El editorial destaca que hubo diputados del PP que no aplaudieron a Cifuentes
Tiempo de cambios en la prensa, y en sus líneas editoriales. Este 24 de junio 2015, El País, el periódico que promovió la legalización del aborto en España, publica un editorial en apoyo de medidas para aumentar la natalidad, como si se tratara del ABC. Y El Mundo entierra a Esperanza Aguirre, que ha sido columnista suya, en favor de Cristina Cifuentes.
El editorial, titulado ‘Cifuentes, ejemplo para el PP de sensibilidad al cambio político’, comenta el discurso de investidura de la candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid y lo contrapone a Aguirre.
Para el periódico que dirige David Jiménez, las virtudes políticas de Cifuentes son la «centralidad», la «moderación», el «tono dialogante» y la «sensibilidad social», virtudes que, al parecer, han estado ausentes de los Gobiernos madrileños del PP de Aguirre y González, que, por cierto, recibieron muchos más votos en las elecciones autonómicas que Cifuentes.
La lista encabezada por Cifuentes obtuvo un 33% menos de sufragios que la lista de Aguirre hace cuatro años.
No parece aventurado asegurar que una gran mayoría de ciudadanos madrileños se habrá sentido identificada con el tono dialogante y la vocación de consenso expresados por la candidata popular. Es posible que la pérdida de la mayoría absoluta y el influjo del acuerdo alcanzado con Ciudadanos hayan contribuido a que el alegato de Cifuentes evitara los sectarismos y se inclinase decididamente hacia la centralidad y la moderación.
Las líneas programáticas de Cifuentes se resumen en medidas que revelan una sensibilidad social, aunque al mismo tiempo son compatibles con la política económica más genuina del centro derecha. La prueba de que la aspirante a presidenta ha abandonado algunos apriorismos ideológicos con los que hasta ahora el PP había gobernado Madrid fue su explícita renuncia a continuar con los planes de externalización de la Sanidad en los que tanto empeño habían puesto sus antecesores.
Un punto merece el aplauso por encima de todos: su promesa de regeneración democrática. Si fue creíble fue por la contundencia con la que hizo tabla rasa con el pasado que mancha la sin duda eficaz gestión del PP en Madrid. «Las urnas nos dijeron alto y claro que hay cosas que no se estaban haciendo bien. Y que política y corrupción no pueden ir jamás de la mano», dijo en evidente alusión al presidente saliente, Ignacio González, y a la etapa de Esperanza Aguirre. En ese mismo sentido, la propuesta para despolitizar Telemadrid fue también toda una enmienda.
La intervención de Cifuentes era muy esperada, porque en ella no sólo se contiene un programa de gobierno, sino los fundamentos de acción política con los que se presentará probablemente a la presidencia del PP de Madrid para suceder a Aguirre. Llamativamente, hubo diputados de su partido que evitaron aplaudirla. El más elocuente en ese vacío fue González.