Luis Ventoso, en las páginas de ABC, hace un divertido resumen de lo que le pareció el discurso de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos:
Hubo frases de vídeo de Iglesias Turrión («la gente controlará nuestro Gobierno»). Otras dignas del Plan E de Zapatero (la vieja idea keynesiana de levantar la economía con obras públicas). Hasta me pareció atisbar el flequillo de Puigdemont y la calva de Putin.
Ignacio Camacho asegura que a nadie puede sorprender ver a Trump como un televendedor:
Si algo no ha ocultado jamás Trump es su esencia de arbitrista demagógico, su vocación de agitador de clases medias irritadas y su retórica de televendedor de soluciones.
Jaime González achaca el triunfo de Trump a que la gestión de Obama no fue lo brillante que algunos quieren vender:
«Sí, se puede. Sí pudimos», dijo Obama en su último discurso. Depende, todo depende. Si fuera cierto, Donald Trump no sería hoy presidente de Estados Unidos.
El editorial de ABC reclama paciencia y ver por dónde sale Donald Trump como presidente de los Estados Unidos:
No es momento de alentar teorías conspirativas, sino de mantener la calma y juzgar al Trump presidente por sus hechos.
El editorial de El País tira con balas de cañón contra Trump:
Ya sabemos que Trump es incapaz de hablar como un presidente. Y dudamos de que vaya a actuar como tal. Toca ahora, dentro y fuera de EE UU, estar vigilante.
Para La Razón, el discurso de Trump fue bastante estomagante:
El discurso que pronunció ayer Trump es de difícil digestión: necesita dejarse reposar porque sólo expuso grandes eslóganes anunciando un nuevo tiempo autárquico, con episodios mágicos y otros de un nacionalismo demasiado alto en calorías.
Inocencio Arias no descarta que Trump se tranquilice en cuanto esté en el Despacho Oval:
Ahora a esperar a ver si al populista, impredecible y nada estúpido Trump entra en la cura de realismo que le deben suministrar varios de sus inteligentes ministros y hasta el ambiente del Despacho Oval.
En El Mundo no son optimistas respecto a Trump:
El nuevo presidente regala los oídos a esos sectores que, mayoritariamente, le votaron en noviembre. Pero emplea la demagogia y plantea soluciones que se antojan desastrosas.
Pedro Cuartango considera que el nuevo presidente norteamericano se dará de bruces contra la realidad:
Trump está condenado a chocar con una realidad que no tiene nada que ver con la fantasía que él describió desde la tribuna del Congreso.