LA CLAVE DEL DÍA

Carlos Herrera: «Los candidatos del PP, con el ‘caso Rato’ parecen almas en pena camino del crematorio»

Gistau dice que Montoro se adelanta a Monedero en la quema del barrio de Salamanca

Hermann Tertsch, asustado por "los llamamientos a la destrucción purificadora" que crecen desde hace 10 años

Visto el panorama desolador del peristilo y sabido que este 24 de abril de 2015 es viernes, me da la impresión de que la mayoría de los columnistas, o al menos su ingenio, ha salido ya de fin de semana para disfrutar de la primavera, sea en la Feria de Sevilla (¿cuándo trabajan los sevillanos?), sea leyendo el libro que compraron ayer en Barcelona. El gran Raúl del Pozo, por ejemplo, nos cuenta que vio el partido de fútbol con unos médicos del Rúber Internacional.

Si me pide que le sea sincero, querido lector, le confesaré, mientras mezclo nicotina y cafeína, que la columna más desopilante del día es el editorial de La Razón en que asegura que hay una conspiración contra Rajoy, pero que no está dentro del Gobierno, sino en la Agencia Tributaria, en cuyas covachuelas maquinan sus traiciones unos funcionarios desleales y de izquierdas.

En esta línea, Jaime González (ABC) firma una columna con un título de película de comandos de la Segunda Guerra Mundial o de ‘western’ de John Wayne: ‘La hora de la lealtad’. González forma junto a Federico Quevedo en la trinchera que defiende el Palacio de La Moncloa de las hordas populacheras, y eso le honra.

La detención de Rodrigo Rato y la gestión política del caso les ha destrozado, roto en mil pedazos. Surgen voces. Siempre pasa. La línea que separa la lealtad de la deslealtad tiene el grosor de un mondadientes. Los corrillos echan humo. Ya están hablando de hogueras. Ya han salido los aprendices de brujo a señalar con el dedo acusador: que si a Rajoy le falta liderazgo, arrojo, músculo, anticipación… ¿Y a vosotros qué os falta? Y, sobre todo, ¿qué os sobra? El presidente del Gobierno no es el mayor culpable. Ni muchísimo menos. De entre todos, es el más leal a las señas de identidad de un partido que se ha perdido en demasiadas batallas de poder, en absurdos duelos de ego, en una pueril y estéril pelea de virreinas y virreyes. Para generoso, él, que le ha faltado emplear el verbo mandar en todas sus conjugaciones.

En cambio, Federico Jiménez Losantos (El Mundo) asegura que en el Gobierno hay ministros que no están dispuestos a cargar con los pecados de Rajoy.

Una semana después de que el Gobierno montase el «escrache tributario», «linchamiento civil» o «acogotamiento personal» de Rodrigo Rato, al desánimo creado en las filas del PP por una operación cuya dudosa legalidad sólo es superada por una desnortada improvisación le ha sucedido un convencimiento más desolador: la operación tuvo desde el principio el visto bueno del presidente del Gobierno.

Dos días después, el sábado, el presidente dijo que el número de los polis de Montoro le parecía «normal», aunque no haya precedentes, pero tras oír en Valencia esta queja de un militante: «Presidente, ¿por qué sólo nos detienen a nosotros?», ha decidido cambiar su versión de los hechos y filtrar que se enteró de todo por la Prensa, ah, y que estaba muy triste porque Rato es íntimo amigo suyo. Esto último es una mentira tan gorda (…) que casi nos hace olvidar la monumental trola precedente: ¿cómo iba a filtrar De Guindos, detener Montoro y dirigir Soraya una operación tan delicada sin consultárselo al presidente del Gobierno?

Pero harto ya de ser el primer malo de la película -el segundo es Montoro- y barruntando una destitución o cancelación de europromesas, De Guindos, se fue ayer a la radio y dijo: «naturalmente que el Presidente estaba informado». Con lo cual, tras una semana terrorífica, en el PP todos se preguntarán: ¿y por qué, Mariano, por qué?

CONFIDENCIAS EN LAS CASETAS DE LA FERIA DE SEVILLA

¿Y dónde está Aznar, el que nombró a Rajoy? Carlos Herrera (ABC) desvela que ha estado en la Feria.

José María Aznar, uno de esos guijarros en la bota de los populares, le confesaba el pasado domingo en una caseta de Feria en Sevilla a un conocido -sí, sí, ha leído bien, Aznar en la Feria- que no todo es economía, o que no solo se convence al electorado con economía. Hace falta política. Aunque seguramente usted se preguntará: «¿Y qué es exactamente hacer política?». Buena pregunta. Tomar decisiones socialmente comprometidas en función del programa electoral de cada partido, podría ser la respuesta.

