Ambos periódicos destacan que el PSOE ha empeorado sus resultados en comparación con los de 2011
La detención de la cúpula de la FIFA en Suiza acapara la atención de los periódicos, pero la digestión de los resultados de las elecciones del 24 de mayo de 2015 sigue apareciendo en ABC y La Razón. A las cabeceras les preocupa la lentitud con que Rajoy se enfrenta al desastre electoral y el panorama de pactos.
ABC insta a Rajoy a que abandone su habitual parsimonia y realice de una vez cambios en el Gobierno y en el partido. No hacer nada aumenta el «derrotismo», concluye el editorialista.
Tanto este periódico como La Razón mencionan los pésimos resultados de las listas socialistas. El periódico de Planeta advierte a los socialistas de que sus acuerdos con los candidatos de Podemos puede destruir su partido y, además, arrumbar la estabilidad y la recuperación económica. Por ello, les aconseja que contengan sus ansias de regresar al poder y pacten con el PP.
ABC
La velocidad de crucero mantenida hasta ahora ha llevado al PP a perder dos millones y medio de votos en las municipales. Lo que transmite derrotismo no es reaccionar frente a la derrota, sino no hacer nada ante sus consecuencias. Porque en términos políticos -es decir, de poder político- lo sucedido el 24-M es una derrota, que mientras no se transforme en un revulsivo en el seno del PP y del Gobierno alimentará la apariencia de que el PSOE ha ganado, cuando lo cierto es que Sánchez tiene en 2015 peores registros electorales que Rubalcaba en 2011 y sus posibilidades de gobernar dependen de Podemos, el partido que quiere dar la alcaldía de Pamplona a Bildu.
Cuando las realidades políticas son tan claras como la del 24-M, se imponen por sí solas. Rajoy ha sido siempre un político prudente, que transmitió serenidad en los peores momentos de la crisis, que pueden volver si el cambio municipal se extiende al poder político nacional. Ahora, por el bien del proyecto nacional que representa, y en el que este periódico siempre ha confiado, debe ejecutar pronto los cambios en su Gobierno y en el PP.
LA RAZÓN
Aunque es comprensible el deseo de volver a ejercitar el poder en aquellas regiones y ayuntamientos de donde los socialistas se habían visto apartados durante décadas, la vía elegida oculta tal potencial destructor que puede suponer la simple absorción del PSOE por la izquierda populista, entre otras razones, porque algunos de los candidatos que se proponen, como Ximo Puig, en la Comunidad Valenciana, han conseguido empeorar aún más si cabe los resultados de su formación. Enredarse políticamente con unos radicales antisistema, que no ocultan su pretensión de convertirse en el partido de referencia de la izquierda española a costa de los socialistas, es un error que, además, traerá consecuencias para la estabilidad del país y para sus posibilidades de recuperación económica.
El regreso a la centralidad y a la defensa del modelo de sociedad surgido de la Transición, incluso con la búsqueda de acuerdos con los populares, es la mejor opción para un PSOE que ha visto cómo sus aventuras con partidos populistas, incluso de corte separatista, siempre se han traducido en pérdida de apoyos.