No se deje llevar por las sonrisas y los abrazos cariñosos entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que vaya a ver en los telediarios. Entre las izquierdas no acaban de ponerse de acuerdo en torno a Cataluña. Ambos están de acuerdo en desbancar a Rajoy de la Moncloa pero ahí acaban las coincidencias.
ABC lo resume así: «El PSOE insiste en abrir una subcomisión para abordar la reforma constitucional. Algo que a Unidos Podemos le parece insuficiente.
Pedro Sánchez está dispuesto a cargarse su partido y hacer mucho daño a España con tal de llegar a ser presidente. Es un tipo venenoso.
— Giliprogre ?? (@Giliprogre) 17 de julio de 2017
Unidos Podemos defiende la celebración de un referéndum en Cataluña, previo acuerdo con el Estado, y creen que encaja en el artículo 92 de la Constitución, con lo que no sería necesaria una reforma de la Carta Magna».
Es evidente el poso de desconfianza que sigue existiendo entre ambas formaciones. «Si hubieran tenido tanta prisa hoy Pedro Sánchez sería presidente», les afeó Robles por su voto contra su investidura.
Reunión de los equipos de @PSOE y #UnidosPodemos para seguir avanzando en una agenda común. #MesaPorElCambio pic.twitter.com/Hwv6q90EbO
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 17 de julio de 2017
Avisa Carlos Cuesta que «la subasta del nuevo Tinell ha comenzado. Porque este PSOE, el mismo que acaba de dejar sin reprimenda a los alcaldes del PSC favorables al referéndum, el que juega con la reforma constitucional, sólo busca una cosa: el poder. Aunque para ello tenga que fusionarse con lo mismo que combatía hace 30 años».
«Los dos coinciden en el proyecto de echar a Mariano de la Moncloa, pero en el caso de Pedro, más que un proyecto parece una obsesión», murmulla Raúl del Pozo desde su contraportada de El Mundo. «Aún se nota en nuestro inconsciente el resplandor de las hogueras».
#LMCorcuera: ‘En Cataluña quieren dar un golpe de Estado y Pedro Sánchez cree que tiene la varita mágica para solucionarlo’
— La Marimorena (@Marimorena13tv) 14 de julio de 2017
Edurne Uriarte se ha tragado la entrevista que le han hecho a Sánchez en La Vanguardia y analiza las cinco mentiras que el socialista se ha echado a la espalda:
«La primera, la mentira ofensiva, la identificación de los nacionalistas con toda Cataluña. La segunda, la mentira hábil del nacionalismo, asumida en la práctica por Sánchez y por la gran mayoría, la idea de que el referéndum es una reivindicación mayoritaria por lo que hay que darle una respuesta política. La tercera, la mentira burda, la de que existe en España una «recentralización». La cuarta, la mentira piadosa, piadosa para con ellos mismos, que Sánchez y la izquierda comparten con una negación. La quinta, la mentira creativa, que es propia de Pedro Sánchez y del PSOE porque no interesa ni al propio nacionalismo, la mentira de la «solución federal», llamarle a lo nuestro como a lo de Alemania».
Interesante lo que dice el editorial de La Razón sobre cómo el PSOE ha introducido un nuevo elemento en la crisis abierta por el independentismo catalán: el lamentable relato del «España nos roba».
Propone Ábalos una quita de la deuda de Cataluña para poder reparar una injusticia que ha sido una fábrica de «hacer independentistas», como le gusta decir a sus irredentos precursores. Cataluña, efectivamente, tiene una deuda, al primer trimestre de este año, de 75.098 millones de euros, la más alta de las comunidades. No es menor, y muy acrecentada desde 2010, cuando CiU vuelve a la Generalitat y continuó su labor Junts pel Sí. Tampoco es menor la de la Comunidad Valenciana, a cuya circunscripción está adscrito el diputado Ábalos, o la de Andalucía, también gobernada por los socialistas, por seguir el ránquing.
La conclusión de todo este embrollo la da Manuel Marín: «De momento, a Sánchez le basta con abrir debates ambivalentes y contradictorios con un metalenguaje confuso y carente de coherencia. Pero no es suficiente. Es el señuelo de una calculada ambivalencia para atraerse en su día el voto del independentismo en una hipotética investidura».