Como bien cuenta Ignacio Camacho este 2 de marzo de 2017 en su tribuna de ABC, es verdad que el lector debe estar hasta el mismísimo gorro de Cataluña y el reto separatista, que es lo que ocupa la mayor parte de tribunas y artículos de opinión.
Sin duda alguna, pero no menos cierto es, como señala el propio periodista, que es la cuestión que más debería ocupar y preocupar a los españoles de bien viendo como hay una parte importante de catalanes que no están por la labor de dejarse manipular por los separatistas.
Gabriel Albiac, en ABC, habla sobre la cobardía de esos políticos catalanes como Artur Mas o Francesc Homs que se quieren parapetar en la muchedumbre de voluntarios del 9-N para no tener que asumir la responsabilidad:
Hay grandes sacerdotes de la muerte y hay pícaros mezquinos. Los de la Generalidad: «Señor juez, señor juez, yo no hice nada. Fueron ellos, los voluntarios, ellos… Que pague esa plebeya gente».
Isabel San Sebastián detalla que a la misma hora que tenía lugar en Madrid un acto con catalanes represaliados en su tierra por oponerse al separatismo, el Ejecutivo estaba riéndole las gracias a los separatistas en Barcelona:
Soraya Sáenz de Santamaría estaba en ese mismo momento en Barcelona compartiendo sonrisas y carantoñas con Oriol Junqueras, portaestandarte del separatismo. Cada oveja, con su pareja.
Ignacio Camacho considera que en Cataluña el independentismo ya está viviendo sus horas más críticas:
Mientras el Estado puede mantener el statu quo, esperar y ver, el soberanismo está ya abocado a la vía dramática.
El editorial de La Razón destaca el viaje a todo trapo a Estados Unidos de Carles Puigdemont de siete días de duración y que sólo incluye un acto, una conferencia en Harvard:
Tampoco es nuevo el oscurantismo que rodea algunos de estos viajes, siempre pedientes de gestiones de última hora, incluso, sobre la marcha, para conseguir una audiencia ‘de peso’ que no suele llegar.
Teodoro León Gross, en El Mundo, asegura que intentar desde el Parlamento catalán forzar la vía directa del independentismo es ya un claro indicio de que a los impulsores se les ha ido la cabeza:
Claramente apuestan por una república bananera. Y no va a haber suficientes esteladas para tapar tanta obscenidad.
Alfonso Ussía, en La Razón, entiende que el propósito de pedir la opinión de los madrileños para quitarle el nombre de Felipe VI al parque forestal de Valdebebas encierra otra intención:
Carmena desea que el Parque Felipe VI se llame Parque de Pilar Bardem. Para tan poca cosa, no es necesario ni el derroche ni la farsa. Se vota, se gana la propuesta y se cambia el nombre sin que nadie se lleve la comisión del papel y la instalación de las urnas.
Jaime González, en ABC, critica al PSOE en el Ayuntamiento de Madrid por abstenerse en la moción para que el consistorio reciba a la mujer y al padre de Leopoldo López:
Son maestros practicando Pilates, la gimnasia del manso. Los ejercicios vespertinos de una legión de pusilánimes. ¿A qué mente obtusa se le ocurrió abstenerse?