Variaditas vienen las columnas de opinión de la prensa de papel este 30 de marzo de 2017. Desde los palos a Podemos desde las ópticas más diferentes al problema catalán y cómo el Gobierno de Rajoy se prepara para recibir una nueva humillación o los efectos que tendrá para el Reino Unido el Brexit.
Jaime González, en ABC, pone de manifiesto el baño que se llevó Irene Montero (Podemos) ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría:
Le faltan muchas horas de parlamentarismo, tantas como le sobran en televisión, donde no hay día que no se arranque a decir lo mismo que dijo ayer y seguirá diciendo mañana.
Juan Fernández-Miranda le lanza un consejo a los diputados podemitas que se empeñan en hacer gala de una mala educación:
Escuchen el estribillo de un popular y pegadizo anuncio que Ikea hizo para televisión, y que rezaba así: «En el salón no se juega, en el sofá no se come, quita los pies de la mesa…».
Luis Ventoso cuenta cuál es la consecuencia de los experimentos en manos de los totalitarios:
Al final llegan con la escoba los de siempre: moderados que respetan el Estado de derecho, apoyan la economía abierta y no invaden el yo ajeno con ingeniería social tuitera, chusca y de tufo totalitario.
Isabel San Sebastian asegura que los separatistas catalanes aún pueden infligir una humillación más al Estado español:
La ‘operación diálogo’ del Gobierno en Cataluña se ha saldado, hasta la fecha, con una sucesión ininterrumpida de humillaciones por parte de los supuestos interlocutores locales, pero siempre hay hueco para una más.
Arcadi Espada, en El Mundo, considera que la raíz del separatismo catalán ahonda en raíces raciales y no económicas:
Ni se compra ni se vende la xenofobia verdadera. ‘España nos roba’ nunca fue un lapo económico sino racial. En el fondo separatista están sumergidas las mismas tensiones del populismo de Trump o del de Le Pen:
Alfonso Ussía, en La Razón, deja al presidente catalán, Carles Puigdemont, de mentiroso redomado:
Ignoro si en Boston le creció la nariz a Puchdamón, pero mintió como un travieso Pinochet, es decir, un Pinocho tratado con el cariño que justifica el trato familiar.
Ignacio Camacho, en ABC, habla sobre el despropósito del Brexit:
Es inventar un problema donde no había ninguno, aplicar una solución equivocada y meterse en un lío innecesario.
Raúl del Pozo, en El Mundo, define así lo que es la salida del Reino Unido de Europa:
Abandonan la democracia después de haberla salvado en la Batalla de Inglaterra y en su resistencia contra Hitler. De pronto, a la isla le ha dado el mal que anda, el nacionalismo.