Variadita viene la jornada del 29 de marzo de 2017 en las tribunas de opinión de la prensa de papel. Desde las críticas a Mariano Rajoy por seguir haciendo el Don Tancredo con Cataluña, a las cuentas pocos claras y muy caras de las primarias socialistas o la nueva ocurrencia de Pablo Iglesias, la de pedir que quiten la Coca-Cola del Senado.
Federico Jiménez Losantos, en las páginas de El Mundo, apalea al Gobierno de España por seguir plegándose a los separatistas catalanes:
El jefe del Ejecutivo (más bien, el Ejecutado) no cambiará su política en Cataluña. Roma no pagaba traidores. Madrid, sí.
Raúl del Pozo deja retratado a Carles Puigdemont tras su conferencia en Harvard:
Ha confirmado una vez más que el separatismo catalán es un negocio basado en la incultura, que sigue la máxima de que no hay medio más eficaz para gobernar a la masa que la superstición y la calumnia.
El editorial de El País se decanta porque Mariano Rajoy dé más pasos en Cataluña:
La respuesta del Gobierno puede resultar morosa o poco atractiva para muchos. Al primer paso deben seguirle muchos otros. Y mucho más rápidos.
En ABC, Ignacio Camacho apunta a una de las causas por la que el virus separatista sigue hondamente inoculado en Cataluña:
Son las clases dirigentes las que han permitido la destrucción del orden institucional de Cataluña, asintiendo en silencio a la aceleración del separatismo o acoplándose en el mejor de los casos a una confortable equidistancia contemplativa
Salvador Sostres resume el papelón de Rajoy con Cataluña de una manera muy gráfica:
Con su prolongada y acomplejada ausencia, el Estado ha parecido durante todo este tiempo el primero en asumir las tesis soberanistas. Hasta Franco supo relacionarse con los catalanes de un modo más directo y útil.
Álvaro Martínez cuenta que las primarias socialistas no sólo resultan caras, sino que además pueden provocar que salga el candidato menos conveniente:
Además de caras las primarias, gloria bendita según Albert Rivera, no siempre son el procedimiento ideal para elegir un buen candidato. En el PSOE saben bien de esto… en 2014 eligieron a Sánchez.
David Gistau se troncha de la última ocurrencia de Podemos, pedir que la Coca Cola sea expulsada del Senado. Sí, no es broma:
Hasta para los refrescos hay una posibilidad de gulag.
Rosa Belmonte apunta que a ella le daría hoy por hoy más terror entrar en la sede de Podemos con una Coca-Cola que encontrarse con la cara de Justine (‘Crudo’), una especie de Hannibal Lecter:
Me daría menos miedo que entrar en la sede de Podemos con una Coca-Cola de dos litros.
Pedro Narváez en La Razón, critica la visión sectaria que tiene Podemos respecto a lo que fue la banda terrorista ETA:
Cada vez que Pablo Iglesias habla de terrorismo muere un gatito. Tiene tanto afán por reescribir la historia que los de la ETA acabarán siendo chicos díscolos que lucharon por la democracia con algunos daños colaterales.
Alfonso Ussía machaca a la jefa de las CUP tras su asalto a la sede del PP:
Su Cataluña es un insulto a Cataluña. Y una butifarra a la democracia. Y un peligro para la libertad. Entiendo que Adán se suicidara cuando se encontró a solas con alguien como Anna Gabriel en el Paraíso.