linares ganan el PP y el PSOE.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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