La periodista de El Mundo Lucía Méndez entrevista este 28 de noviembre de 2015 al secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle –Lassalle: ‘Albert Rivera encarna un cesarismo bonapartista posmoderno’-.
Durante la conversación analiza a los principales actores políticos de España, aunque sorprende que no le cuestionen por Pedro Sánchez, líder del PSOE. ¿Tan mal está el socialista para que no sea ni considerado en esta larga entrevista?
Sobre el éxito de Rivera asegura que se debe a:
Al propio perfil del líder. Bonaparte fue capaz de seducir enormemente a los franceses, por lo que representaba de hombre nuevo, instalado en una permanente juventud, en un coqueteo con la novedad y el adanismo. Rivera lleva 10 años en política y se presenta como nuevo. Es un producto perfecto de la mercadotecnia política de una sociedad posmoderna. A un liberal como soy yo con asideros intelectuales no deja de producirle un cierto rechazo.
De Mariano Rajoy destaca que:
Rajoy es un hombre de afectos que proviene de las clases medias. Tiene una percepción intuitiva de la política y será recordado como el presidente conservador más naturalmente británico. Se dice que es un hombre de casino de Pontevedra y se le critica por eso, pero es interesante. Sabe escuchar. Otros sólo hablan. No proyecta plasticidad emocional porque, como nos ocurre a todas las personas del norte, su educación sentimental tiende a la contención. Rajoy no va a caer nunca en la mercadotecnia electoralista posmoderna. Eso es un valor. No hay impostura. Y está demostrando en las crisis actuales un liderazgo que muchos le han cuestionado.
Palos a José María Aznar:
Aznar no consiguió resolver adecuadamente los problemas que tenía España en ese momento. Aznar trató de construir una suerte de gaullismo en la derecha española. Y a punto estuvo de crear un aznarismo en el que por otro lado una parte de las derechas españolas no se hubiera reconocido. Afortunadamente, no existe el aznarismo como discurso político.
Y sobre Podemos afirma que:
He leído las tesis electorales de los dirigentes de Podemos y les reconozco una decantación intelectual que no tiene Ciudadanos. Es una opción más sólida, pero más peligrosa. Ciudadanos juega a bisagra con vocación lobbysta y Podemos tiene vocación antisistema.