"En cambio los periodistas de la izquierda pueden pasarse el día exhibiendo del modo más vulgar su panfleto, aireando su intolerancia, su sectarismo, su profundo odio a la diferencia"
Sorprendía el revuelo televisivo en la franja de viernes al mediodía, cuando saltaba al ruedo de ‘Las mañanas de Cuatro’ el periodista Javier Ruiz, sustituto en otras ocasiones de Jesús Cintora en período vacacional, pero con la circunstancia de haber empezado ciertamente antes de tiempo dichas vacaciones el polémico presentador.
La primicia se extendía como la pólvora por las redes sociales y el resto de medios de comunicación. Periodista Digital anunciaba la destitución de Jesús Cintora al frente del espacio de información política que tan buen resultado le venía dando a Cuatro en los últimos tiempos —Exclusiva PD / El podemita Jesús Cintora, fulminado por Mediaset de ‘Las Mañanas de Cuatro’–. Pero el periodista no había ido sembrando buenos frutos en su trabajo en la cadena de Mediaset.
Las reacciones no se hicieron esperar, y desde muchos flancos, especialmente desde la izquierda política y mediática más afín a Cintora -uno de los impulsores y defensores del éxito de Pablo Iglesias-, se habló rápidamente de presiones políticas y de mordaza mediática. Algo que no gustó al resto de profesionales de la información, como el caso de Salvador Sostres, que publicó en su blog en El Mundo apenas algunas horas después.
Bajo el título Los mismos, en su blog llamado Guantánamo, escribía el sábado 28 de marzo de 2015 cómo se sentía con respecto del despido de Cintora:
Si me cesaran a mí, o a Hermann, o a Arcadi, o a Federico, e incluso si nos ejecutaran en cualquier plaza pública, sería un acto de libertad y de justicia; pero que una empresa privada rescinda el contrato de un periodista equivocado es culpa del Gobierno y un acto de infamia infinita.
Aludía entonces Sostres a un viejo pasaje acaecido en TVE hace no mucho, precisamente en una entrevista a Pablo Iglesias, un asunto que también levantó mucha polvareda —Los inquisidores de TVE linchan a Sergio Martín y permiten a Iglesias intimidar a tertulianos del 24 Horas–:
Sergio Martín no puede preguntarle lo que quiera a Pablo Iglesias en una entrevista, y una mera pregunta causó aquella bronca y aquellas histéricas peticiones de dimisión; en cambio los periodistas de la izquierda pueden pasarse el día exhibiendo del modo más vulgar su panfleto, aireando su intolerancia, su sectarismo, su profundo odio a la diferencia.
Finalmente, Sostres acribillaba a Cintora:
Por lo que refiere a Cintora, yo no necesito que lo echen de ninguna parte. Me parece un mamarracho pero me basta con cambiar el canal si es que en aquellas horas mañaneras no tengo nada más deprimente que hacer que estar mirando la televisión. Nunca he pedido su cabeza ni he firmado manifiesto alguno en su contra, porque siempre he pensado que el desacuerdo e incluso el desprecio no son motivos suficientes para eliminar a mis adversarios ni a mis enemigos.