A David Gistau no le ha gustado nada el discurso del Rey. Le ha repateado ese ‘tuteo’ de entrenador que «pretende estimularnos como si estuviéramos en el túnel de vestuarios a punto de saltar a la cancha para disputar un sentido del destino colectivo».
Y lo curioso es que lo hace desde ABC, el diario monárquico por excelencia. Para los que creen que los columnistas del diario de Vocento piensan todo lo mismo, aquí les dejamos con una voz a contracorriente. Eso se llama pluralismo.
«Oscilamos entre el tuteo falangista de Podemos y el tuteo guay del Starbucks, entre los cuales se ubica el del rey cuando convierte su discurso en una arenga del «coaching» con el que pretende estimularnos como si estuviéramos en el túnel de vestuarios a punto de saltar a la cancha para disputar un sentido del destino colectivo.
Ese puñito alentador, ese vamos, coño, que somos los mejores. Ese reunirnos los españoles todos en una piña, soldadas las manos, para gritar aúpa y a por el lunes. El rey se nos convirtió en un gurú de la autoayuda. En una figura paternalista que ha cambiado por condescendencia y tuteo la severidad de sus antepasados. El peor indicio de esta época española es que nadie, absolutamente nadie, nos habla como a adultos. Es posible que ni siquiera lo merezcamos, eso no lo discuto.
Pero hasta el rey nos resulta «naif» cuando expone esa idea suya de que allá donde esté un español florecerán las virtudes solidarias. No sé qué es peor. Que crea que los españoles somos, por derecho de nacimiento, de mejor condición que los belgas. O que, a esta altura de la historia, no se haya enterado todavía de que allá donde esté un español florecerá el odio a otro español, así como el intento de matarlo».