Unidad Editorial contaba con 2.391 empleados fijos. Ahora están fuera el 40% de ellos y sólo quedarán 1.433
Otro bandazo en el diario El Mundo que se despeña como un coche sin frenos. Unidad Editorial ha destituido a su director, David Jiménez (Barcelona, 1971) justo cuando se cumplía un año desde su llegada a la redacción del diario, en la semana posterior a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo de 2015.
La jornada de este 24 de mayo 2016 fue frenética en los pasillos de la planta noble de Unidad Editorial. Mientras se resolvía el futuro de Jiménez, su ‘número dos’ Agustín Pery se marchaba sin hacer mucho ruido como adelantó Periodista Digital en exclusiva. Jiménez no hizo ningún comentario de la salida de su subdirector en Twitter. Exclusiva PD: Agustín Pery, adjunto a Jiménez, abandona el diario El Mundo
El despacho de director de El Mundo se ha convertido en los últimos años en una auténtica silla eléctrica. Lo ocuparon Pedrojota Ramírez, durante más de 24 años, y Casimiro García-Abadillo solo 16 meses hasta ser destituido tras un descenso vertiginoso de las ventas. Cuando asumió Jiménez la dirección en mayo de 2015, El Mundo venía en kioskos 92.034 ejemplares según la OJD. Solo un año después, se situaba en los 76.766 ejemplares, arrastrando una pérdida de 16.000 ejemplares. Brutal.
Su sustituto fue el joven corresponsal en Asia, David Jiménez, apuesta personal del presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández Galiano y que ha resultado otro fiasco.
Ahora le toca el turno a uno de los últimos históricos que quedan en la redacción de Av. San Luis, Pedro G. Cuartango, que tendrá que hacer sacar el periódico tirando de una redacción abatida y derrotada. El cuarto director en solo dos años y medio.
Pedro G. Cuartango (Miranda de Ebro, Burgos, 1955) asume la dirección como un «sacrificio por la causa», según un miembro de la redacción que le conoce bien.
Periodista de raza, de gran cultura y formación y quizá uno de los pocos humanistas que quedan en ese periódico, Cuartango fichó por El Mundo en mayo de 1992 como redactor jefe.
En 2000, el burgalés fue nombrado subdirector y responsable de la sección de Opinión, en la que trabajó desde 1993 como editorialista. En febrero de 2014, fue nombrado adjunto al director y responsable del suplemento EM/2 Cultura de El Mundo.
De todos los puestos que hay en el diario El Mundo, el último que seguramente hubiese querido elegir Cuartango es el de director: «Yo, después de haber visto arder las naves en Orion y brillar los rayos C en la puerta de Tanhäuser, quede sobrecogido al mirar cómo Pedrojota Ramírez recogía los libros de su despacho y los metía en cajones», escribió cuando destituyeron al riojano.
Cuartango, lector del poeta Paul Valery, sabe que el futuro es ya pasado, pero la vida recomienza todos los días. «El poeta francés se inspiró en el cementerio marino de Sète para componer esta pieza elegiaca que tan bien describe el éxtasis ante la belleza y la fugacidad del tiempo», escribió. Con esa fugacidad con la que desfilan los directores de periódicos últimamente.
JIMÉNEZ NO HIZO EL PERIODISMO QUE PROMETÍA
David Jiménez era un reportero y corresponsal que llevaba 17 años en Asia cuando asumió la dirección. Contó como anécdota que al entrar en la redacción de El Mundo le pidieron el DNI en la entrada porque nadie de la seguridad del edificio le conocía de nada pese a llevar escribiendo en el diario casi dos décadas.
En el último año había estado haciendo un master de periodismo digital en Estados Unidos y Galiano, presionado por los italiano de RCS, la matriz de Unidad Editorial, pensó que con los conocimientos adquiridos podía reflotar la web Elmundo.es cuyo tráfico se desmoronaba.
No pudo ser. La web líder mundial durante más de 15 años en información general en castellano perdió el número uno a manos de Elpais.com tanto en el mercado nacional como en el internacional, según datos de ComsCore. Basta echar un vistazo a su horroroso rediseño para darse cuenta de por qué.
Lo primero que hizo Jiménez al llegar a Madrid fue acusar al periodismo español de haberse quedado dormido en la garita: «Era cuestión de tiempo que nos durmiéramos en la garita de ese sistema que habíamos prometido vigilar y que lo hiciéramos en el peor de los momentos, en vísperas de la mayor crisis económica de la Democracia». –Periodismo, nada más—
PEDRO G. CUARTANGO.
Se esperaba tras ese admonitorio editorial que Jiménez removiera las catacumbas del poder destapando un escándalo tras otro pero sus portadas reflejaron todo lo contrario. El Mundo dejó de ser un diario de exclusivas para convertirse en un diario anodino con comentaristas de todo pelaje que acabaron por ahuyentar a los pocos lectores fieles que le quedaban.
La corta etapa de Jiménez al frente del periódico fue una continuación de la de Casimiro García Abadillo: una diario que no renunció a la Opinión pero sí a la información.
Son contadas con los dedos de una mano las exclusivas y reportajes que publicó El Mundo en este último año que hayan marcado agenda. ¿Destituyeron a García-Abadillo por esto?: «Si dijéramos de dónde vienen las filtraciones, más de un ministro se pondría colorado»
Y todo en medio de otro ERE en las plantillas de El Mundo, Marca, Radio Marca, Expansión y Telva -el cuarto en ocho años que aplica la compañía- y que comportará el despido de 166 trabajadores.
En el año 2008, cuando se terminó de implementar la compra del Grupo Recoletos por Unedisa, la nueva Unidad Editorial contaba con 2.391 empleados fijos. Ahora están fuera el 40% de ellos y sólo quedarán 1.433.
Durante la dirección de Jiménez, una huelga hizo que el diario El Mundo no saliera a la calle el 4 de mayo de 2016. La última vez que El Mundo había faltado a la cita diaria con sus lectores fue el 27 de enero de 1994, por la huelga general contra el Gobierno de Felipe González convocada aquel año, una de las últimas en que los sindicatos lograron paralizar el país.