El también posible nuevo fichaje de la COPE también nos cuenta el sentimiento entre los candidatos del PP.

En la jornada ferial de Soraya también se pudo escuchar a alguno de los candidatos sureños del PP que la acompañaron de manzanilla en manzanilla. Secretamente confían en que la tragedia no sea tanta. Tienen razón en algo: se espera tal desastre que si alguno de ellos retiene alguna alcaldía van a creer que el derrumbe ha sido mucho menor. No quieren exhibir algunas encuestas internas que tienen, para no desmotivar a su electorado, pero parece que no son tan desastrosas como algunos prevén. Aunque ya se sabe que todos cuentan la Feria según les va.

David Gistau se abona a la teoría de Arriola y Montoro de que lo que tiene que hacer el PP es dejar sin discurso, ni cabezas que cortar, a Podemos.

A este paso, a poco que unos cuantos más de los próceres del inmediato pasado sean pasados por la quilla por Montoro, nos declararemos desahogados y ahítos de sangre aristocrática y entonces, al no necesitar más agentes del escarmiento, estaremos lo bastante apaciguados como para desviar la mirada hacia actores alternativos pero integrados, de deliciosa bondad socialdemócrata y afanes pedagógicos escandinavos, como Ciudadanos.

Montoro ha logrado arrebatar a Podemos incluso su fantasía más audaz, la que entroncaba con las sacas y las milicias: la profanación del barrio patricio paradigmático en Madrid, de cuyos portales ya empezaron a salir burgueses hacia el furgón celular con sus derechos no del todo garantizados. ¿Qué más se le puede ocurrir a Monedero, que se infiltró en el barrio de Salamanca seduciendo a Lomana, quién sabe si para evangelizar a los ricos o si para seleccionar objetivos? Periodistas citados para humillar en los informativos al cautivo, operaciones ejecutadas por una policía particular, calles cortadas como si fuera a producirse un tiroteo, insultos, escraches, enormes regodeos ante la caída de los antaño poderosos… Ni liquidación del PP, ni revancha social. A Podemos nada le queda por hacer. El sistema se está suicidando como si su siguiente generación ansiara un páramo, con los antepasados ajusticiados, sobre el cual refundarse. En ese trance, Montoro es la «Terreur» higiénica.

John Müller (El Mundo) constata la politización de la Agencia Tributaria.

Parece que los cuerpos de funcionarios no atienden a los deseos del presidente de respetar estrictamente la legalidad. Esto ya ha sucedido en el pasado con unidades policiales que fijan sus objetivos para hacer méritos o servir a intereses subordinados.

No ayuda a la imagen de la Aeat el trasvase entre el funcionariado y la política que se verifica estos días. Dos inspectores de grandísima reputación profesional, Ransés Pérez Boga y Francisco de la Torre, han decidido saltar con distinto grado de compromiso a la arena politica, en el PSOE y en Ciudadanos, respectivamente. El año pasado, Podemos y Gestha escenificaron públicamente un acercamiento institucional. Más allá de su compromiso cívico, muchos ciudadanos piensan que esto puede teñir las decisiones técnicas.

Antonio Casado (ElConfidencial.com) asegura que estamos sólo ante la chapuza nacional, pero su columna acaba de tal manera que me hace pensar lo contrario. A ver qué opina usted.

Ni conjura interior (absurda) ni declaración de guerra a los corruptos en nombre de la ley (un poco tarde), sino desbarajuste. Una nueva entrega de la chapuza nacional. Eso descarta una cuarta hipótesis de escasa circulación: una sofisticada maniobra del Gobierno para convertir al otrora poderoso personaje en chivo expiatorio de la derecha limpiadora caiga quien caiga. Hubiera sido tirar piedras contra el propio tejado en unas frenéticas vísperas electorales. De hecho, el caso Rato está perjudicando al PP. Es impensable que el Gobierno estuviera detrás moviendo los hilos. Qué disparate.

RUIZ QUINTANO: GOYTISOLO NO QUIERE CHAQUÉ PERO SÍ CHEQUE

Hermann Tertsch (ABC) aprovecha la columna para hablar de su último libro, Días de ira, y la pésima situación social de España, causada por el PSOE de Zapatero, Maragall y Aído.

En solo un año ha quedado claro que, por mucho que pudieran mejorar algunos datos económicos, por mucho que crezca la economía, no hay retorno a aquella aparente senda del desarrollo hacia la normalidad europea que abandonamos hace once años. España es otra.

La desconfianza, la acritud y la mala fe se han instalado en la vida cotidiana, como nunca habíamos visto la mayoría los hoy vivos. Truenan los llamamientos a la destrucción purificadora, a la revancha y la venganza. Surgen con pujanza fuerzas que se dicen justicieras y redentoras. Unas claman por los pobres y maltratados, otras por tribus viejas o naciones inventadas. Enfrente se encuentran a un Estado cuestionado y asediado y a una sociedad confusa.

Nadie puede estar seguro de que la nueva era vaya a ser mejor que la vieja. Y todos deben ser conscientes de que los errores pueden hundir a una sociedad en un infierno para varias generaciones.

De esa sociedad sin anclajes, Ignacio Ruiz Quintano (ABC) escoge a uno de sus representantes, el progresista pro-musulmán y anti-español Juan Goytisolo.

«¿Por qué me humillas con tu generosidad?». Eso dice un proverbio árabe, pero Juan Goytisolo, JG, no cree que la humillación esté en que el Estado acaricie sus bolsillos con un cheque de miles de euros, sino en acudir a recogerlo vestido de chaqué. Entre el cheque y el chaqué, el cheque.

De hecho este JG, que ha pasado de venerar a Simone de Beauvoir a votar a Ada Colau, siempre me ha recordado a otro JG ilustre, el JG de «La linterna…», aquel Jacinto Grau que dio lugar a un famoso estribillo en el mundillo teatral: «¿Grau? ¿Grau? ¡Teatro cerrau! ¡Teatro cerrau!» ¡Las cosas que decía Grau! -Como usted sabrá, yo soy un genio -le dijo al indio a boca de jarro-. Valle-Inclán es otro idiota porque no quiere leerme. Hasta me atrevo a asegurar que… ¡me plagia!

Con motivo del cheque del Cervantes, JG ha querido ir por los medios de Thomas Bernhard y se ha quedado en Gregorio Martínez Sierra: «Sí, señor, me gusta estar al día. Soy bolchevista y seré otras cosas más, si vienen. Lo digo en todas partes. En el teatro, en casa… Hasta mi cocinera sabe que soy bolchevique». En fin, un enemigo del chaqué.

En cambio, Jorge Bustos (El Mundo) se escoge a sí mismo como anécdota que elevar a categoría.

Flota en el aire primaveral el polen de la suspicacia, al que el español reacciona con el estornudo del prejuicio. Todo se examina, de todo se sospecha, nunca la conspiración tuvo más padres ni la casta más hermanos ni la ira más hijos. Ni España más primos. Empieza a ponerse imposible el lenguaje recto, pues el periodista ciudadano descubrirá en él la más sutil estratagema para camuflar alguna militancia inconfesable, un sobre genovés, una dádiva bolivariana, unas accioncitas del Ibex 35.

– Pues yo no creo que vote…

– ¿¡Cómo!? ¡Los que no se dicen de derechas ni de izquierdas solo son unos fachas!

– No, es que no estoy seguro de que…

– ¡No me diga más! ¡Es usted de Ciudadanos! ¡La marca blanca del PP!

Y así. La fiebre no hará sino agravarse según se acerquen los comicios. Para entonces el rojo será azul, el morado naranja, el magenta blan

ANDALUCÍA, LA PRIMERA… EN DESEMPLEO

El economista José Carlos Díez (El País) enumera la realidad de la economía española.

Hay deflación salarial y el tipo de empleo que se está creando es extremadamente precario. Se concentra en jóvenes y mayores de 50 años donde la desesperación les fuerza a aceptar salarios de subsistencia. Sin embargo, en el último año continuó la destrucción de empleo en el segmento de 25 a 35 años. La tasa de salida del mercado se ha moderado, pero la tasa de entrada sigue muy cerrada, un 25% inferior a 2007 antes de empezar la depresión. Y la población activa se ha estabilizado pero continúa la emigración, señal de que nuestro mercado dista de normalizarse.

Las diferencias regionales se acentúan. La creación de empleo se concentra en la costa por el turismo, especialmente en las islas, y en aquellas regiones que tienen fábricas de automóviles, único sector industrial que mantiene vigor en sus exportaciones. Sin los coches, nuestra producción industrial y nuestras exportaciones continúan cayendo y en recesión. En el último año se ha vuelto a crear empleo público y se ha reactivado la construcción.

Ignacio Camacho (ABC) hace lo mismo para Andalucía, donde a ningún socialista le preocupa que la región vuelva a aparecer destacada en «el ránking del subdesarrollo» de la UE.

Ya no produce asombro esta ignominia, ni mucho menos nada parecido a la indignación o la rebeldía. Tres décadas de monocultivo de poder han mostrado el conformismo de los ciudadanos con una autonomía que, nacida y peleada para luchar contra la postración, se ha limitado a administrarla.

Gracias al grado de protección social de España un parado andaluz vive mejor que uno portugués y mucho mejor que uno griego. Así que al demonio las estadísticas: medida en sensaciones subjetivas, la economía puede ser un estado de ánimo. Los dirigentes autonómicos han recibido el informe Eurostat bailando sevillanas en la Feria. Mírala cara a cara, que es la primera. En desempleo.

Sobre la crisis entre España y Venezuela causada por las bravatas de Nicolás Maduro, Florencio Domínguez (La Vanguardia) recuerda la presencia indubitada de etarras en el país caribeño y la prudencia con que se ha comportado el Gobierno español.

Venezuela alberga un elevado número de miembros de ETA huidos, algunos de ellos reclamados por la justicia española. Hace poco tiempo se difundieron las fotografías de uno de esos etarras, Iñaki de Juana Chaos, en una localidad venezolana. Pero no es que los etarras estén en aquel país como los delincuentes británicos en la Costa del Sol, ocultos y en el anonimato, para burlar a las autoridades locales. Están a plena luz, con impunidad y con protección pública. Algunos de ellos tienen cargos oficiales en la administración chavista como Arturo Cubillas, reclamado en España por varios asesinatos.

A pesar de todas las circunstancias mencionadas, el Gobierno español ha actuado siempre con prudencia, sin elevar el tono. Cada vez que han salido resoluciones de la Audiencia Nacional o evidencias periodísticas de la presencia de etarras en Venezuela, el Ejecutivo se ha movido con prudencia y ha actuado sin estridencias para tratar de mantener unas buenas relaciones con el país sudamericano por encima de esos episodios.

Emilio Campmany (Libertaddigital.com) asegura que todos los partidos españoles son de izquierdas, incluso Ciudadanos y el PP.

Ciudadanos era una opción interesante cuando creíamos que tenían algo de liberales. Con una honradez insólita, han decidido desgranar su programa abiertamente y han resultado ser tan de izquierdas como cualquiera. No hay en lo que proponen nada contra el Estado elefantiásico que PP y PSOE construyeron. Tan sólo aspiran a heredar el monstruo y racionalizar su gestión para que pueda seguir engullendo nuestra hacienda sin venirse abajo.

El PP no sólo ha imitado a la izquierda en sus políticas fiscales, sino que también se arruga ante los terroristas, hace política exterior bolivariana, se acula en tablas cuando tiene que defender sus ideas y, en el mejor de los casos, tolera la corrupción como si fuera un mal menor inevitable. Deberíamos tener derecho a una alternativa.

CARRASCAL SE APUNTA AL DISCURSO CONTRA EL HOMBRE BLANCO

José María Carrascal (ABC) me asombra al recoger en su columna la consigna distribuida como una pizza caliente por los pensadores de la izquierda: la culpa del desastre en que se ha convertido África la tenemos los occidentales, no los africanos.

¡Oh, África, cuántos crímenes hemos cometido en ella!, deberían decir los representantes europeos reunidos en Bruselas. Lo que necesita África no son bombas, sino que las un día potencias coloniales vuelvan con maestros, ingenieros, policías, administradores para devolver a aquellas gentes parte de lo que les hemos robado. Pero ¿a que a nadie se le ocurre esa idea? Por lo que debemos aceptar la venganza de África.

Para desmentir los tópicos en que cae Carrascal, recomiendo la tribuna del profesor José Luis Orella en El Mundo sobre el genocidio armenio y otros que se están ejecutando ante nuestros ojos sin que las autoridades democráticas de Occidente muevan un dedo para evitarlos.

En la actualidad, los cristianos de Siria e Irak están sufriendo un genocidio programado para su eliminación del Oriente Próximo, por parte de los islamistas radicales, pero con la plena complicidad de un Occidente que actúa a favor de sus intereses energéticos, abandonando a su suerte a los cristianos de aquella región. El recuerdo del genocidio armenio, que también fue de los asirios y de los griegos del Asia menor, nos ayuda a no olvidar a los cristianos de hoy, que vuelven a ser perseguidos y masacrados. Los supervivientes del genocidio de 1915 sobrevivieron en Líbano, Siria e Irak. Son ahora sus descendientes quienes vuelven a sufrir el acoso de las decapitaciones, el secuestro, las violaciones y el tráfico humano, como en los peores momentos del siglo pasado.

En el escrito de David Trueba (El País) encuentro una perla, mejor dicho, un canto rodado, que me hace darle el premio a la columna ridícula del día.

Una certeza se ha impuesto. No existe Europa sin Grecia y la Unión haría bien en dejarse de fantasmadas. Ningún país puede salirse del mapa ni debería salirse de la moneda.

Así que Grecia tiene que estar en la UE porque es Grecia. Ah, los determinismos históricos. Y la revolución es inevitable.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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